José Elías Pérez, de 28 años, vive en el caserío El Gavilán, del cantón San Juan, de Tacuba, Ahuachapán, junto a su esposa, Anabel González de 22 años, y sus tres hijos, en un hogar ecológico, ya que desde hace varios meses han comenzado a implementar “ecotécnias”, proyectos medioambientales que le han permitido ahorrar agua, electricidad y leña.
“Nos sentimos agradecidos porque hemos logrado obtener algunos beneficios con las ecotecnologías que hemos venido desarrollando con Fundesyram y Ayuda en Acción, algunos trabajos en la casa con los que nos hemos sido beneficiados todos”, dice Elías.
La Fundación para el Desarrollo Socioeconómico y Restauración Ambiental (Fundesyram) junto a Ayuda en Acción han venido desarrollando, en el área rural de Tacuba, diferentes proyectos ecológicos a los que denominan “Ecotécnias”, los cuales han implementado en “casas ecológicas”, es decir, aquellas familias que han instalado varios de los proyectos en sus hogares.
Elías es uno de los beneficiados, ya que su hogar se ha vuelto una casa ecológica, donde tienen implementados un panel solar, lámparas hechas de botellas plásticas, filtro de agua para consumo; y de aguas grises, para el riego del huerto y los árboles.
A esto se suma la creación de un huerto casero, donde además de hortalizas cultivan plantas medicinales; tienen también captación de aguas lluvias, plantación de árboles frutales, y un corral con aves, todo para el sustento de los habitantes de la casa.
Las ecotecnologías implementadas en Tacuba, Ahuachapán, están dando a las familias oportunidades de ahorro en gasto de energía y agua, además de aprender a reutilizar botellas y depósitos plásticos, gracias a Fundesyram y Ayuda en Acción.
Ya dentro de la vivienda se puede observar el piso con una especie de cemento y las paredes, que antes eran solo de adobe, ahora están repelladas y tienen color.
“Los niños jugaban en el piso y se ensuciaban, además habían plagas de animales, culebras o todo tipo de insectos además de las chinches. Ahora con el piso que se hizo con la mezcla ecológica nos libramos de todos esos malestares que teníamos y todos nos sentimos más cómodos con las paredes pintadas”, dice Pérez.
Anabel explica que la mezcla que colocaron en las paredes para repellarla está preparada con harina de pan, sal, pegamento blanco y pintura en polvo, con lo que han evitado que los insectos se filtren en la casa. Mientras que la mezcla del piso está hecha con una parte de cemento, pegamento, sal y harina de pan.
“Con esta mezcla hemos repellado toda la casa, hemos prevenido que los insectos se metan y piquen a los niños, y le hemos podido dar color a la casa”, comenta Anabel.
El agua para el hogar la obtienen del río Achuquema, comenta Elías, que luego es consumible al pasar por el filtro de agua potable que han creado con depósitos plásticos, y según la familia Pérez González, es de mucho provecho, ya que con esto purifican el agua y evitan enfermedades.