En las noches previas a la Navidad, Luis Ernesto Mejía, de Puerto El Triunfo, Usulután, se viste como Santa Claus y da viajes gratis a los niños en su “motocarretón”, una carreta movida por bicicleta decorada con adornos y luces de colores, alusivos a la temporada .
Luis Ernesto, de 36 años, se gana la vida realizando viajes en su medio de transporte desde el malecón hacia la terminal de buses de Puerto El Triunfo. Su faena inicia a las 4:00 de la mañana y llega hasta las 5:00 de la tarde; pero una vez cae el sol, se convierte en Santa Claus y su medio de transporte se transforma, para dar viajes gratis a los niños.
“Los niños se emocionan, porque a Santa solo lo ven por la tele. En varias ocasiones me han pedido regalos, pero por la falta de dinero no he podido comprar, entonces les regalo el paseo en el coche”, relató Luis Ernesto conocido en el lugar como “El jorobado”.
Los carretones movidos por bicicletas son un medio de transporte cotidiano en Puerto El Triunfo; hace cuatro años, aseguró el joven Santa, diseñó el primer “moto carretón” que permite llevar más pasajeros con menor esfuerzo físico, pero es su cuñado el que se encarga de armarlos y el responsable de colocarle múltiples luces de colores y música.
¿Cómo se convirtió Luis Ernesto en Santa Claus? Hace tres años, el joven porteño notó que a las personas le gustaba tomarse fotografías con un Santa Claus de juguete que adornaba su carretón y decidió conseguir un traje de Santa Claus en el país o fuera de este con amigos y familiares, pero por dos años le fue imposible lograrlo.
“El 29 de octubre de este año, una señora me pidió que le fuera a botar una basura y me dijo que iban unos trapos que me podían servir para limpiar la moto, en la última bolsa que abrí estaba una bien amarrada y vi que estaba el traje y a mi medida, yo pienso que Dios lo puso en mi camino”, comentó.
Desde el 2 de diciembre los niños y los padres de familia de Puerto El Triunfo esperan que llegue el “Santa Jorobado” para que les dé una vuelta en la “moto carretón” navideña, los niños viajan gratis y los padres pagan un dólar por vuelta, no así los días sábados que solo son para los niños.
“Él es muy conocido, es muy amable, nunca me imaginé verlo de Santa, nos vino a avisar que daríamos un paseo y los niños se alegran de andar ahí divertidos”, afirmó Gloria Caña, residente.
Por su parte, María Catalina Díaz, hermana de Luis Ernesto, dijo sentirse orgullosa de su hermano al “verlo cómo se rebusca para ganar su comida y, a su vez, darles alegría a los niños”.
