La enseñanza agropecuaria resurge en Instituto Jefferson

Tras la guerra este instituto sonsonateco decayó, al igual que ocurrió con el agro. El viceministro Francisco Castaneda afirmó que en los últimos dos años y medio le han inyectado más de 150 mil dólares para convertirlo en un modelo educativo productivo.

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Foto EDH / Archivo

Por Susana Joma

2018-12-02 7:57:45

Tras un proceso de reingeniería, el bachillerato agropecuario del Instituto Nacional Thomas Jefferson, de Sonsonate, vuelve a cobrar el brillo que tenía en el año 1972, cuando fue creado en pleno apogeo de la actividad agrícola en el país, y el cual perdió tras el conflicto armado.

El viceministro de Educación, Francisco Castaneda, aseguró que en los últimos dos años y medio le han apostado a mejorar los programas de formación, la capacidad tecnológica y la infraestructura instalada, como es el caso de la granja del bachillerato.

La granja experimental se ha convertido un moderno Centro de Emprendimiento en Educación Agropecuaria, en donde a corto plazo se espera generar diversos productos que serán utilizados en el mismo instituto y en instituciones educativas vecinas, como el Complejo Educativo Thomas Jefferson e Instituto Nacional Abdul Gutiérrez, para reforzar la alimentación que se les brinda durante la jornada diaria.

Castaneda detalló que en un principio invirtieron un promedio de 70 mil dólares en mejorar el presupuesto del instituto porque tenía un déficit presupuestario que no les permitía pagar maestros especialistas; tras ello le inyectaron 150 mil dólares más, que provenían de fondos del gobierno y se destinaron para reacondicionar el Centro de Emprendimiento.

Como parte de la rehabilitación de la granja experimental, que cuenta con unas 14 manzanas de terreno, se construyeron dos casas con mallas, dentro de las cuales se harán cultivos bajo cielo protegido, una caseta de riego para instalar un sistema de fertilización y riego por goteo, se levantó un invernadero y un cerco perimetral.

También se hicieron los módulos para albergar aves y conejos; se instaló un nuevo sistema eléctrico, se cambió el techo de una bodega, entre otras obras.

En una entrevista que se le hizo al funcionario, previo a una nueva visita al Centro de Emprendimiento, explicó que precisamente el rescate del bachillerato va en sintonía de devolverle el prestigio en la formación de profesionales del ramo, volverlo productivo, con capacidad para comercializar, al tiempo que ayude a fortalecer el programas de alimentación escolar.

“Revisamos el perímetro alrededor de la granja y vimos que hay centros escolares rurales que cuentan con alrededor de cinco mil estudiantes que hay que darles alimentos, verduras, frutas…”, comentó.

El viceministro Castaneda detalló que han trabajado con el Instituto Nacional Thomas Jefferson un convenio que legalmente haga viable la comercialización de productos excedentes a las escuelas.

“Queremos que el instituto se convierta en el faro de un modelo educativo que no solo asiste y garantiza derechos (educativos), sino que produzca y sea generador de riqueza en la comunidad…”, citó.

En el Centro de Emprendimiento también se habilitó una manzana de terreno para hacer cultivos a cielo abierto, se han creado salas de procesamiento y destace, se ha instalado un tanque de agua de 7,500 litros.

Cuando visitó las instalaciones del Centro de Emprendimiento Francisco Castaneda adelantó que el próximo año destinarán $200 mil dólares más para el proyecto educativo, que según se conoció lleva un 62 % de avance

Según explica, estos esfuerzos tienen como objetivo que los alumnos que se formen sean lo mejor de lo mejor cuando lleguen a las carreras de educación superior.

Francisco Castaneda sostiene que se pretende que el Centro Experimental también se convierta en un sitio educativo y recreativo, que reciba visita de estudiantes de escuelas y colegios para que vean de primera mano cómo se producen los alimentos que llegan a su mesa, también que sea visitado por personas de la tercera edad, o quienes están en recuperación después de una crisis nerviosa o problema cardiovascular.

Esto último lo pretenden poner en marcha con el apoyo de alumnos del bachilleramos en turismo que se impulsan en la zona.

En ese afán de devolverle al Jefferson el esplendor y contribuir a los esfuerzos de reactivación del agro nacional, tanto el viceministro como las autoridades educativas del instituto tienen expectativas de que con las mejoras que se le han hecho en 2019 el número de alumnos crezca.

Y es que según el ingeniero agrónomo José Roberto Domínguez, quien es el técnico encargado del mencionado bachillerato y labora en la institución desde 1977, previo a la guerra la matrícula del bachillerato rondaba los 300 alumnos sólo en primer año, 200 en segundo, y 100 en tercero; sin embargo, después del conflicto la cifra pasó a ser de entre 100 o 150 y siguió bajando sobre todo en los últimos años hasta caer a 20 alumnos este año.

El ingeniero Domínguez , de forma optimista, estima que la población estudiantil puede crecer a 75 el próximo año, incluyendo a los de nuevo ingreso. Mientras, el viceministro Castaneda va más allá al señalar que podrían superar los 300 estudiantes que son los que se habían inscrito en un proceso de prematrícula que llevaron a cabo.

Domínguez expresó que el Ministerio de Educación dispuso personal a tiempo completo que ha trabajado fuerte en promocionar el bachillerato agropecuario entre los estudiantes que estudian tercer ciclo de educación básica en casi todos los centros escolares del departamento de Sonsonate y del sur de Ahuachapán, e incluso han organizado visitas guiadas a las instalaciones para que vean la mejoría.

“Alumnos nuestros han andado acompañándolos para comentarles algo de lo que proyectamos, y cuál es la importancia de la producción agrícola para nuestro país”, afirmó.