“Desde que monseñor Romero cayó (murió) por los pobres, ya era santo”

Un octogenario de El Paisnal que trabajó con Rutilio Grande y conoció al beato siente júbilo por la canonización.

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El octogenario Simón de Jesús Contreras no quiere perderse la canonización de Romero, la cual será transmitida en vivo desde Roma el próximo domingo. Foto EDH/ Josué Parada

Por Diana Escalante

2018-10-07 8:02:48

Simón de Jesús Contreras ha perdido la fuerza que tenía cuando andaba por las calles de El Paisnal evangelizando con el padre Rutilio Grande, en la década de los setenta.

Él tiene 84 años y habita en la parte alta del municipio, situado al norte de San Salvador. Sale muy poco de casa porque está enfermo y camina con dificultad apoyado en un bastón. Pero el próximo domingo está decidido a “bajar” al centro de la ciudad para ver en la iglesia, junto a sus hermanos en la fe, la transmisión de la ceremonia en la que Óscar Arnulfo Romero será declarado santo de la Iglesia Católica.

Al octogenario, a quien según él , Grande le llamaba “Simón Pedro”, se le quiebra la voz y se le humedecen los ojos cuando habla del significado que tiene para él la canonización de Romero: “Era un representante de Dios; supimos que era un profeta porque decía la verdad a quien fuera y no tuvo miedo. Desde que Romero cayó (murió) por los pobres, ya era santo”, expresa mientras sostiene un cuadro con la imagen del religioso.

Contreras relata que por varios años él fue “celebrador de la palabra”, un rol que lo llevaba a evangelizar en las comunidades y a trabajar de cerca con el padre Rutilio.

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El religioso junto a otros sacerdotes invitados, dirigió la misa de envío.

Esa cercanía con el sacerdote también le permitió ser testigo de la amistad que este tenía con Romero y las veces en las que el futuro santo llegaba a buscar a Grande al municipio para pedirle consejos.

“Los dos se ponían de acuerdo, creo que la línea estaba clara: ellos dos iban a ser profetas de Dios en la tierra”, dice sonriente el anciano.

Él tiene la esperanza de que el padre Rutilio Grande también sea elevado a los altares porque, al igual que Romero, “era un profeta, tiene derecho”.

La Iglesia Católica avanza con el proceso de presentar ante El Vaticano los documentos que contienen información sobre la vida y obra de Grande para que pueda ser beatificado y canonizado.