Wilmer Anzora, alias Cañita, pretendía burlar a las autoridades fronterizas maquillando exageradamente su rostro para ocultar los tatuajes que lo delataban como integrante de la pandilla 18 Sureños.
Según fuentes policiales, el sujeto se disponía a dejar el país y movilizarse hacia Guatemala por la frontera San Cristóbal, municipio de Candelaria de la Frontera, en Santa Ana.
Sin embargo, el exceso de maquillaje llamó la atención de las autoridades quienes de inmediato lo comenzaron a interrogar.
Al consultar en la base de datos policial se percataron que el pandillero tiene cuentas pendientes con la justicia por el delito de feminicidio agravado, por el supuesto asesinato de su suegra identificada como Basilia Granados Hernández, de 59 años.
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La Policía detuvo al pandillero quien se escondía en un edificio en construcción
La víctima fue atacada la noche del miércoles 15 de agosto de este año en el caserío La Montañita, cantón Ocotillo, jurisdicción de Nueva Esparta, en La Unión.
En esa ocasión trascendió que Granados Hernández llegó hasta la vivienda del pandillero porque se oponía a que su hija mantuviera una relación sentimental con él.
Tras haber cometido el asesinato, el principal sospechoso de su muerte huyó de la zona; fue hasta este fin de semana que fuentes oficiales dieron a conocer su detención.
Se informó que Anzora recientemente había salido de un centro penitenciario.
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El sujeto tenía tres órdenes judiciales y las autoridades sostienen que se ocultó en el lugar por varios meses.