Alexia y su lucha contra el mal de Hodgkin

Una joven se aferra a la vida y lucha contra una rara enfermedad cancerígena. Su deseo, desde lo más profundo de su corazón, es regresar a su vida normal, ir a la escuela y ayudar a su madre en la casa.

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Foto EDH/Gadiel Castillo

Por Gadiel Castillo

2018-09-04 8:10:04

Los primeros síntomas iniciaron con una tos que parecía “normal”, Alexia no le tomó importancia. A las dos semanas sentía que se le desgarraba la garganta y los huesos, era un dolor que a sus 14 años nunca había sentido y parecía no terminar.

Fue en ese momento cuando no soportó más y le dijo a su madre, Flor de María Ascencio, que le diera algo para ese dolor, una Ibuprofeno y un té de manzanilla fueron suficiente para calmar, momentáneamente, el dolor que la estaba matando y que ha sido constante durante seis meses desde que fue diagnosticada que padecía del Linfoma de Hodgkin.

De acuerdo con el Oncólogo, Héctor Valencia, esta enfermedad se desarrolla en el sistema inmunológico que protege al cuerpo de las infecciones.

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“Es una enfermedad cancerosa originada en alguna de las partes o en todas de este sistema de defensa, que como todo cáncer crece sin tener un motivo como una infección”, agrega el doctor.

El primer registro oncopediátrico salvadoreño (Ropesal), elaborado por Soad Fuentes-Alabi, oncóloga pediatra, detectó que entre 2014 y finales de 2017 un promedio de 37 casos de cáncer Linfoma Hodgkin.

“Recuerdo que el día que me puse mal no quería ir a la escuela porque estaba como indispuesta, pero mi mamá insistió y tuve que ir a clases”, cuenta la adolescente.

La muchacha no se imaginaba que ese día cambiaría su vida. En la escuela una fiebre de 40 grados invadió su delgado cuerpo y una “gran pelota” apareció en su cuello, en un principio manifiesta que pensaba que era una papera.

Lo que la pequeña no sabía es que esa inflamación era una de las primeras manifestaciones de la enfermedad que padece y que por un periodo de cinco meses deberá someterse a quimioterapias.

El día que su salud agravó comenta que su madre la llevó a la unidad de salud de San Marcos donde inmediatamente fue referida de emergencia al Hospital Saldaña donde estuvo en tratamiento, sin embargo la “gran pelota” no se desinflamaba, fue entonces que un doctor recomendó una operación para extirpar el tumor que se había formado en el cuello.

Según el doctor Valencia la enfermedad se caracteriza por el aparecimiento de ganglios que crecen rápidamente en el cuello, axilas o ingles, además de dolor abdominal por el crecimiento del bazo.

La cirugía fue realizada, Alexia y su madre estaban felices porque su angustia estaba por terminar, esa viajadera al hospital, tomar tantas pastillas y faltar a clases parecía terminar. “Ya quería volver a mi vida normal”, manifiesta la niña.

Transcurridos 15 días de la operación, los resultados de la biopsia llegaron y con ello una mala noticia, les informaron que el tumor era maligno.

“Me hablaron el 8 de mayo diciéndome que tenía referencia para el Rosales porque la niña tenía un tumor cancerígeno, cuando me dieron esa noticia ni desayuné, me puse a llorar desconsoladamente”, comenta la madre.

Alexia se asombró con la noticia pues pensaba que a su corta edad no se podía enfermar. “Mamá, no puedo creer que tengo esto…”, recuerda que le dijo a su progenitora.

“Es que el cáncer es silencioso, uno lo comienza a sentir cuando lo tiene bien avanzado, cuando comienza avanzar en diferentes partes del cuerpo”, agregó la joven.

Problemas económicos

Los únicos ingresos económicos de Flor provienen de la venta de bolsas plásticas y tostadas de plátanos en diferentes colonias de la capital y hasta en ciudades del occidente.

El tratamiento de su hija trajo un incremento al gasto familiar que les ha afectado, pues asegura que en hospital le dijeron que tenía que comprar un medicamento para las quimios.

“Cuando me dijeron en el Rosales que debía comprar unas medicinas y como uno escucha, tanto vale. ¡Ay señor! yo no tengo pisto doctor para comprarle la medicina a la niña y me dice, vea como se rebusca para ponerle el tratamiento completo”, comentó la señora.

La niña comenzó el tratamiento con el esfuerzo de su madre y la ayuda de personas altruistas, sin embargo aún falta un promedio de 10 sesiones para completar el tratamiento en el que tiene que comprar una medicina llamada “Bleomicina “.

“Cada vez que le van a programar una quimio debo llamar al laboratorio para que lleven el medicamento al hospital”, manifiesta la señora.

Un promedio de 40 dólares son los que deberá desembolsar por cada sesión para la compra del medicamento, sumado el pago de taxis después de cada quimioterapia.

Flor muestra su preocupación pues “el gasto es grande” , necesitan un promedio de 500 dólares para el tratamiento y los ingresos de su venta solo alcanza para la comida y pago de servicios básicos de la casa.

Alexia se aferra a la esperanza de salir bien de su tratamiento, incluso se le ve animada, ha tratado de llevar su vida con normalidad, a pesar del mal humor después de cada quimio. “Solo sé que por algo me tuvo que caer esta enfermedad a mí”, enfatiza.

Si tienes el deseo de ayudar a Alexia y su madre pues comunicarte al número telefónico 7136-0191 con Flor de María Ascencio Moreno, o depositar una colaboración a la cuenta de ahorro del banco Cuscatlán 173-401-00-005063-8 siempre a nombre de Flor de Maria Ascencio Moreno.