El año escolar cerró sin estudiantes asesinados y con siete traslados de maestros por hechos de violencia, informó ayer el viceministro de Educación, Francisco Castaneda.
De acuerdo con el Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador 2018 realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entre 2016 y 2017 fueron asesinados 156 estudiantes.
La cifra se extrajo de los datos proporcionados por Ministerio de Educación (MINED).
El informe señaló que 38 de los estudiantes asesinados estudiaban bachillerato y que los departamentos más afectados por los crímenes fueron San Salvador, Ahuachapán y San Miguel.
El PNUD también indicó que los jóvenes deben caminar con frecuencia por zonas donde se vende o consume droga, además de atravesar zonas bajo el control de las pandillas.
A esos hechos, detalla el informe, se suman el abuso de poder y el acoso verbal, físico y sexual ejercido por policías y militares.
“Todos estos hechos generan tensión, malestar e impotencia en las personas jóvenes y otros miembros de la comunidad educativa, quienes no siempre tienen los recursos o habilidades para enfrentarlas”, dice el documento.
El Consejo Nacional de Educación (CONED ) señaló en 2016 que la violencia en las escuelas “se había desbordado”, ya que el problema de las pandillas también afectaba a las comunidades y su entorno.