Los Fantasmas de Ciudad Delgado le dan ritmo y sueños a niños y jóvenes

El grupo de danza inició hace cuatro meses como una iniciativa de José Torres, de 21 años, para alejar a los jóvenes de situaciones de riesgo. Ahora la Casa de la Juventud del municipio se ha convertido en el oasis en el que, a través de las coreografías y la música, las nuevas generaciones sueñan con un futuro lleno de éxitos.

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En la coreografías participan niños y jóvenes quienes han encontrado una pasión en el baile y una forma de expresarse. Foto EDH/Jessica Orellana

Por Karen Salguero

2018-09-30 9:00:23

José Torres, mejor conocido como el Chino, cada fin de semana hace que la música suene en la Casa de la Juventud de Ciudad Delgado. Él se mueve al ritmo de las melodías, convencido de que el baile puede cambiar la vida de los jóvenes, tal como ocurrió con él.

“A mis 12 años andaba en malos pasos, pero gracias al baile me di cuenta que no era correcto. Ahora yo me siento feliz y les dedico mi tiempo a todos los jóvenes que quieran venir aprender”, expresó Torres, de 21 años, mientras tomaba aire, luego de finalizar una de sus coreografías.

Niños y jóvenes bailan para alejarse de la violencia

El grupo de danza inició hace cuatro meses como una iniciativa de José Torres, de 21 años, para alejar a los jóvenes de Ciudad Delgado de los malos pasos.

 

El grupo es reconocido en el municipio como el Fantasma de los Diamantes y tiene cuatro meses de haber iniciado.

El salón se reviste de colores con las figuras de los bailarines que van y vienen en las coreografías, entregando lo mejor de sí mismos en el baile.

Pasión, disciplina y entrega es lo que se observa en cada movimiento, que con la energía que se vive en el lugar, atrae la mirada de los curiosos que pasan por el sector.

“Al principio yo no tenía dónde bailar, siempre andaba con mi bocinita ensayando en las calles”, comentó el perspicaz bailarín.

De acuerdo con Torres, el grupo comenzó por una iniciativa personal a partir de que no existía un lugar en el municipio donde los jóvenes pudieran liberar su energía y creatividad en el baile.

“Para mí, la danza es algo inexplicable, si yo tengo un problema lo demuestro bailando”, explicó.

Por diferentes motivos, José se involucró en el mundo de los vicios y los malos pasos desde muy pequeño, donde se enfrentó a muchos problemas e incluso perdió la vida de familiares y amigos.

“Mi vida no ha sido fácil, pero encontré un refugio en el baile”, aseguró Torres, quien ahora se dedica a inspirar a más jóvenes.

La Casa de la Juventud se ha convertido en un oasis de entretenimiento y diversión para los jóvenes de Ciudad Delgado. Para ser parte del grupo, el Chino solo pide tres cosas: amor por lo que se hacen, compañerismo, y sobre todo, que sean felices bailando.

“Tengo ocho años de bailar, comencé con el género urbano, luego fue el hip hop, el break dance y muchos más”, cuenta entusiasmado.

Torres recordó que la pasión por el baile surgió desde muy pequeño, ya que a los ocho años no podía escuchar música sin que sus pies se empezaran a mover.

A sus 21 años dirige y enseña al grupo como si se tratara de una larga trayectoria al frente de los jóvenes porque instruye con mucha seguridad.

“Yo entiendo a los jóvenes, pero también les demuestro que el que quiere cambiar lo hace. Soy la viva imagen de eso”, manifiesta el bailarín, que por medio de la danza también les inculca la disciplina y el amor a Dios.

Cada paso de baile también es un nuevo paso en la vida de los chicos, a quienes les está cambiando la forma de ser y pensar. También ha logrado rescatar a algunos que han estado en riesgos de ingresar a grupo de pandillas.

“Como jóvenes, todos estamos en riesgo y encontrar un lugar donde puedas bailar y expresarte, es inexplicable. Es una satisfacción estar en el grupo y obtener en las competencias un logro, de los que pueden llegar muchos más”, dijo Rafael García, de 23 años.

El grupo está conformado por niños y jóvenes desde los 6 años hasta los 27 y Torres les da la oportunidad a todos e integra cada una de las coreografías que son producto de su creatividad y esfuerzo.

Para muchos de los que participan, el grupo sirve de motivación para continuar sus sueños y aspiraciones, ya que aseguran que se enfrentan a una sociedad con falta de oportunidades de empleo y de espacios donde se puedan desarrollarse en el arte, deporte y cultura.

El Fantasma de los Diamantes comenzó con cinco integrantes y ahora cuenta con 35. Ensayan los sábados y domingos en horas de la mañana y tarde.