Familias mejoran su vida con proyectos ecológicos

Con algunos proyectos las familias se benefician reutilizando el agua y el estiércol.

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Foto EDH/Violeta Rivas

Por Violeta Rivas

2018-11-29 7:45:46

Hogares de Tacuba, en Ahuachapán, son beneficiados con tecnologías ecológicas denominadas “Ecotécnias”, que son proyectos medioambientales con los que, además de beneficiar el entorno en el que viven, ayudan a los hogares a ahorrar agua, leña y electricidad.

Francisco Soriano, de 41 años, vive en el caserío El Carrizal del cantón El Jícaro, en Tacuba, Ahuachapán, donde ha implementado varios de los proyectos ecológicos que fueron llevados a ese municipio por la Fundación para el Desarrollo Socioeconómico y Restauración Ambiental (Fundesyram); y Ayuda en Acción, quienes realizan las capacitaciones para los habitantes.

Foto EDH/Violeta Rivas

Francisco, junto a su esposa, Aidé Román, ha aprendido a desarrollar diferentes proyectos ecológicos y los ha puesto en práctica en su hogar.

“Me dice mi esposa: ‘Yo quiero ir a una capacitación, porque quiero escuchar de qué se trata’, y ahí comienza la historia, porque cuando ella ya no pudo ir entonces me animé a ir yo. En esa ocasión enseñaron cómo hacer la lámpara natural y, cuando la vi, me quedé sorprendido y, sin pensarlo, puse tres en mi casa, porque antes era bastante oscura; y así comenzó todo este proceso”, explica Soriano.

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La instalación de los proyectos en la casa de Francisco inició en 2017 y hoy día ya tiene piso ecológico y paredes repelladas de forma ecológicas.

En el hogar de los Soriano Román también funciona el purificador de agua, que elimina hasta en un 99 % las impurezas de agua. Un proceso que es casi obligatorio en su casa, ya que el agua que utilizan para el consumo procede de los ríos Ishcanelo y Achuquema, ubicados en el cantón El Sincuyo, de Tacuba.

“Yo puedo decir, ahora, que hay mejor salud en nuestro hogar, hay economía también, ahorro de leña, (y de) agua porque sabemos que esa agua, que no se desperdicia en mi casa, le va a servir a alguien más”, asegura Francisco.

La familia, además, está desarrollando el “Biodigestor Anaeróbico”, un proyecto donde se procesa el estiércol de animales de granja, bovino y porcino, pero que también se puede realizar con gallinaza, explica Nelson Flores, coordinador de Proyectos de Fundesyram.

 

 

 

 

Con este proyecto pueden fabricar, de forma artesanal, abono orgánico para los huertos caseros y gas metano para las cocinas.

El biodigestor es otro beneficio para los hogares, donde ahora el excremento ya no afecta al medioambiente por el mal olor, y por las plagas que se pueden propagar por tener los desechos orgánicos a la intemperie.

Michael Zambrano, de Ayuda en Acción El Salvador, asegura que la idea principal de implementar los proyectos en los hogares es que aumenten las perspectivas de vida de los habitantes de Tacuba, y que sean más amplias ahora con las tecnologías ecológicas donde los actores principales son las personas.

“Creemos que los cambios para mejorar la vida de las personas vienen desde afuera y con metodologías externas, pero este modelo (de casas ecológicas) lo que busca es generar un cambio positivo en las familias, pero desde el fortalecimiento de sus capacidades para que ellos mismos sean los constructores de su desarrollo a partir de concientizarse”, dice Zambrano.

“Nos eligieron por la unión familiar que tenemos y porque nuestra casa puede servir para aprendizaje de otras personas, y yo les dije que estaba encantado con la idea”, comenta Fernando.

Añade que lo que más le gustó de que su casa fuera ecológica es que utilizan recursos que hay en la misma comunidad, que son pocos los materiales que tienen que comprar, y que se puedan aprovechar al máximo.

Foto EDH/Violeta Rivas

En el hogar de Francisco y Aidé, junto a sus cuatro hijos, ha implementado el reciclaje de aguas grises, composteras, repello de paredes con mezcla ecológica, uso de cocinas ahorradoras de leña, separación de desechos orgánicos, además de hacer concienciación sobre el uso del agua a sus vecinos y separación de aves de corral con los humanos para evitar enfermedades.

“Nosotros lo hemos visto positivo porque somos agentes de cambio, mis hijos lo tienen ya bien arraigado porque cuidan el agua y espero que ellos lo sigan replicando”, dice Francisco.