A sus 84 años, Juan Ramón Martínez Oliva, recorre los barrios y colonias de la ciudad de La Unión, empujando su carretón con paletas.
Juan es conocido por sus los amigos, vecinos y clientes como “Condorito”, en referencia a una historieta cómica chilena, publica pro primera vez en 1949. El Condorito salvadoreño debe su apodo a la habilidad de contar chistes, algunos que se ha aprendido y otros que ha creado, los cuales tienen un tono muy picaresco, de doble sentido y sin espacio para ser soez.
Martínez reside en el barrio Las Flores, pero es originario de Zacatecoluca, departamento de La Paz. Hace tres años falleció su esposa Eugenia Sánchez, con quien procrearon una hija que actualmente reside en San Salvador, es profesora y tiene 36 años.
El Condorito salvadoreño tiene 18 años de andar jalando el carretón con paletas. Todos los días se levanta a las 6:00 de la mañana a bañarse, desayunar y prepararse porque a las 10:00 de la mañana tiene que pasar por la empresa sacando el carretón con la mercadería.
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La pomposa decoración de los sitios turísticos atrae a los visitantes, quienes llegan para apreciarla y disfrutar del clima.
La jornada la finaliza a las 5:00 de la tarde, por cada 10 dólares que vende le pagan 3 dólares; lo poco que gana en su trabajo le alcanza para alimentarse él, y su nueva compañera de vida, también para pagar los recibos de energía y agua. “Tengo que trabajar para comer, aunque hay días que me duele un pie que tengo dañado porque un carro me atropelló con todo y carretón, eso fue hace tres meses pero todavía no me he curado”, agregó el anciano.
Martínez Oliva asegura que trabajó por más de 25 años en la extinta Dirección General de Caminos, hoy Ministerio de Obras Públicas (MOP); inició en Zacatecoluca durante el conflicto interno, su plaza era de vigilante de un plantel donde guardaban las máquinas.
Martínez recuerda que dicho plantel fue destruido por la guerrilla, por ende dejó de funcionar. A los que ahí trabajaban los trasladaron a diferentes zonas del país. A él le tocó en La Unión y fue asignado a trabajar en la construcción de las cunetas y calles de la zona costera de Conchagua.
Formó parte de la guerrilla, se dedicaba a cuidar campamentos, pero asegura que no ha logrado ningún beneficio como otros veteranos del Ejército o excombatientes.