Sin necesidad de dinero, la familia Pérez modifica su casa a vivienda ecológica

Algunos caseríos como El Carrizal y El Gavilán tiene ya desarrollados algunos proyectos que les benefician con el ahorro de electricidad, agua y leña.

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Foto EDH / Josué Parada

Por Violeta Rivas

2018-11-24 7:00:53

José Elías Pérez, de 28 años, vive en el caserío El Gavilán, del cantón San Juan, de Tacuba, Ahuachapán, junto a su esposa, Anabel González de 22 años, y sus tres hijos, en un hogar ecológico, ya que desde hace varios meses han comenzado a implementar “ecotécnias”, proyectos medioambientales que le han permitido ahorrar agua, electricidad y leña.

“Nos sentimos agradecidos porque hemos logrado obtener algunos beneficios con las ecotecnologías que hemos venido desarrollando con Fundesyram y Ayuda en Acción, algunos trabajos en la casa con los que nos hemos sido beneficiados todos”, dice Elías.

La Fundación para el Desarrollo Socioeconómico y Restauración Ambiental (Fundesyram) junto a Ayuda en Acción han venido desarrollando, en el área rural de Tacuba, diferentes proyectos ecológicos a los que denominan “Ecotécnias”, los cuales han implementado en “casas ecológicas”, es decir, aquellas familias que han instalado varios de los proyectos en sus hogares.

Elías es uno de los beneficiados, ya que su hogar se ha vuelto una casa ecológica, donde tienen implementados un panel solar, lámparas hechas de botellas plásticas, filtro de agua para consumo; y de aguas grises, para el riego del huerto y los árboles.

A esto se suma la creación de un huerto casero, donde además de hortalizas cultivan plantas medicinales; tienen también captación de aguas lluvias, plantación de árboles frutales, y un corral con aves, todo para el sustento de los habitantes de la casa.

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Las ecotecnologías implementadas en Tacuba, Ahuachapán, están dando a las familias oportunidades de ahorro en gasto de energía y agua, además de aprender a reutilizar botellas y depósitos plásticos, gracias a Fundesyram y Ayuda en Acción.

Ya dentro de la vivienda se puede observar el piso con una especie de cemento y las paredes, que antes eran solo de adobe, ahora están repelladas y tienen color.

“Los niños jugaban en el piso y se ensuciaban, además habían plagas de animales, culebras o todo tipo de insectos además de las chinches. Ahora con el piso que se hizo con la mezcla ecológica nos libramos de todos esos malestares que teníamos y todos nos sentimos más cómodos con las paredes pintadas”, dice Pérez.

Anabel explica que la mezcla que colocaron en las paredes para repellarla está preparada con harina de pan, sal, pegamento blanco y pintura en polvo, con lo que han evitado que los insectos se filtren en la casa. Mientras que la mezcla del piso está hecha con una parte de cemento, pegamento, sal y harina de pan.

“Con esta mezcla hemos repellado toda la casa, hemos prevenido que los insectos se metan y piquen a los niños, y le hemos podido dar color a la casa”, comenta Anabel.

El agua para el hogar la obtienen del río Achuquema, comenta Elías, que luego es consumible al pasar por el filtro de agua potable que han creado con depósitos plásticos, y según la familia Pérez González, es de mucho provecho, ya que con esto purifican el agua y evitan enfermedades.

Foto / Violeta Rivas

“Conseguir la parra de agua (agua potable), como comúnmente lo conocemos aquí, tiene un costo elevado, pero aún así conseguimos el derecho al agua; del río hacia arriba se ocupa bomba eléctrica para que llegue el agua hasta la casa, pero ya después llega por gravedad. Se paga el recibo de agua a la institución que la abastece, hay un contador que nos cuenta el agua que consumimos y pagamos entre $4 y $5 al mes”, asegura Elías.

Cuando hay fallas en el sistema de agua que llega del río utilizan agua lluvia para bañarse, lavar ropa o trastos, regar las plantas, lavar el maíz y darle de beber a los animales, entre estos patos y gallinas.

Toda esa agua la recolectan durante el invierno en depósitos para que ya en la época de verano, cuando es más difícil conseguir agua tienen esa reserva para algunas actividades diarias.

Otro proyecto instalado en la casa es el filtro de aguas grises que está colocado debajo del chorro de la pila donde lavan los trastos y la ropa. Toda esta agua pasa por el filtro la cual utilizan después para el riego del huerto y los árboles.

“El filtro que está dentro de la casa lo mantenemos lleno de agua, y tenemos otros recipientes llenos también de agua potable. El filtro de mano artesanal le hemos colocado un huacal para poder lavarnos, y el agua, en lugar de caer al suelo, cae en el filtro de aguas grises y esa agua la podemos usar para regar las plantas”, cuenta Elías.

Algunas hortalizas que tienen en el terreno son rábano, cebollín, ocra, pepino, ayote, además de menta, ruda, hierbabuena, espinaca y cola de caballo.

Cuando han tenido cosecha los han consumido salcochados y en sopa, además de regalar a los vecinos, dice Anabel.

“Como Fundesyram estamos muy comprometidos en el desarrollo local y territorial, y gracias a la cooperación con Ayuda en Acción, con quien tenemos una alianza estratégica de trabajo, estamos promoviendo este tipo de proyectos en el territorio de Tacuba”, dice Nelson Flores, de Fundesyram.

Agrega que uno de los principales objetivos de ambas instituciones es mejorar las condiciones de habitabilidad de las familias de Tacuba, y en ese contexto han puesto en práctica la vivienda saludable o casa ecológica.


Foto EDH / Josué Parada

Flores explica que la importancia de desarrollar las casas ecológicas es que las familias que residen en la misma área donde está el hogar que implementa los proyectos, pueden ver el funcionamiento de las ecotécnias y las van poniendo en práctica en sus hogares también, proyectos que son fáciles de crear con elementos accesibles.

“La parte social es lo que más nos interesa como instituciones, y vemos como factor determinante que la familia conviva de manera armoniosa para poder implementar los proyectos, que el enfoque de los valores y derechos de la familia estén presentes. Nosotros siempre decimos: Lo más importante de la casa ecológica es el núcleo familiar para que vivan con bienestar”, expresa Flores.

Agrega que no sería funcional establecer las ecotécnias en las viviendas si no hay armonía familiar, y un aspecto que determinan como requisito para implementar las casas ecológicas es que sea una familia empoderada, con una buena relación interna y con la comunidad donde residen, y que sean participativos, lo cual les permite a Fundesyram y Ayuda en Acción a impactar a más familias.


Foto EDH / Josué Parada