Padre Edwin Henríquez: ¿Para quién debería ser el pase VIP en la canonización?

El sacerdote cuenta la historia de una feligrés llamada Eugenia, que pide como milagro presenciar la canonización del beato Óscar Romero en la plaza de San Pedro, en Roma.

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Por padre Edwin Henríquez

2018-10-11 7:56:09

Jueves 6:00 p.m. estoy en la sala de conferencias del Vaticano, aquí hay internet, algo muy apreciado para un comunicador en estos tiempos cuando se está de viaje.

Al revisar el messenger de Facebook encuentro un mensaje de una persona que me dice: “padre yo soy de El Salvador, vivo en Milano (Italia), pero no soy católica.

Sí conozco a una amiga católica y que quiere ir el 14 de octubre a Roma. Usted le puede ayudar? Yo con mucha alegría y de manera casi instintiva, contesté que sí, y pedí que me enviara el contacto; pero para mi sorpresa no hubo necesidad de escribir.

Rápidamente: “Eugenia”, así llamaremos a esta persona, se puso en contacto conmigo. Lo primero que Eugenia me dijo fue: “ Padre, usted me puede ayudar a tener una entrada para estar en la canonización de mi Santo monseñor Romero”. Yo con mucha tristeza le dije: “Eugenia, ya no tenemos entradas, pero voy hacer todo lo posible.

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Entonces ella me dijo: “ y quién tenemos por intercesor pues, quién nos está haciendo los milagros”, esto refiriéndose a Monseñor Romero.

Debo confesar que en este momento me sentí un hombre de poca fe y que del otro lado estaba una mujer gigante de la fe. Ahora decido interesarme por conocer su historia.

¿Cuándo llegó Eugenia a Italia y qué ha hecho Eugenia en Italia, tiene trabajo, con quién vive? También pensé ver en Eugenia la historia de tantos hermanos salvadoreños que han dejado nuestro pulgarcito de América para viajar al mundo entero en busca se un sueño, trabajo, paz, un mejor futuro.

A esa gente que orgullosamente son Salvadoreños en el interior, hoy les encontramos en Australia, en Singapur, en Europa, en Estados Unidos, … etc. Volvamos a la plática con Eugenia.

Pregunté: Eugenia “¿usted cuándo llegó aquí, de qué trabaja? Ella respondió: “ llegue hace 2 años en febrero.

Trabajo de vadante, que quiere decir que cuido a ancianos en sus propias casas. La primera persona que cuidé fue para mi un ángel, que se interesó también por mi familia en El Salvador y me ayudó a sacar mis documentos, el permiso para trabajar aquí en Italia y atraerme mis tres hijos.

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La plática da para más, pero debemos volver al tema de la entrada para el domingo, por lo que inmediatamente le pregunté ¿cuándo vendrá a Roma? Eugenia me dijo: “mire padre, el día sábado yo salgo de trabajar a las 2:00 p.m. pero mi hija sale a las 10:00 p.m. .

Vamos a tomar un autobús que sale a las 10:30 p.m. desde Milán para Roma, durante toda la noche esperamos llegar a Roma a las 5:00 de la mañana del domingo 14. Usted no sabe lo que significa para mi estar en la canonización de Monseñor Romero.

Esto me inquietó mucho y le pregunte a Eugenia: ¿Monseñor Romero le ha hecho a usted algún milagro? La respuesta fue presidida por un con un típico y alarga exclamación salvadoreña: “ Uhhhhhhhhhh. Padre, monseñor Romero me ha hecho muchos milagros, que no ve, tengo aquí a mi familia, tengo trabajo, estamos bien.

Nueva pregunta: Eugenia, ¿tu conociste a Monseñor Romero? Ella respondió: “ si, lo conocí. A él lo asesinaron cuando yo tenía 11 años y recuerdo los llantos de mi abuela quien lo consideraba un santo y un hombre lleno de Dios para el pueblo salvadoreño.

Pero tú, ¿cómo conociste a Monseñor Romero? Ella contestó: “por mi abuela lo conocí. Yo me crié con ella, no con mis padres. Mi abuela me llevó a la catedral y a la basílica a escuchar a Monseñor.

Eugenia, y ¿Qué significa para ti estar el 14 de octubre en la Plaza de San Pedro? es para darle gracias por los milagros que te ha hecho?

Ella se rió y dijo: “para eso y mucho más, la canonización significa que Monseñor Romero es un santo y es justo que el reciba estos honores porque para la gente ya lo era; pero ahora la Iglesia lo reconoce y eso nos llena de alegría a todos los que le conocimos.

El fue nuestro protector y defensor”. Queridos amigos lectores voy a dejar aquí esta nota que con fe en Dios y en Monseñor Romero espero concluir el próximo lunes 15 de octubre. Eugenia aun tiene mucho que enseñarnos.