Foto EDH / Jorge Reyes
Según este informe, una de las primeras extracciones fue la que se hizo cuando se construyó la presa El Guayabo y CEL llevó algunas rocas a las instalaciones de la presa, otras al edificio del Centro de Gobierno. También, cerca de 15 piedras se encuentran en el MUNA; otras están en el parque principal de Metapán y hay muchas otras de las que se desconoce su ubicación, por tanto no están inventariadas.
Esto sin contar las personas que han llegado a la isla a escarbar y extraer artefactos como ollas con huesos, trozos de cerámica, piedras utilizadas para moler, puntas de lanzas o flechas, según señala Magdaleno Magaña, presidente de la Adesco de la comunidad que habita en la isla.
Magaña tiene una colección de más de 100 piezas que fueron encontradas por personas que llegaron a escarbar.
“Para que no se las llevaran yo las compré, queremos que las cosas no salgan de aquí y es nuestro deber protegerlos”, dice Magaña.
Para Luis de Paz, el constante saqueo y la extracción de las rocas representa un “terrible error” porque cada piedra está colocada con una función y significado específico.
“El moverlos no ha sido correcto porque nuestros ancestros los dejaron ahí porque servían para el flujo de energía. Las piedras no están colocadas ahí y en esa forma de puro gusto porque para nosotros estos son circuitos; cada circuito tiene sus componentes y tienen su proceso, si se quita una pieza del circuito la energía ya no fluye”, explica Paz.
Asegura que la muralla de rocas denota que la isla es un centro energético porque las culturas indígenas siempre buscaban lugares con fuerte carga de energía para sus asentamientos, además, los petrograbados elevaban el nivel de energía.
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Explica que algunos de los tallados que tienen las rocas son mapas que registran la ubicación de las comunidades y del Cerro de las Figuras, esta era una forma de expresar geográficamente cómo y dónde estaban ubicados. Paz también cree que plasmaban el significado y ubicación de las estrellas porque para ellos era importante, ya que tenían relación con la espiritualidad y los cuerpos energéticos.
Otro aspecto que pone en peligro la riqueza arqueológica de este sitio es que algunos grabados rupestres han sido retocados con ladrillo rojo, pintura e incluso algunas personas han querido resaltar más los detalles remarcando los trazos y desfigurando el grabado original.
Igualtepeque fue declarado Bien Cultural en septiembre de 2012, según decreto legislativo publicado en el Diario Oficial. Desde entonces, tiene medidas de protección y están prohibidas las construcciones, principalmente aquellas de grandes dimensiones, entre ellas urbanizaciones, caminos, calles, fundación de lotificaciones, entre otras.
Mientras que las acciones permitidas son “cultivo no invasivo, sin uso de arado, tractores u otra maquinaria para roturar la tierra; pasto para ganado; investigaciones arqueológicas autorizadas por la autoridad respectiva”, según la descripción del Diario Oficial de esa fecha.
“Es un lugar que ha estado demasiado descuidado, ha sufrido destrozos y esto es lamentable para nuestro patrimonio. Las piezas arqueológicas y vestigios no se les ha dado la importancia que tienen y es verdaderamente lamentable”, dice Paz.
Similar opina Chávez, quien dice estar consciente de la importancia y riqueza arqueológica que tiene la península, pero también reconoce que no se ha dado la protección ni importancia que un lugar como este tiene.
“Lastimosamente ha sido un lugar que ha estado abandonado en las últimas décadas, no sabemos realmente por qué no se ha hecho investigación. Creemos que, quizás ha habido falta de interés”, dice Chávez.
El Cerro de las Figuras es un sitio arqueológico que ha estado abandonado por años, según el investigador y personas de la comunidad que habita en la isla, por ello los saqueos han sido frecuentes. El cuido y garantía del sitio es responsabilidad del Estado, Ministerio de Cultura, Alcaldía de Metapán, Ministerio de Medio Ambiente (Marn) y por ser una propiedad privada de la persona que es propietario.
En la actualidad no existe ninguna iniciativa que garantice la protección del sitio o al menos investigaciones para obtener más información de las construcciones que están en el subsuelo.
Mientras tanto, Igualtepeque seguirá siendo una península en verano y seguirá quedando aislada en invierno, siendo visitada ocasionalmente por alguna persona que por alguna razón u otra se den cuenta del arte rupestre que tiene en su playa norte.