Lo que el exalcalde de San Salvador presentó como lo más innovador para los comerciantes informales y algunos emprendedores, de convertir el edificio donde funcional el mercado Cuscatlán como un centro comercial, resultó ser un fracaso.
Las pruebas lo evidencian: 2 millones de dólares es el lastre que le ha dejado a la alcaldía de San Salvador en 20 meses de funcionamiento; además, la comuna tendrá que pagar por los 25 años de arrendamiento 28 millones 815 mil dólares. El fracaso del proyecto también ya lo resienten los vendedores porque no llegan compradores.
El arrendamiento del mercado Cuscatlán, que abrió sus puertas al público el 16 de diciembre de 2016, fue habilitado durante la gestión de Nayib Bukele.
El proyecto que el exalcalde vendió como lo más innovador resultó más costoso para los comerciantes y la comuna.
Alcaldía perdió $2 millones con el mercado Cuscatlán en 20 meses
El edificio, convertido en plaza por la administración Bukele, representa un mal negocio.
Los pasillos de esas instalaciones se mantienen en silencio gran parte del día, solo el ruido del tráfico cercano se escucha; los vendedores se dedican a ver televisión o se distraen con sus teléfonos móviles, algunos conversan entre ellos, otros hasta duermen.
En la planta baja del mercado se encuentran los salones de belleza; en el primer nivel están las ventas de verduras, frutas y cereales, lácteos, comida rápida y helados; el segundo nivel está destinado a los bazares, ventas de accesorios para celulares, la biblioteca municipal y artesanías; en la terraza y mirador están los restaurantes y bares.
Pero prácticamente, el comercio en el lugar no fluye, prueba de ello es que durante todo el día pasa vacío, a excepción de las horas nocturnas por los bares.
Con $10 al día, por veces
Entre los comercios de ese mercado más afectados por la desolación destacan los que están en el segundo nivel, el de los bazares, allí hay locales vacíos y otros en “proceso de recuperación”.
El proceso de recuperación se refiere, según la municipalidad, a locales que dejaron de ser pagados, que se encuentran en abandono y que la alcaldía inició el trámite para que regresen a su poder.
“Con suerte se venden 10 dólares al día, hay veces que nos vamos sin vender nada”, explicó Ana Arely Cañas, quien renta un local en la zona de los bazares desde el 1 de marzo de 2017.
Cañas asegura que ha tenido que aprender a no confiar en la venta del día y que ya se acostumbró a llevar de su casa dinero para comprar el almuerzo.
“Antes, cuando vendía en el edificio Arce (cercanías de la alameda Juan Pablo II) me iba mucho mejor”, aseguró Cañas.
Sara Castro, otra vendedora de la zona de los bazares, comentó que las ventas han decaído aún más durante los últimos meses y que el mercado Cuscatlán ha perdido promoción.
La crisis en ese lugar se agudiza cuando los vendedores han recurrido a créditos para obtener su mercadería.
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“Hay préstamos por pagar, aún tenemos productos que compramos cuando abrió el mercado y no se han podido vender”, detalló una comerciante que prefirió no dar su nombre.
Ella comentó que cuando no logra cubrir los pagos del mes debe recurrir al dinero del esposo y eso complica la economía familiar.