“Hoy nos vamos a morir todos, hij…”, gritó el pandillero antes de lanzarles la granada fragmentaria a los tres policías que iban en una lancha para sorprender a un grupo de mareros que tenía una fiesta en un campamento improvisado a la orilla de la laguna El Espino, cantón Llano de La Laguna en Ahuachapán.
El artefacto le explotó en la mano antes de lanzarla y su cuerpo quedó casi destrozado, pero el subinspector que iba al mando y dos policías fueron impactados por esquirlas, explicó el subcomisionado Nelson Doñán, quien es el jefe de la Policía en Ahuachapán.
El subinspector sufrió una lesión en el pómulo, otro policía en el tórax y uno más tuvo lesión en uno de sus brazos.
Explicó que la lancha resultó dañada, pero los policías heridos lograron llegar a la orilla de la laguna y fueron auxiliados por sus compañeros que habían entrado a la zona por tierra.
Tras la explosión se registró un enfrentamiento armado entre policías y los pandilleros que se emborrachaban y drogaban.
Doñán dijo que un cuarto policía resultó herido de bala en la espalda durante el enfrentamiento y es el único que se encuentra hospitalizado. El subinspector y los dos agentes heridos por la granada fueron dados de alta.
Los cuerpos de los tres supuestos pandilleros que murieron en los hechos violentos fueron recuperados por las autoridades hasta ayer por la mañana debido a que la zona donde quedaron muertos es de difícil acceso. Las víctimas no fueron identificadas porque ninguno tenía documentos personales, según el jefe policial.
Doñán explicó que otros dos supuestos pandilleros fueron capturados ayer por la mañana. Estos se habían escondido en una canaleta a la orilla de la laguna.
Los detenidos dijeron a la Policía que ellos se escondieron en ese lugar cuando se estaba en pleno enfrentamiento armado y tuvieron miedo de que algo les pasara. El subcomisionado Doñán aseguró que los mareros tenían atemorizados a los pobladores.