A las cuatro de la madrugada de este viernes, la segunda caravana de migrantes salvadoreños llegó hasta el portón que protege la entrada al puente sobre el río Suchiate, en Guatemala, con la intención de cruzar la frontera Tecún Umán hacia territorio Mexicano. Es el primer intento de los compatriotas por llegar a México.
Un representante de la caravana, Ramón Torres, se comunicó por teléfono con el cónsul de México en Tecún Umán, Mauricio Ituarte. El salvadoreño solicitó que dejaran a la caravana cruzar unida y no la separaran en grupos, como era alternativa de las autoridades mexicanas. El funcionario pidió una hora para hablar con las autoridades correspondientes.
Casi dos horas pasaron hasta que el Cónsul Ituarte llegó al sitio en que los migrantes salvadoreños esperaban, tomó el altavoz para decir que los portones serían abiertos para el paso de la caravana, siempre y cuando el grupo mantuviera el orden. Video: Marvin Romero pic.twitter.com/EP6cvwyLKt
— elsalvador.com (@elsalvadorcom) November 2, 2018
Los migrantes se sentaron a esperar sobre el asfalto, a la entrada del puente. Al frente de la caravana, tres jóvenes sostenían la bandera de El Salvador. Los líderes del grupo pedían que mantuvieran la calma y el orden. “Las caravanas de hondureños entraron con violencia, nosotros queremos ser la diferencia”, dijeron a través de un pequeño parlante para que todos escucharan.
Casi dos horas pasaron hasta que el cónsul Ituarte llegó al sitio en que los migrantes salvadoreños esperaban. Tomó el altavoz para decir que los portones serían abiertos para el paso de la caravana, siempre y cuando el grupo mantuviera el orden al ingresar.
Luego que se abrieron los portones, del lado guatemalteco, los migrantes salvadoreños transitaron sobre la acera de puente del Río Suchiate, tal cual lo acordaron con las autoridades de migración. Caminaron por varios minutos. Los tres jóvenes, con la bandera salvadoreña, encabezaron la fila.
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Al llegar al paso fronterizo, del lado mexicano, la caravana se encontró con el portón cerrado y custodiado por la Policía mexicana, se detuvieron a unos metros y, del otro lado, un delegado de la autoridad migratoria de dicho país tomó la palabra para indicar que “México no es un país de paso” y que todo el que ingrese deberá registrarse y brindar sus datos para que solicitar un refugio de 45 días.
Para la caravana, esa opción es parte de la “estrategia” de las autoridades mexicanas por disolver al grupo. Ellos insisten en no querer los documentos de refugio mexicanos y que únicamente les permitan el paso libre hasta llegar a la frontera con Estados Unidos.
Desde el otro lado del portón, el delegado mexicano les explica que en la legislación de su país no existe una condición para el tránsito libre y que si desean hacerlo deberán acatar las disposiciones de refugio como única alternativa.
Los salvadoreños se niegan a aceptar las condiciones y dicen que no abandonarán el puente hasta que accedan a su petición. “Ya no tenemos agua ni comida, si nos morimos va a ser su culpa”, gritan.