Joven enfermera sobrevivió al cáncer de páncreas y ahora es una tenaz atleta
Es auxiliar de enfermería en la unidad de salud de El Pimental, en San Luis Talpa; superó el cáncer de páncreas considerado uno de los más mortales. Ahora se ejercita en la playa, pues es atleta, para nivelar la azúcar.
Geyli Marta Peraza es una guerrera, a sus 31 años le ha plantado cara a la muerte en varias oportunidades, una de ellas venciendo al cáncer de páncreas, el más mortal y difícil de diagnosticar por los especialistas.
La auxiliar de enfermería de la Unidad de Salud Familiar El Pimental, en San Luis Talpa, La Paz, fue diagnosticada con esa enfermedad en 2016. El cáncer llegó sin avisar, pero su detección temprana, además de salud física y mental le ayudaron a salir de la prueba, para caer en otra más grave.
“Todo empezó con un dolor en la parte frontal derecha, abajo de la costilla. Pensé que podían ser cálculos en la vesícula y así seguí trabajando una semana”, recuerda Geyli. Cuando el dolor fue más intenso, los calmantes ya no hicieron efecto y ya le impedía trabajar con normalidad, decidió buscar una explicación médica.
Geyli Marta Peraza es una guerrera, a sus 31 años le ha plantado cara a la muerte en varias oportunidades, una de ellas venciendo al cáncer de páncreas, el más mortal y difícil de diagnosticar por los especialistas.
Una radiología reflejó que tenía un nódulo en el hígado, pero la recomendación fue que se hiciera una Tomografía Axial Computarizada, TAC, con la que descubrieron que tenía un tumor en el páncreas que también afectaba el bazo.
Luego se acercó a un tío que trabaja en la Universidad de El Salvador, quien la recomendó con una cirujana, que la remitió al Hospital Rosales. Los especialistas le ordenaron un examen de “marcador tumoral”, el cual detecta células cancerígenas en la sangre, que resultó positivo.
La especialista le explicó la gravedad del cáncer y los riesgos que se corrían con la intervención quirúrgica.”Me dijo que tenía que operar lo más pronto posible”, relata.
El páncreas cumple una función vital porque ayuda a distribuir la insulina en el cuerpo y en la digestión del estómago. Al dejar de funcionar, el cuerpo no se nutre y ocurren desbalances con el nivel de azúcar.
La operación se realizó el 14 de junio de 2016 y le extirparon el bazo y la mitad del páncreas, porque al avanzar un poco más quedaría diabética, por lo cual debía seguir una dieta estricta como no consumir harinas, azúcar, lácteos, productos procesados y carnes porque son más difíciles de digerir.
Luego de cuatro horas y media de cirugía salió del quirófano y a los pocos días ya estaba en su casa en recuperación, en espera de la quimioterapia, pero su mayor prueba estaba por venir.