Óscar “Shanay” Sanabria, el joven que destaca como pintor en Suchitoto

Óscar, originario de Suchitoto comparte lo que sabe con jóvenes que son atraídos por la pintura.

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Foto EDH/ Alex Torres

Por Alexander Torres

2018-12-04 6:45:47

Su padre ha sido su mentor en el manejo del pincel y en el gusto por sacar el mejor color y efectos de los oscuros. “Eso es lo que más me gusta”, dice el pintor Óscar “Shanay” Sanabria quien a fuerza de persistencia, talento y mucho color ha logrado darle vida a su galería en Suchitoto.

“Shanay” en realidad era como conocían a un tío suyo y luego a su padre, el también pintor suchitotense Víctor Manuel de Jesús Sanabria. En los pueblos, los sobrenombres suelen trascender generaciones.

Y Óscar, quien hace una pausa mientras da pinceladas a un mural con estampas turísticas del departamento de La Libertad, dice que le gustó como suena Shanay, como nombre artístico.

Ya con paleta en mano en la Galería Shanay, donde trabaja a un costado de la Iglesia Santa Lucía, en Suchitoto, este joven de 30 años hace ver fácil el darle color a la roca de la playa El Tunco, y observar como reales las olas del Pacífico que de un trazo se funden en el Malecón y luego con el muelle de La Libertad.

Una de las técnicas que más le gusta lograr son los oscuros en sus pinturas. Esa es una herencia de su padre, asegura el joven pintor. Foto EDH/ Alex Torres
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Shanay lleva 15 años en el oficio. Al principio dice que solo veía pintar a su papá, Víctor Manuel, quien regenta otra galería a pocos metros de donde Óscar se divierte con el arte, pero admite que no creía que detrás de los óleos, canvas, cuadros y acuarelas estuviera parte de su vida, de hacer su profesión.

En su galería destacan unas pinturas hechas con la técnica de la espátula, cuadros que de lejos muestran a un campesino caminando al atardecer tras una ardua jornada, pero cuando el espectador se acerca, la imagen se pierde. “Ese es el secreto”, dice Óscar, sonriente.

Y como no estar sonriente si aparte de que ahora los colores y los óleos son parte de su vida, también lo son varios jóvenes del municipio “de pájaros y flores” – como se conoce a Suchitoto – a quienes Shanay les está enseñando cómo dibujar, trazar perspectivas, reducir la pintura, cómo lograr texturas, dar sombras o estilizar a una persona u objeto dentro de una canva.

Quiere dejar huella en  el municipio

Óscar se ha propuesto aportar parte de su talento al municipio y con ello dejar un legado que trascienda, pero sobre todo que ayude a cambiar la vida de algunos de sus paisanos. Es así como desde hace cinco años decidió atraer a una veintena de jóvenes con edades de los 18 a 22 años, quienes debían cumplir un único requisito: tener deseos de aprender a pintar.

Y los frutos ya se notan, pues asegura, algunos de ellos ya han encontrado en el arte de la pintura su forma de vida. Hacen sus cuadros, los venden y con ello aportan a la economía de sus familias.

Este proyecto ha sido una apuesta familiar ya que los materiales los aporta su papá y las técnicas, trucos y experiencia con las pinturas y pinceles la imparte Shanay.

Óscar es además de pintor, estudiante de tercer año de Teología, pero dice que ahora está de lleno con lo que le apasiona: pintar.

Una de las cosas que intenta inculcar a los estudiantes que tiene es la paciencia ya que dice, uno de los fenómenos que se da en principiantes es que son impacientes y quieren hacer una pintura profesional desde la primera clase. “Y esto toma su tiempo y mucha práctica también, hay que ir perfeccionando la técnica”, advierte este joven que asegura aprendió todo de su padre, ya que no ha tenido mucho tiempo para conocer de los grandes pintores mundiales, “todo lo aprendí aquí”, afirma.

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