La mayoría de casos de dengue grave, registrados en 2018 en el Hospital Bloom, se complicaron debido a un mal diagnóstico y a la consulta tardía, según consideró la presidenta de la Asociación de Infectología de El Salvador, Lourdes Dueñas.
“Lo que ha pasado en los niños que llegaron (con complicaciones) al (Hospital) Bloom es que, primero, han sido diagnosticados por otra cosa y tratados por otra enfermedad, y se les retrasó su diagnóstico. Y cuando llegaron al Bloom, vinieron con muchas horas de estar en choques o, incluso, con diagnósticos diferentes al dengue, porque la gente está manejando estos pacientes afuera”, expresó.
A juicio de la infectóloga, los tres años anteriores a 2018, en que no ha habido mayores casos de dengue, han generado confusión en los síntomas con otros padecimientos.
“Venimos de un periodo en que han pasado casi tres años después de la epidemia del chik, dengue y zika, que ha habido como un silencio y que casi no hemos tenido casos de dengue. Y lo que vemos es que, generalmente, es el (médico) residente de primer año, de segundo año, el que está en los hospitales o en el año social y en la unidad de salud, y desconocen mucho de la enfermedad”, dijo la especialista.
Auditoría por fallecimientos
Por su parte, autoridades del Sistema de Vigilancia Sanitaria señalaron que la mayoría de los siete menores de edad reportados muertos por dengue en Santa Ana, llegaron a consultar al centro de salud en el periodo de dos a tres días de la enfermedad, y que la mayor complicación que estos sufrieron fue una falla multiorgánica (alteración de dos o más órganos).
“Todos los niños llegaron en fase febril”, expresó José León Claros, coordinador de Estrategia de Gestión Integrada de Arbovirosis. Además, manifestó que los niños fallecidos fueron diagnosticados correctamente ya cuando llegaron a consulta que se hizo en el sistema público.
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Especialistas creen que se deben tomar medidas más agresivas para informar sobre el incremento de casos y el control del zancudo. En 2018 se confirmaron siete niños fallecidos.
Según Claros, el virus del dengue se comporta de forma distinta: “Por eso es la importancia de acudir al el establecimiento de salud”, manifestó.
De las siete muertes por la enfermedad, cinco se dieron en el Hospital San Juan de Dios, de Santa Ana, y dos fallecieron en el Hospital Bloom.
Dentro de la investigación que realizó el Comité Nacional de Auditoria Médica, de los siete menores que fallecieron, la mitad fueron atendidos en clínicas privadas, por lo que no se conoce cuántas consultas realizaron antes de ser diagnosticados con dengue en el sistema público. De los otros se desconce dónde fueron tratados.
La auditoría advirtió que al no ver mejoría en el paciente, los padres de los menores decidieron acudir a una unidad de salud pública, donde fueron examinados y, posteriormente, remitidos a un centro hospitalario.
Según Rolando Masis, director de Vigilancia Sanitaria, la hospitalización de los menores fue breve, pues “hay pacientes que solo estuvieron una hora y luego murieron”, explicó.
Un fallecido era de siete meses
Uno de los niños que murieron por dengue fue un bebé de siete meses de edad. Los demás fueron niñas: tres de cuatro años, dos de seis y una de ocho, informaron las autoridades.
La muerte del menor de edad se reportó el 21 junio de 2018, mientras que el 21 de noviembre se registraron otras dos muertes de niñas en el hospital Bloom.
Dentro de la investigación se detectó que dos menores fueron medicados con fármacos de uso popular, con dosificaciones que no eran las adecuadas.
INFOGRAFÍA: Salud confirma muerte de siete niños por dengue en 2018
Los fallecidos por la enfermedad son menores de diez años y provienen del departamento de Santa Ana.
Los galenos manifestaron que la incidencia de casos en Chalatenango y Santa Ana se deben a la cercanía geográfica con Guatemala y Honduras, países de la región centroamericana que también presentan incremento de casos de dengue.
Otra conclusión a la que llegaron en la auditoría fue que la letalidad de la enfermedad se eleva por la circulación del serotipo de dengue 2, que se agrava con enfermedades como el zika.