Padre José María Tojeira: “No veneramos a un cadáver, sino a alguien que está vivo”

En la fachada de Catedral Metropolitana se celebró una misa como preparación espiritual antes de la canonización de Óscar Romero.

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Fieles católicos participan en una misa mientras esperan la ceremonia de transmisión de la canonización de Óscar Romero. Foto AFP

Por Violeta Rivas

2018-10-13 11:57:06

Miles de feligreses asistieron a la misa en la fachada de Catedral Metropolitana, que fue presidida por el padre José María Tojeira, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (Idhuca) como preparación espiritual para recibir el momento en que Óscar Arnulfo Romero fue proclamado como Santo. La celebración del acto religioso se llevó a cabo a las 8:00 de la noche del sábado.

El salmo estuvo a cargo de un familiar de San Romero, quien representó a través de su voz, los valores e ideales de la familia del Santo.

Al inicio de la misa el padre Tojeira dio la bienvenida a los feligreses que llegaron de todas partes del país y de Latinoamérica, diciendo “ustedes con Romero son la gran autoridad, porque ustedes lo han querido, lo han mantenido vivo y él sigue agradecido, desde el reino, por tanto amor”.

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En la celebración participó un coro de integrado por 500 católicos, quienes entonaron cantos religiosos entre ellos con alegoría a San Óscar Romero.

Durante la misa hubo presentaciones de danza folclórica a cargo del grupo Árbol de fuego.

En la homilía, el padre Tojeira habló de la santidad de Óscar Romero y lo comparó con las palabras de Jesús cuando se dirigió a Pilatos diciendo: “he venido al mundo para dar testimonio de la verdad”.

El sacerdote mencionó que los pobres fueron la prioridad de San Óscar Romero, convirtiéndose en la voz de los sin voz, donde la cercanía con ellos y su fe en Jesús, lo llevó a ser un profeta de justicia.

Miles de católicos se congregaron frente a la catedral de San Salvador previo a la canonización de Óscar Romero. Foto EDH/ Jorge Reyes

“Monseñor Romero, San Óscar Arnulfo Romero, resucitado ya en la fuerza del Espíritu Santo, resucita en el mundo y continúa resucitando entre nosotros y en nosotros su pueblo salvadoreño que busca justicia y fraternidad”, enfatizó.

Agregó que el seguir el ejemplo de San Romero impulsa a la sociedad a trabajar en su transformación, donde hay que hacer un cambio de raíz, según las palabras del Santo, donde la salud, la educación, el agua, el trabajo y la vivienda digna son derechos de todos.

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“No veneramos un cadáver, sino a alguien que está vivo junto a Dios y en el corazón de todos los cristianos que quieren seguir con radicalidad el evangelio (…) él (San Romero) brilla como defensor de los derechos de los humildes”, exaltó el sacerdote.

Al finalizar la misa hubo testimonios y cantos religiosos hasta que se llegó la hora en que se proclamó como Santo a Romero.

Los fieles frente a Catedral Metropolitana durante la misa previa a la canonización. Foto EDH / Jorge Reyes