La ruta de escape de Cobra, el policía que huyó con su familia a Inglaterra tras ser atacado por pandilleros

Después de sentirse abandonado por colegas y jefes, este policía vendió todo, compró boletos de avión para él y su familia y, al llegar a Inglaterra, pidió refugio.

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Desde 2003, la Policía Nacional Civil registra 976 denuncias por amenazas directas de pandillas: una denuncia cada dos días durante los últimos cinco años. Foto/ Archivo EDH

Por Marvin Romero

2018-08-17 9:12:27

Luego de sufrir dos ataques, Cobra confiesa que no supo qué más hacer y no estaba dispuesto a esperar por una tercera amenaza. Habló con su esposa y juntos comenzaron a buscar información en internet sobre cómo salir del país. Al principio nadie le daba información, ni siquiera las embajadas y consulados. “Todos me dieron la espalda”, agrega.

Fue así que, en una de sus muchas búsquedas en foros y portales de internet, dieron con Óscar (nombre ficticio), un salvadoreño que para entonces se encontraba a la mitad de un proceso de petición de asilo en el extranjero. Se contactaron a través de correo electrónico, le contaron su situación y él comenzó a orientarlos.

“En solo tres correos me dijo que si en realidad quería salir del país no debía pensarlo tanto”, recuerda Cobra. Así que comenzó a vender todas sus pertenencias. “Fue difícil venderlo todo y lo que no se pudo vender lo regalamos”, señala.

Consiguió reunir un poco más de cuatro mil dólares, toda la documentación necesaria y así emprendió el viaje junto a su familia. Hizo todo lo que Óscar le recomendó y cuando pusieron un pie en Inglaterra se entregaron y solicitaron asilo político a los oficiales de migración del aeropuerto de Londres.

En 2017, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reportó 60,274 solicitudes de asilo por parte de salvadoreños en todo el mundo, cuando en 2011 fueron 5,331 solicitudes. En Inglaterra, 95 salvadoreños pidieron asilo en 2017 y otros 104 en 2016, año en que Cobra y su familia llegaron a ese país.

Cobra está convencido de que el mayor obstáculo y temor de quien decide escapar de una amenaza es no saber qué hacer ni a quién acudir. Para él es importante compartir su experiencia. Su relato comienza cuando consigue el dinero para el viaje: pagó $3,400 por cinco boletos de avión. Dinero que consiguió al vender sus pertenencias. Con eso, él y su familia cruzaron el océano y llegaron a territorio británico.

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“Antes no lo sabía, la petición de asilo político es un derecho que tenemos y lo podemos solicitar en cualquier parte del mundo”, declara con mucha seguridad en sí mismo y prosigue con su relato. Los oficiales de migración tomaron datos generales de él, su esposa y sus tres hijos: huellas dactilares, fotos y pertenencias personales. Cobra señala que es importante ser honesto en esta parte pues toda información será remitida al gobierno del país en donde se solicita refugio.

En el caso de Cobra, sus datos llegaron a manos de las autoridades del Ministerio del Interior británico (Home Office). “Debes demostrarle al Home Office que tu vida corre peligro y que agotaste todos los recursos legales para protegerte, pero sin éxito”, señala el agente. Es valioso que el solicitante reúna documentos, fotografías, notas de prensa, denuncias y todo aquello que dé cuenta de la realidad que vive en El Salvador.

En tanto el proceso seguía su rumbo, Cobra recibía alojamiento y alimentación gratuita por parte del gobierno británico; un alivio, pues casi todo el dinero que lograron reunir en El Salvador se lo gastaron en el viaje.

La norma internacional toma en cuenta seis causales para conceder asilo: Religión, Raza, Género, Grupo Social, Guerra y Calamidad. Cobra solicitó el asilo en Inglaterra porque su vida corría peligro al ser parte de un grupo social determinado: la policía.

“Una vez iniciado el proceso debes estar preparado para la entrevista que te realizará Home Office (Ministerio del Interior Británico) en la fecha que te indiquen”. En esta fase, el solicitante expone las razones de su solicitud y presenta la evidencia y documentos que demuestran que su vida corre peligro en su país de origen. Si convence de esto a los oficiales, gana su primera batalla y obtiene la residencia temporal, de lo contrario es deportado.

En Inglaterra el proceso dura alrededor de seis meses. El de Cobra se extendió doce meses, hasta que consiguió una residencia temporal para él y su familia. La residencia expira en 2022, pero le permite aplicar a la residencia permanente si cumple con las revisiones del caso y otros requisitos durante los tres años posteriores a la aprobación.

Una vez obtenida la residencia permanente, el solicitante puede optar a la ciudadanía británica, aunque deberá esperar cinco años y renunciar a la nacionalidad salvadoreña. Esos son los planes de Cobra, además de volver a ser policía.

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“Si Dios me deja, seguiré mi profesión aquí. Si en El Salvador logré ser policía y por eso tuve que cruzar un océano hasta otro continente, ¿por qué no puedo lograr ser policía otra vez?”, se pregunta Cobra. Para su suerte, la legislación británica se lo permite una vez haya logrado la residencia temporal.

Cobra sabe que ya no regresará a su país, lamenta haber dejado su profesión, asegura que para él es difícil no haber sido capaz de cumplir con el propósito por el cual se formó como policía. “Servir y proteger ante todo en cualquier rincón de mi pulgarcito”.

 

Encuentra en la segunda entrega, cómo los ataques de pandilleros a policías dejan en evidencia que existe desplazamiento forzado al interior de la PNC y que las autoridades de seguridad pública no reconocen la existencia del fenómeno.