Miles de feligreses demostraron su devoción y alegría por la canonización del primer santo salvadoreño con una peregrinación que partió de la plaza de El Salvador del Mundo hacia la Catedral Metropolitana.
A los católicos, provenientes de diferentes puntos del país, se les unieron muchos que provenían de distintos países de Latinoamérica, marcharon con fervor, esperanza, cantos y oraciones y acompañados por la imagen de San Óscar Arnulfo Romero.
“Sabíamos que era un santo desde el primer momento, solo esperábamos el reconocimiento oficial de la Iglesia Católica. Fue el obispo que nunca desamparó a su pueblo y fue enviado por Dios a ser un testigo de la verdad”, expresó el sacerdote José María Tojeira.
Romero se convirtió desde primer momento en un santo para los feligreses y como un acto de reconocimiento y gratificación por su lucha en la defensa de los derechos humanos, caminaron proclamando su nombre.
Niños, jóvenes y adultos portaron pancartas e imágenes alusivas al Santo.
“Para nosotros simboliza una figura de liderazgo y un ejemplo de cómo debe ser el cristiano con la humanidad ante las adversidades”, dijo Kimberly Flores, de 21 años, miembro del colegio la Asunción.
Para las nuevas generaciones, que aunque no vivieron el conflicto armado del país, Romero es un ejemplo de lucha y perseverancia.
Oscar Arnulfo Orellana, de 15 años, acompañó la peregrinación vestido como sacerdote en representación del Santo. Según Ana Landaverde, su madre, el joven es una promesa y milagro concedido por Romero.
Los feligreses se prepararon de diferentes formas para ser participes del gran evento. Regina Torres y su hijo Oscar Chicas cargaron una imagen de aproximadamente dos metros, en la que mostraron una ilustración del santo.
Chicas dijo que tres días previo al evento se dedicaron en familia a dibujar al santo que iba acompañado de la frase “El defensor de los justos San Romero de América”.
También participaron feligreses de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Argentina, China y África.
“Si él dio la vida por el pueblo, ahora su pueblo está aquí proclamando su nombre”, manifestó Sor Eugenia Nuila, miembro de las Hijas de la Caridad de Guatemala.
“Romero no es santo de los salvadoreños, es el santo del mundo y como es un momento histórico, queremos ser parte de esto, es impresionante”, dijo Nidia Wallace, misionera de Argentina.
