Más de 400 niños huyeron con familias por acoso de maras

Más del 90 % de casos de desplazamiento forzado que afecta a niños y adolescentes es por la violencia y amenazas de pandillas.

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En la caravana también can menores de edad acompañados de familiares. Foto EDH/ Menly Cortez

Por Jaime López

2018-11-05 9:01:59

A sus 15 años, Arely era acosada y amenazada por pandilleros de su colonia para que ingresara a uno de los grupos de maras; la joven se resistió y su padre, quien vivía en los Estados Unidos, no tuvo opción que pagarle a un traficante de personas o “coyote” para que le llevara su hija junto a él.

La Frase

“La violencia que afecta a nuestra niñez y juventud es de tipo sexual, amenazas, reclutamiento forzado y los hace emigrar por resguardo de sus propias vidas”.

Carmen Alemán, de plan Internacional

La Frase

“Esta modalidad de migrar de manera masiva y visible puede estar provocada por el crimen organizado, como traficantes de personas”.

Celia Medrano, Coordinadora de Cristosal

La adolescente inició la travesía vía terrestre, con el coyote, hasta llegar a México; pero en ese país la entregó a otro similar, quien la acompañó de una mujer adulta y ambas fueron llevadas a una casa para que pasaran la noche para continuar al amanecer.

Por la noche un grupo de sujetos entró a la casa donde las féminas dormían. Los hombres las amordazaron y las arrastraron a un lugar solitario para finalmente violarlas.

La adulta escapó de los violadores pero no la menor; la mujer corrió a casa de los vecinos buscando ayuda para encontrar a la adolescente. Los lugareños se armaron y fueron con ella a buscar a la joven, quien estaba en muy mal estado tras los abusos. La llevaron de emergencia a un hospital.

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Al final, Arely no llegó a su destino sino que fue deportada a El Salvador. Arely es una de los 170 niños que emigraron en lo que va de 2018, hacia México, Estados Unidos, Honduras e Italia tras ser víctimas de la violencia o ser acosados por las pandillas.

Investigaciones de la Fundación Cristosal y organizaciones de apoyo, como Plan El Salvador, aseguran que los niños huyen de sus hogares con sus familias por amenazas (67 por ciento de los casos) y por asesinato de familiares (54 por ciento).

En general, 418 niños y jóvenes entre enero de 2016 y junio de 2018 tuvieron que dejar sus casas para no ser víctimas de las pandillas, crimen organizado y, en algunos casos, de agentes de la Policía, según esta fundación .

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El procurador adjunto, Gerardo Alegría, señaló hoy que han atendido un promedio de 12 casos por mes, pero el año pasado atendieron 7 mensuales.

Celia Medrano, directora de la Fundación Cristosal, afirmó que cuando el Estado no protege, no atiende, las personas que son víctimas de estos grupos delictivos entran en desesperanza y desesperación, y las hace emigrar.

Carmen Elena Alemán, directora de Plan Internacional afirmó que el desplazamiento forzado no sucede de la noche a la mañana, sino que es producto de la vulneraciones que la niñez sufre con más frecuencia.