¿Cuáles son los tres ríos más limpios de El Salvador? Expertos responden

El Diario de Hoy documentó el proceso de análisis de tres ríos, considerados por autoridades oficiales y expertos biólogos de los más limpios por su población animal y vegetal.

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El río Maishtapula de Ahuachapán mantiene su nivel de pureza en el agua debido a la abundante vegetación que se encuentra a lo largo de su extensión, la cual lo protege de la erosión y retiene el agua. también se mantiene así por el poco impacto humano a lo largo de este. Foto EDH/ Ricardo Flores

Por Ricardo Flores

2018-12-01 9:31:28

En el país hay alrededor de 324 ríos, pero son muy pocos los que están en condiciones de albergar vida animal y brindarle sustento a las comunidades sin que representen un riesgo para la salud.

El Diario de Hoy documentó el proceso de análisis de tres ríos, considerados por autoridades oficiales y expertos biólogos de los más limpios por su población animal y vegetal: el Maishtapula, en Ahuachapán; el Sapo, en Morazán, y el Tamulasco, en Chalatenango.

 

Con el objetivo de analizar cuáles son los afluentes con mayor grado de limpieza en el país, un grupo de biólogos de la Universidad de El Salvador seleccionó en 2017 estos tres torrentes, uno por cada zona del país.

El método que usaron los expertos en biología fue revisar y registrar cuáles son las especies, tanto animal como vegetal, que crecen dentro de los ríos. Esto incluye insectos y algas de todo tipo. Para esta tarea, se valieron de redes y otros implementos adecuados para documentar el desarrollo de la biodiversidad.

El color del agua no siempre indica limpieza. El río Tamulasco, uno de los ríos con mejor calidad del agua en el país, a veces se torna de color marrón debido al sedimento de tierra cuando llueve río arriba. Foto EDH / Ricardo Flores
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Descubre cuáles son los tres ríos con aguas cristalinas que hay en El Salvador

El Diario de Hoy documentó el proceso de análisis de tres ríos, considerados por autoridades oficiales y expertos biólogos de los más limpios por su población animal y vegetal: el Maishtapula, en Ahuachapán; el Sapo, en Morazán, y el Tamulasco, en Chalatenango. En el país hay alrededor de 324 ríos, pero son muy pocos los que están en condiciones de albergar vida animal y brindarle sustento a las comunidades sin que representen un riesgo para la salud.

Según el informe sobre la calidad del agua de los ríos de El Salvador 2017 realizado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), aún existen algunos ríos con calidad de agua calificada como “buena”, pese a la constante deforestación y la demanda poblacional.

Expertos señalan que el estudio de las poblaciones de animales, más que todo peces e insectos que desarrollan sus ciclos de vida en el agua, es una de las formas para medir la pureza del agua en estos escenarios naturales.

Arañas como la Mesua limbata suelen encontrarse como parte de los ecosistemas de los ríos luchando por cazar mosquitos y sobreviviendo a los sapos y aves que subsisten en estos lugares que aún guardan abundante vida. Foto EDH/ Ricardo Flores

Alberto González,  miembro del Instituto de Ciencias el Mar y Limnología de la Universidad de El Salvador (Icmares), señaló que el país ya resiente el descuido medioambiental, y agregó que resulta revelador que solamente en las partes en las que un río se encuentra cerca de poblaciones humanas se muestran los mayores niveles de contaminación.

Una triste realidad es que, en El Salvador, la cantidad de agua potable disponible es escasa, pues muchas fuentes para obtenerla ahora están restringidas por su contaminación, de acuerdo con expertos en el tema.

No sólo los insectos y peces subsisten del río, muchas especies como el pato silvestre (Cairina Moschata) es una de las especies de ave que sobrevive de las criaturas que pueda pescar en el río, al igual que los humanos. Foto EDH / Ricardo Flores

Río Maishtapula, Ahuachapán

Se halla en el municipio de San Francisco Menéndez, Ahuachapán, dentro del área del parque nacional “El Imposible”. Una de sus características es la frescura de sus aguas, debido a que elevación donde se encuentra es de 765 metros sobre el nivel del mar y a su accidentada topografía llena de piedras de diferentes tamaños.

Tal como sucede con Tamulasco, el río Maishtapula no posee un flujo de agua muy rápido, por lo cual el sedimento de las lluvias suele permanecer suspendido en el agua dándole coloraciones marrones, aunque el color del río comúnmente es verde.

