El 30 de octubre, Elías Antonio Saca habrá cumplido dos años en detención provisional por el supuesto desvío de 301 millones de dólares durante su gestión entre el 1 junio de 2004 al 31 de mayo de 2009.
De ser condenado a diez años como la Fiscalía General de la República ha solicitado al Tribunal Segundo de Sentencia, esos dos años que ha hecho le cuentan; por lo que le quedaría pendiente ocho años que, con otros beneficios penitenciarios, se reducirían al mínimo, según han puntualizado abogados penalistas consultados por El Diario de Hoy.
A los ocho años, habría que aplicarle los beneficios penitenciarios que los reos ganan con una buena conducta, participación en los programas de rehabilitación y reinserción social.
Expresidente Saca acepta culpabilidad por el desvío de $301 millones
La Fiscalía dijo que presentará al Tribunal las confesiones extrajudiciales, las cuales serán leídas en el juicio por los imputados.
Ese mismo trato sería para el expresidente de Anda y secretario de la Juventud, César Funes, el exsecretario privado de la presidencia; Élmer Charlaix y el exsecretario de comunicaciones; Julio Rank
La Ley Penitenciaria establece que los jueces de Vigilancia Penitenciaria, los equipos técnicos penitenciarios y los consejos criminológicos son los encargados de evaluar las circunstancias del reo para determinar si es candidato a uno de los beneficios que adecue a su pena.
Uno de esos mecanismos es la fase de confianza que implica mayores libertades para el condenado como permisos para salir de prisión y encontrarse con su familia, tener oportunidad de trabajo, así como tener más visitas de familiares y amigos al penal.
Pero para disfrutar esa condición, el preso debe haber cumplido la tercera parte de la pena, que en este caso, la tercera parte la ganarían en un poco más de un año.
Según el ministerio público, de los 301 millones de dólares del caso Saca, hay una millonaria cantidad en efectivo que salió de Casa Presidencial y de la cual se desconoce el paradero
Asimismo, el prisionero debe demostrar avances en desarrollo de la personalidad, dice la Ley Penitenciaria.
La semilibertad con la cual los internos pueden salir de la cárcel a trabajar es otra ventaja; para gozarlo deben cumplir dos cuartas parte de la pena. En el caso de Saca y compañía, deben haber completado 2 años y medio de cárcel, pero como están por cumplir dos, solo le restarían seis meses para alcanzar el requisito. Su concesión lo recomiendan los equipos técnicos y el Consejo Criminológico.
La medida que con mayor frecuencia conceden los jueces en los diferente procesos judiciales es cuando el condenado sufre de una enfermedad crónica y debe recibir atención médica especial.
Los equipos técnicos y consejos criminológicos dictaminan cada caso y los jueces de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena, la aprueban o las rechazan.
Basado en la Ley Penitenciaria, Saca y Charlaix tendrían que pasar unos meses más en prisión para gozar de la fase de confianza o semilibertad; Funes y Rank podrían accederlas de inmediato, pues la pena para ellos sería de cinco años.