Agente policial buscaba armas en casa de estilista y le hurta $500

La mujer denunció en Fiscalía que el delito se dio en un allanamiento de 45 minutos y que tras reclamar el dinero fue amenazada.

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Foto de referencia/ Francisco Campos

Por Diana Escalante

2018-10-21 9:05:52

Liney Campos habita desde hace varios años en una residencial privada de San Salvador y es propietaria de un salón de belleza instalado en el mismo lugar. En el tiempo que lleva viviendo ahí nunca había sido víctima de algún hecho delictivo, hasta el 22 de febrero pasado, cuando le hurtaron $500 que tenía guardados en un gavetero.

Irónicamente, no fueron delincuentes comunes quienes le robaron el dinero; la estilista asegura que lo hizo un agente de la Sección Táctica Operativa (STO) de la Policía Nacional Civil, que andaba cubierto el rostro con un gorro pasamontaña, a quien, según sostiene, las autoridades ya tienen identificado.

Él era parte de un grupo de agentes e investigadores que llegó a la colonia de Liney, a medianoche, para allanar decenas de viviendas en busca de armas y otros ilícitos. En la casa de Campos las autoridades no encontraron nada sospechoso y se marcharon.

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Cuando la mujer regresó a su cuarto observó, en medio del desorden dejado por los policías, que el monedero donde guardaba los cinco billetes de $100 estaba tirado y vacío. De inmediato salió a pedirle a los agentes que se los devolvieran pero, tras varias horas de acusaciones e intentos de los hombres por dilatar la situación, el dinero no apareció.

Al amanecer, la cosmetóloga denunció el hecho en la Fiscalía General y le dejó claro a la fiscal que la atendió que no pretendía que se castigara al responsable del hurto, lo único que buscaba era recuperar los $500, los cuales asegura que tiene cómo justificar su procedencia.

Pero hace dos semanas, a ocho meses después de aquel suceso, la víctima cambió de opinión, pues a través de la cuenta de Facebook en la que publicita su negocio, recibió un mensaje que califica como “intimidatorio”.

“Tu tienes topado a unos camaradas solo por puros chambres es de pensar bien las cosas todo puede dar vuelta”, se lee en el texto que le envió un usuario llamado “Vengador azul”.

En la foto de perfil del remitente aparecen tres hombres que posan con armas largas y tienen los rostros cubiertos con gorros. Además, visten camisetas negras y pantalones de lona.

“He estado viendo perfiles y quienes aquí se hacen llamar ‘azules’ y se dicen ‘camaradas’ son los policías. Me están queriendo asustar para que deje esto (la denuncia) así. Yo ya daba mi caso por cerrado, porque creí que lo habían archivado, pero hoy sí quiero que investiguen porque esto ya es una amenaza”, expresa la estilista.

Campos responsabiliza al policía del STO de lo que pueda pasarle a ella o a su familia.

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El día del hurto
La medianoche del 22 de febrero, cuatro policías llegaron a la casa de la víctima y golpearon con fuerza la puerta, a la que aún se le observan las abolladuras que le causaron.

Campos salió del dormitorio mientras su esposo y su bebé, entonces de siete meses, se mantuvieron en la cama. Cuando la mujer abrió, los agentes entraron, en ese momento sin explicarle por qué, ni le mostraron algún documento que avalara el procedimiento.

Quien ingresó primero a la habitación matrimonial fue el policía a quien la víctima acusa de hurtarle el dinero; un compañero se quedó custodiando la entrada mientras que el otro agente y el investigador comenzaron a registrar el resto de la casa.

El sospechoso de adueñarse del dinero apuntó con un fusil al cónyuge de la estilista, pese a que él no opuso resistencia y estaba intentando consolar al niño. Después, lo obligó a que se saliera del cuarto y se acostara boca abajo en medio de la sala.

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El policía se mantuvo en la pieza y luego entró el investigador para hacer el registro. A Campos le dijeron que se quedara en la puerta de la habitación, desde donde podía ver lo que ellos hacían.

La afectada relata que en una cartera que estaba en su gavetero tenía doblado el dinero junto con el comprobante del cobro de una remesa que realizó un día antes del robo.

La mujer vio al investigador agarrar la billetera y en ese momento recordó que ahí tenía el dinero. Sin embargo, no dijo nada porque observó que él palpó la cartera y, al creer que estaba vacía, la lanzó a la repisa de un armario. Cerca de ese mueble estaba parado el policía del STO observando lo que hacía su compañero.

Pocos minutos después, al no hallar nada relevante, el investigador salió del cuarto para revisar otra área de la casa. El agente permaneció ahí solo por varios minutos, ya que la señora se desplazó a la cocina para hacerle una pacha al bebé, quien no paraba de llorar. Ella presume que fue en ese momento que el hombre le hurtó el dinero.

El allanamiento en la vivienda de la estilista duró unos 45 minutos. Los policías se marcharon de la casa para dirigirse a otras, pero antes uno de los uniformados se robó un corvo que la pareja mantenía en el jardín.
Amenaza tras entrevista a policía

Campos regresó al cuarto y descubrió que la cartera estaba en un sitio diferente a donde la lanzó el investigador durante el registro. La abrió y faltaba el dinero, por lo que salió de prisa tras el grupo de policías para pedirle que se lo entregaran. Los hombres le ordenaron regresar a casa y le aseguraron que volverían tras allanar otras viviendas.

Horas después, los agentes retornaron con semblante sereno, como restándole importancia al hecho, según la víctima. Al final ninguno se hizo responsable de haber agarrado los $500.
Fue hasta cuando llegó un jefe policial que los agentes se pusieron serios.

Él les ordenó a todos mostrar sus pertenencias y entregar sus documentos de identidad para que Campos anotara los nombres y pudiera ir a la Fiscalía a poner la denuncia.

La cosmetóloga cuenta que el agente de quien sospecha admitió haber custodiado al investigador dentro de la habitación, pero negó haber hurtado el dinero. Esa madrugada, él mostró un rollo de billetes de diferente denominación (ninguno era de $100) y aseguró que los andaba porque un día antes había recibido un préstamo.

La cosmetóloga ha sido entrevistada varias veces en la Fiscalía y en Asuntos Internos de la Policía. Ella asegura que en esta unidad de la Corporación se abrió una investigación contra el grupo de agentes que allanaron su casa. Se le pidió a la institución confirmar esta versión pero no ha respondido.

Hace dos semanas, cuando la víctima llegó al Ministerio Público a denunciar la amenaza que recibió por Facebook y a pedir que se la adjuntaran al expediente, la fiscal le reveló que pocos días antes había entrevistado al policía que, la medianoche del hurto, se quedó custodiando la puerta de la casa de Campos.

A la estilista le parece sospechoso que le hayan enviado el mensaje con la amenaza poco tiempo después de que la Fiscalía llamó a testigos a declarar sobre su caso.

“El policía que citó la Fiscalía estuvo custodiando la puerta de mi casa. Él nunca se movió de ahí, entonces cómo es posible que haya ido a decir que su compañero que entró a mi cuarto no agarró el dinero. Eso es una mentira, entre ellos se protegen”, reprocha la mujer.

Campos espera que se castigue al responsable del hecho y que esto sirva de precedente. A su juicio, a un policía se le hace fácil cometer un hecho ilícito, ya que puede valerse de su cargo para entrar a un lugar (como lo hicieron en su casa) o fabricar pruebas contra alguien para involucrarlo en algún delito, como se ha documentado en otros casos.