Agente Carla Ayala fue sepultada sin que haya castigo por su muerte

Después de 266 días, la familia y sus colegas despidieron a la agente asesinada por un expolicía del extinto Grupo de Reacción Policial (GRP), Juan Josué Castillo Arévalo, quien aún está prófugo

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El ataúd lució adornado con la bandera de El Salvador. Foto/ Jessica Orellana

Por Stanley Luna/ David Marroquín

2018-09-21 3:45:51

Una mujer policía se acerca a la familia de Carla Mayarí Ayala Palacios y les entrega girasoles. Otros dos policías hacen lo mismo con otras personas que han llegado al sepelio de la agente.

“La flor favorita de Carla eran los girasoles”, ha dicho hace minutos la persona que preside la ceremonia fúnebre en el cementerio Jardines del Recuerdo. Son las 4:54 p.m. de este viernes. Todos se han reunido para despedir a Ayala Palacios.

El cuerpo de la policía fue recibido por un centenar de colegas que la esperaba para darle el último adiós, después de ocho meses de estar desaparecida. Antes que su féretro arribara al cementerio, hubo una misa privada en la funeraria donde fue velada.

A pesar que fue sepultada con honores, el principal sospechoso de su asesinato, el exmiembro del extinto Grupo de Reacción Policial (GRP), Juan Josué Castillo Arévalo, sigue prófugo.

A la ceremonia asistieron altas autoridades de Seguridad Pública, como el ministerio de Justicia y Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde, y el director de la Policía, Howard Cotto.

Cotto dedicó un discurso de 15 minutos, en el que se refirió en dos ocasiones a Castillo Arévalo; y una vez a los diez procesados por el feminicidio de Ayala Palacios.

“Yo les repito hoy aquí, que vamos a hacer lo que sea necesario para llevar a la justicia al asesino de Carla y a los demás implicados en este caso”, fue el cierre del discurso del funcionario. Esa promesa se la hizo a la mamá de Ayala Palacios y a otro de sus familiares.

Cotto aseveró que la Policía no escapa de los feminicidios y que a la agente la asesinaron por el hecho de ser mujer. Sin embargo, la Fiscalía y el Instituto de Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA), la parte acusadora particular en el proceso, no han revelado cuál fue la causa y la forma de muerte de la víctima.

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¿Quién era la policía Ayala Palacios?

El último trabajo de la agente Ayala Palacios fue en la Unidad de Investigación Disciplinaria Central de la Policía, pero antes estuvo en otros cuatro puestos policiales, entre ellos el de Ciudad Futura, en Cuscatancingo, y el de San Marcos, en Morazán.

La agente era de la promoción 49 del nivel básico e inició sus labores en la Policía el 25 de marzo de 1998, luego de graduarse de la Academia Nacional de Ciudad Pública.

Ella deja a dos hijos en la orfandad, uno de 15 y el otro de 18 años. Según contó su madre hace algunos días, su hija siempre luchó por sacarlos adelante, pues además de su trabajo como policía, tenía una pequeña venta de panes y golosinas en su trabajo. Cada día eso le generaba hasta $30.

Foto/ Jessica Orellana

Incluso para los días festivos la agente era quien les vendía los almuerzos a sus compañeros. A veces ellos mismos llegaban a traerla a la casa, en Apopa, donde vivía con su familia, para evitar que llegara cargada a su trabajo.

En síntesis, Carla Mayarí era una mujer luchadora.

Foto/ Jessica Orellana

Cotto asegura que ayudarán a familia afectada

Cotto aseguró el pasado jueves, en la velación de Ayala Palacios, que la familia de la agente ha tenido y seguirá teniendo la ayuda de la corporación policial.

Explicó que con el hallazgo de sus restos, sus familiares ya podrán también acceder a las prestaciones económicas que otorga la ley a los beneficiarios de un miembro de la corporación policial que haya muerto.

“El apoyo que le hemos dado a la familia ha sido en la medida de nuestros recursos, lo más posible. Lo que no voy hacer, porque lo hemos acordado con la familia, es que no vamos a dar datos específicos de los mecanismos ni de los montos ni del tipo de apoyo que nosotros le hemos proporcionado”, dijo Cotto.

Agregó que ahora la familia podrá “recibir las prestaciones de ley, no las vamos a mencionar tampoco, y no solo las de ley, los miembros de la Policía tenemos otras adicionales a las de ley, pero de eso no vamos a dar detalles”.

El funcionario reiteró ese compromiso durante el entierro.

Además, el jueves Cotto indicó que la búsqueda del prófugo Castillo Arévalo continúa, tanto a nivel nacional como internacional y que mantienen una constante comunicación con las policías de Guatemala, Honduras y México para reiterarle el interés que tiene la Policía salvadoreña por capturar a Castillo Arévalo y someterlo ante la justicia.

Foto/Menly Cortez

El ministro Mauricio Ramírez Landaverde, también dijo ayer que el trabajo de búsqueda del asesino de Ayala Palacios continúa.

“Mientras haya alguien como el asesino de Carla, todavía queda trabajo por hacer”, afirmó el funcionario.
El caso aún está en investigación

La agente fue asesinada y desaparecida la madrugada del pasado 29 de diciembre, después de una fiesta navideña en la sede del extinto Grupo de Reacción Policial (GRP), en las cercanías del Estadio Cuscatlán.

Luego que el exjefe del GRP, Julio César Flores, ordenara a los expolicías Wilfredo Deras y Ovidio Pacheco que fueran a dejar a Ayala a su casa en una patrulla, Castillo Arévalo también abordó el carro y a la altura de la residencial La Gloria, en Mejicanos, lesionó a la víctima en la cabeza, según la Fiscalía.

Foto/ Menly Cortez
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De acuerdo con la investigación fiscal, Castillo Arévalo enterró el cadáver de Ayala en San Francisco Javier, de donde es originario, con la ayuda de otras personas.

El Fiscal General, Douglas Meléndez, dijo en una conferencia de prensa que tienen indicios de que el expolicía prófugo estuvo involucrados en otros delitos en esa zona, junto a otras personas.

Por el feminicidio de la agente son procesados otros 10 imputados, incluido el exjefe del GRP, en el Juzgado Especializado de Instrucción para la Mujer.

El juez Sexto de Instrucción de San Salvador, Roberto Arévalo Ortuño, que conoció la primera etapa de la investigación, señaló a un medio que, en otros procesos judiciales, testigos con beneficios penales han señalado que el GRP tenía cementerios clandestinos donde enterraba a víctimas de ejecuciones judiciales. Cotto indicó ayer que deshizo a ese grupo élite porque realizaba procedimientos fuera de la ley.