En julio pasado, cuando David Hidalgo y Edgardo Molina vestían a Santa María Magdalena, patrona de Tacuba, en Ahuachapán, como parte de las celebraciones de su novenario por las fiestas patronales, quedaron sorprendidos porque, aseguran, la imagen volvió su rostro hacia ellos por varios segundos.
El momento no podía ser resultado de la imaginación de los dos hombres devotos, ya que una tercera persona que también colaboraba con la tarea, presenció el cambio de mirada de la patrona, que usualmente está hacia el horizonte.
Los testigos aseguraron que, en ese instante, la imagen, que está a dos metros de altura, cambió su mirada hacia abajo.
“Edgardo se hincó y se puso a rezarle. Le decía ‘sos nuestra mamá, vos nos cuidas’; empezó a hablarle y nosotros extrañados de que le vimos la vista hacia nosotros. Quedamos admirados de lo que había pasado”, expresó Hidalgo, arquitecto de profesión y actual encargado de turismo de la municipalidad.
En los últimos 20 años, Hidalgo se ha dedicado a cambiar de ropa a Santa María Magdalena en el marco de las festividades patronales; pero fue la primera ocasión que experimentó ese cambio de mirada.
Sin embargo, no es la única experiencia que los tacubenses cuentan que les ha ocurrido con su patrona.
Otras experiencias
Molina, de 46 años y maestro de una escuela de la localidad, también es el encargado de bajar a la virgen de su altar durante las fiestas patronales. Comenzó a colaborar con dicha tarea a los 15 años.
“A pesar de que siempre he colaborado, hubo algunas veces que (la imagen) no se quería dejar bajar para las fiestas. Bromeando les digo que ha de ser por mis pecados; pero a veces como que se pone más pesada. Algunas veces uno dice ‘estoy cansado de que hago lo mismo’. Parece que uno está renegando; algún misterio tendrá o Dios algo le quiere decir a uno a través de eso”, relató Molina.
No precisó cuánto pesa la imagen, pero dijo que la diferencia cuando ya está abajo es notoria.
“Yo la he cargado solo y cuando está arriba me cuesta bajarla, no alcanzo ni a abarcarla. Podríamos decir que no quiere bajar”, continuó el tacubense, que enfrentó dicha dificultad por última ocasión hace tres años.
En San Miguel aseguran que la imagen de una Virgen llora sangre
La imagen permanece en una venta de celulares en el centro de San Miguel, su propietario afirma que todo inició el 23 de septiembre. Hasta la fecha no hay versión de la Iglesia Católica para determinar si es un milagro o no.
En total ha tenido cinco experiencias similares. A su criterio son manifestaciones que Dios les hace a las personas para enviarles algún mensaje espiritual.
La imagen a la que hacen referencia las personas con las historias es la que se encuentra en la iglesia actual.
Es la segunda de Santa María Magdalena que fue llevada por los españoles al ser construida la iglesia colonial, que se encuentra en ruinas tras varios terremotos ocurridos a partir de 1773.
La primera es una que aún conserva la cofradía de Santa María Magdalena, en el cantón Chilapa, y que se supone es varias décadas más antigua que la que está en el templo nuevo.
La imagen que utilizan actualmente en las fiestas patronales, tenía la vista hacia Guatemala, de donde es originaria, cuando se encontraba en el templo antiguo.
Pero cuando éste cedió, fue pasada a una pequeña “champa”, donde años después se construyó la nueva parroquia. Su mirada, entonces, quedó viendo a la inversa de su natal Guatemala.
Mauricio Serrano, de 18 años, colaborador de la parroquia, relató que su abuela, Graciela Aguirre, de 90 años, contaba que antes que se construyera el actual templo, estaba una pequeña casa de adobe, donde las puertas eran aseguradas con candados.
Las personas que dirigían los grupos tenían la llave de estos, pues para entonces no había sacristán y tampoco un sacerdote permanente.
Festejo navideño lleva sonrisas y esperanza a tecleños en la cordillera
Los niños y adultos de la tercera edad del cantón El Matazano y La Granadillas fueron agasajados con la tradicional fiesta organizada por la familia Bonilla Mathe con el apoyo de personas y empresas altruistas.
“Ella (la abuela, entonces de 12 años) estaba pequeña y la señora que dirigía el grupo tenía su llave. Cuando llegaron trataron de abrir el candado y no se podía; pasaron como media hora luchando para abrir. Cuando ya lograron entrar ellas, se acercaron a la imagen (que estaba en camarín) y vio que de la cabellera caían gotas de agua. Solo le dijo ‘ay, Magdalena, con razón no nos querías abrir porque te andabas bañando por el mar’. Después se pusieron a orar”, relató el joven.
Algunas personas llegaron a relatar que, incluso, encontraron restos de arena.
El joven agregó que los padres de la abuela también relataban que días antes del terremoto de Santa Marta, el que destruyó la iglesia en 1773, observaron que Santa María Magdalena tenía un pie afuera de su camarín, como queriendo salirse. Antes de ser construida la nueva iglesia, en la antigua casa, también la encontraban en medio del inmueble, sin ninguna explicación.