Fenómeno El Niño traerá más calor y sequías en este año

Los especialistas del MARN señalan que ya están a la espera que la NOAA declare el fenómeno. Esperan que esta vez El Niño sea débil, pero marzo y abril serían los meses más sofocantes.

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Foto EDH / Archivo

Por Susana Joma

2019-01-06 7:33:27

Los meteorólogos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) están previendo que este año El Salvador podría vivir un nuevo capítulo de sequías y de temperaturas sofocantes, por influencia de la alteración climática conocido como El Niño.

Pablo Ernesto Ayala, coordinador del área de clima y agrometeorología del MARN, afirmó que El Niño, un fenómeno que se caracteriza por inhibir la formación de nubes, humedad y lluvias, se empezó a gestar en las aguas del Océano Pacífico en los últimos tres meses de 2018, y las probabilidades de que este se mantenga vigente hasta alcanzar abril superan casi el 90 % .

“Eso quiere decir que de aquí hasta el mes de junio tendremos la mayor vigencia del fenómeno de El Niño”, aseguró.

Ayala explicó que están esperando que este mes la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) concluya sus cálculos y emita el anuncio sobre la instalación definitiva del fenómeno, el cual esperan no sea severo esta vez.

Según detalló, la declaratoria es emitida una vez que se han completado cinco períodos continuos, de tres meses cada uno, en los que las aguas del Pacífico se han mantenido con temperaturas arriba de los 0.5 grados.

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Más calor y déficit de lluvia

El especialista sostuvo que instaurado el Niño en los últimos meses de la temporada seca, desde noviembre de un año hasta abril del siguiente, se experimentaría un incremento en la temperatura del aire y el calor se volverá más sofocante, debido a que hay pocas nubes y el sol impacta directamente.

Ayala cita que en San Salvador la temperatura máxima promedio en el mes de marzo y abril suele ser de 32.7 grados, pero con el fenómeno de El Niño ese valor subiría 0.5 o un grado más. Lo mismo ocurriría con La Unión en donde la temperatura máxima para marzo es de 35.9 y para abril de 36.3.

La situación será también complicada en San Miguel, que de por sí tiene una temperatura máxima promedio de 38.4 en marzo y 38.7 en abril.

“Ya entrando en la época de lluvias, que es la transición entre abril y mayo, la expectativa es que tengamos una condición normal pero con tendencia hacia la baja en cuanto a la producción de lluvias”, comentó.

Sin embargo, aclaró que los detalles sobre el comportamiento del periodo de lluvias por la influencia del fenómeno se conocerá en los próximos meses, cuando se emita el informe respectivo.

“En abril hay una reunión del Foro del Clima Centroamericano, donde todos los climatólogos vemos cómo va a estar Centroamérica. Eso es válido para mayo, junio y julio”, agregó.

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Pablo Ayala expuso que, de acuerdo con los registros que tiene el MARN, cuando ocurre esta variante climática, la cantidad de agua que cae en el periodo de lluvias suele quedar por debajo de los 1,867 milímetros, que es el límite promedio anual del país.

La última vez que El Salvador fue afectado por El Niño fue en 2015 y 2016, y de forma previa en 2009, 2004, 2002, 1997 -1998, así como en 1991 y 1992.

El experto del MARN indicó que entre 1997 y 1998 el fenómeno fue severo, pero “ahorita esperaríamos que sea un Niño débil a normal, no esperamos que sea extremadamente cálido”.

De acuerdo con sus palabras, independientemente de la fuerza conque se presente, las localidades que forman parte del Corredor Seco del país sufrirán el fenómeno, entre ellos La Unión, Morazán, San Miguel, parte de Usulután, la Paz y Cabañas.

Las autoridades del MARN están preocupadas ante la posibilidad de que, mientras esté vigente el fenómeno de El Niño, también se produzca un enfriamiento en las aguas del Océano Atlántico como ocurrió de forma sorpresiva en 2018.

La ministra Lina Pohl señaló en diciembre pasado que “eso sí realmente es muy peligroso, y trae más sequía porque no nos viene humedad ni del (Océano) Pacífico ni del Atlántico”.

Pohl, tras advertir que toda la región está vulnerable, detalló que junto con el Programa Mundial de Alimentos y con la FAO trabajan un plan de sequía para este año, que incluye movilizar recursos para emergencias.