Peces como la Amatitlatia Nigrofascia, llamada mojarra de río, es otro de los habitantes de las aguas limpias, pues son criaturas altamente sensibles a los cambios en la pureza del agua. Fotografiada en el río Maishtapula, con una de las mejores calidad de agua en el país. Foto EDH / Ricardo Flores

La vegetación en los alrededores de este río, particularmente, es muy frondosa y diversa; en muchos puntos, esta cubre por encima con la copa de sus árboles varias partes del afluente. En las zonas de poca profundidad, el agua es especialmente cristalina, pues la presencia de árboles a lo largo de su extensión influye mucho en este factor.

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Durante la exploración pudieron observarse en los alrededores especies de patos llamados Cairina Moschata, así como tacuacines. Tras examinar la zona, el equipo de biólogos extendió sus redes en varios puntos del cauce del río para intentar atrapar las esquivas especies de peces entre la corriente y las rocas.

Se logró capturar un tipo de mojarra de río, conocida como Amatitlatia Nigrofasciata, criaturas altamente sensibles a las variantes de las aguas. Este río también ha sido catalogado por las autoridades como uno de los más limpios del país.

Los biólogos utilizan redes como el chinchorro para recolectar las especies de peces para los estudios de bioindicadores. Foto EDH / Ricardo Flores

Río Sapo, Morazán

La cuenca de este río, ubicado en su mayor parte en el departamento de Morazán, se extiende a lo largo de los municipios de Perquín, Joateca, Arambala y Meanguera, en la parte norte, con una extensión de aproximadamente 6,000 hectáreas.

Dicho afluente se caracteriza por el color azul turquesa o verdoso, otorgado por las algas y microorganismos que se encuentran en él. Su temperatura es muy fresca, marcando un aproximado de 19 a 23 grados centígrados.

Una de las especies por la cual el río Sapo recibe su nombre es el Buffo Coccifer, este vive y se alienta entre las rocas del río, y su piel emula un aspecto de roca para camuflarse. Foto EDH/ Ricardo Flores

A lo largo de su extensión se hallan formaciones rocosas que crean pozos y partes estrechas, formando pequeñas cascadas donde el agua obtiene un flujo rápido y permite su oxigenación, una condición indispensable para la proliferación de vida acuática.

Como resultado de la meticulosa búsqueda, los biólogos encontraron las siguientes especies: una araña de la familia trachaleidae, insectos de la familia libeludae, y peces de diversas especies, entre ellas el Sapo o Bufo Corccifer, de donde se inspira el mismo nombre del río.

Contrastando las especies encontradas por los biólogos con el informe sobre la calidad del agua de los ríos de El Salvador, elaborado en 2017 por el MARN, la calidad de las aguas del río Sapo se cataloga como “buena”.

Las pequeñas pozas de agua que se forman entre las rocas también son examinadas por los biólogos, ya que frecuentemente tienen una mayor concentración de criaturas para sus estudios de la calidad del agua. Foto EDH / Ricardo Flores

Río Tamulasco, Chalatenango

El río Tamulasco es uno de los principales ríos de Chalatenango y sus inmediaciones. Su nacimiento se encuentra en el municipio de Las Vueltas, cercano a la frontera entre El Salvador con Honduras. Posee un extensión aproximada de 30 kilómetros, aunque solo los primeros 20 se caracterizan por tener aguas muy limpias y frescas, debido a que la parte que fluye cerca del casco urbano ya está contaminada.

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Aunque a simple vista el color del agua de este río no lo hace ver como el más limpio, los biólogos han señalado que el mismo está lleno de vida, abarcando desde insectos hasta peces pequeños. Su color verdoso se debe al sedimento que se desprende desde el suelo. También se encuentran, en los alrededores, amplias especies de arañas que tejen sus telas en las ramas cercanas al agua.

El pez conocido por los biólogos como Poecilla Butleri es una de las especies que pueden encontrarse en el río Tamulasco de Chalatenango, es sensible a los cambios en la química del agua y utilizado como bioindicador de calidad del agua. Foto EDH / Ricardo Flores

Debido a su lecho rocoso y poca profundidad se forman múltiples pozas o estanques donde se desarrollan las especies acuáticas.

Para apreciar mejor el color cristalino del agua, los biólogos recomiendan dejarla reposar en un recipiente para que el sedimento se deposite en el fondo del mismo.

El informe del MARN ha señalado que la calidad de las aguas del río Tamulasco se mantiene de forma constante, por lo que lo ha catalogado como de “buena calidad”.

Este insecto conocido como megaloptera de la familia Corydalidae posee en su abdomen estructuras similares a agallas con las que filtra el oxígeno del agua en la que vive.
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