Familia Rivas, del milagro de Monseñor Romero, llega a Roma para la canonización

La familia junto a otros salvadoreños están a pocos días de presenciar un hecho histórico para el país.

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Por V. Miranda

2018-10-10 11:30:25

Cecilia Maribel Flores de Rivas, la mujer que tuvo una enfermedad que casi la mata, en 2015, llegó a Roma este miércoles acompañada de su esposo y tres hijos para vivir de cerca la canonización de Monseñor Óscar Romero.

A su llegada al aeropuerto Fiumicino de Roma, la familia expresó sentirse expectante sobre uno de los evento que marcará la historia en El Salvador.

“Súper alegres con una gran expectativa, esperando el gran día”, dijo Cecilia en un video compartido por el Padre Edwin Baños en su cuenta de Twitter y quien también se encuentra en Roma para participar en la canonización.

Alejandro Rivas, su esposo, también aseguró que a pesar de lo cansado que ha resultado el viaje, están emocionados de participar en el evento.

El hijo mayor de la Familia Rivas Flores, llegó a Roma con el sueño de entregarle al Papa un cuadro con el rostro del beato salvadoreño enviado por la institución en la que estudia.

La familia de Cecilia, es conocida por ser un testimonio del milagro hecho por Monseñor cuando la declaraban muerta. Poco después de que se le practicara una cesárea de emergencia, Cecilia fue diagnosticada con una infección potencialmente mortal y nadie pensó que podría salvarse, pero al parecer un milagro llegó.

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Después del diagnóstico, Alejandro se fue desesperado a casa y se preguntaba qué podía hacer por su esposa. “Me habían dicho que ella se moría y yo tenía que resolver qué hacer; qué iba a pasar con ella y con mis hijos”.

Sin embargo, en una noche de incertidumbre, Alejandro recibió una señal y rezó por la vida de su esposa. Asegura que buscó la vieja Biblia de la mujer y al abrirla encontró una estampa de Romero.


Luego se arrodilló y casi en penumbras dijo: “Monseñor Romero, le pido que me escuche. Por el gran amor que le tuvo a El Salvador, por el gran amor que le tenía a la familia, por el gran amor que le tenía a las mujeres embarazadas, por el amor que le tuvo a la vida que hasta entregó la suya, le suplico que le pida a Dios que por misericordia mi mujer no muera esta noche”.

Al siguiente día recibió la noticia que su esposa estaba recuperándose de manera positiva.