Uno de los jóvenes raptado y asesinado en Apopa era surfista

Colegas de la víctima le hicieron un emotivo homenaje de despedida en el Puerto de La Libertad.

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Surfistas le hacen valla con sus tablas al féretro con los restos de su colega Ernesto, como parte del homenaje de despedida que le hicieron ayer tarde en el cementerio del Puerto de La Libertad. Foto EDH / Lissette Monterrosa

Por David Marroquín

2019-01-01 6:24:46

Surfistas de Punta Roca, La Libertad, despidieron a su amigo y colega Ernesto R., un joven de 16 años que fue víctima de la violencia criminal que azota el país.

Ernesto junto a dos compañeros de trabajo fueron secuestrados la tarde del sábado pasado a inmediaciones del excine Majestic en el centro de San Salvador. Varios hombres con apariencia de pandilleros los subieron a un vehículo y los plagiaron.

Familiares y amigos mostraron su consternación en el sepelio de Ernesto. Foto EDH/ Lissette Monterrosa

Horas después, los cadáveres de Ernesto y otro de los jóvenes fueron hallados en unos cañales en las cercanías del redondel Integración en Apopa. El tercer plagiado sobrevivió al ataque y fue encontrado herido a varios metros del primer sitio en la carretera.

Las autoridades levantaron los cuerpos de las dos víctimas como desconocidos porque no tenían documentos personales.

Sin embargo, sus familiares llegaron a identificarlos al Instituto de Medicina Legal, después de buscarlos en diferentes lugares.

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Despiden a surfista asesinado llevándolo frente a la playa

Surfistas de Punta Roca, La Libertad, despidieron a su amigo Ernesto R. de 16 años, un joven que fue plagiado y luego encontrado asesinado en Apopa. En la trayectoria al sepelio el ataúd de Ernesto fue llevado frente a la playa donde usualmente practicaba surf.

Ernesto y sus dos acompañantes residían en el Puerto de La Libertad.

Los tres trabajaban en una empresa que se dedica a armar tarimas para eventos. El día del plagio regresaban de laborar.

Amigos de Ernesto contaron que otros dos compañeros de trabajo, quienes también viven en la ciudad portuaria, le dijeron al joven que se fueran juntos a tomar el bus, pero él les dijo que iba a esperar a sus otros compañeros porque irían a comprar sus estrenos para fin de año.

“Mire ahí están vivos los dos y él fracasó (murió)”, dijo uno de sus amigos. Sus compañeros surfistas desmintieron de que Ernesto tuviera vínculos con pandillas y dijeron que practicaba el surf desde que tenía ocho años de edad. Participaba de las competencias nacionales e internacionales que se realizaban en las playas cercanas.

Pertenecía al Surf Club Punta Roca de La Libertad, que es una entidad que se encarga de limpiar la playa de esa zona del Pacífico y además de enseñarles a jóvenes a surfear para alejarlos de la violencia.

Ernesto tuvo que dejar sus estudios porque las necesidades económicas de su familia lo obligaron a trabajar para ayudar en el sostén de sus hermanos. Sus amigos lo recordarán como un joven alegre y amistoso.

Esa alegría que lo caracterizaba le permitió conocer surfistas extranjeros. Algunos de ellos le regalaron la tabla con la que surfeaba.

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El tercer sujeto sobrevivió al ataque, pero fue encontrado con heridas de gravedad.