Los secretos detrás de las máscaras de los viejos de agosto y los chichimecos

Representar Gigantonas, Cipitíos y Siguanabas, además de Viejos de Agosto no es tarea fácil; sin embargo en el cantón San Antonio Abad, al poniente de San Salvador, hay decenas de personas que se dedican a ese oficio.

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Los miembros del Comité de Tradiciones de San Antonio Abad acostumbran a representar diversos personajes populares. Las Gigantonas son parte de ellos. Foto EDH/René Estrada

Por Enrique Carranza

2018-07-31 7:28:22

Celio López, Roberto Hernández y Rolando Vela han dedicado décadas a representar personajes mitológicos, históricos y bufos en fiestas patronales en todo El Salvador. Ellos aseguran que esa tarea no es fácil, pues el calor y una mala hidratación puede afectar la salud.

Los tres son parte del Comité de Tradiciones San Antonio Abad, comunidad que participa hoy en desfile del Correo de la capital, el cual marca el inicio de las Fiestas Agostinas.

En ese desfile participarán 48 personas del comité y representarán: Moros y Cristianos; Torito Pinto, Cuche de monte, Personajes Mitológicos; los Viejos del Correo; las Gigantonas y los chichimecos.


Fotos EDH / René Estrada.

Celio, Roberto y Rolando aseguran que durante cada exhibición toman en serio precauciones aprendidas con el pasar de los años. Ellos coinciden en tres medidas de prevención.

La primera, después de las presentación es necesario colocar tapones de algodón en los oídos, “sirve para que el aíre frío no entre de golpe en el cuerpo”, sostienen que conocidos ya han terminado con la “cara torcida” por no acatar ese recomendación.

Además, beber mucha agua de una sola vez puede resultar peligroso, al menos tomar medio litro en pocos segundos puede causar cólicos en la parte baja de la espalda.

Bañarse luego de la presentación, también, puede causar daños severos, pues han permanecido bajo el sol – si la presentación se trató de un desfile -, o simplemente han permanecido en ejercicio constante a raíz del los bailes o interacción con el público.

Relatan que a veces los desfiles son extensos y agotadores. Recuerdan en especial el de las fiestas de San Luis Talpa, en La Paz, ese recorrido se prolonga cuatro horas, inicia desde poblados cerca de la playa y termina en el centro del municipio, “quizás es de los más matadores”, dice Roberto.

En cada desfile dos personas o más los asisten, son las responsables de facilitar agua y ajustar los disfraces, que es posible se suelten por el constante movimiento.

Los disfraces utilizados en cada presentación llevan variados accesorios, trozos de tela o capas que ayudan a sostener las máscaras, entre otros; también hay otros de plástico, como cinturones, chimpinilleras y muñequeras; todos esos detalles de la vestimenta y el vapor del pavimento hacen que el calor corporal sea más intenso.

“Al inicio se siente bien fuerte el calor, pero después hay un punto que el cuerpo se acomoda”, explica Roberto.

Tradición familiar

Mantener viva la tradición de esos personajes es herencia en el cantón San Antonio Abad.

Roberto inició en 1983 la representación del diablo en los desfiles. De pequeño, cuando tenía unos ocho años de edad, veía cómo su abuelo, Ermenegildo Hernández, “salía a enseñar la historia a San Juan Los Planes y El Boquerón ” y cuando se retiró de su trabajo en la extinta Dirección de Urbanismo y Arquitectura (DUA), en 2001, participó de lleno en el Comité de tradiciones San Antonio Abad.

Celio es el Rey Moro, también es el responsable de la elaboración de las máscaras y ropas del resto de personajes. Su trabajo en el Comité inició en los años 80. Para tallar su primera máscara se tardó 15 días.

“El Rey Moro es quien conoce los movimientos que le corresponden al resto del grupo”, comenta Celio. Además, recuerda que su abuelo, Santana González, se dedicaba a ese oficio.

Rolando es el Rey Cristiano y, además, ingeniero informático. Llegó a vivir a San Antonio Abad en 2003 y siete años después se integró al Comité, se entusiasmó al leer historia de El Salvador y ver danzar a sus vecinos.

A pesar que todos en la comunidad tienen un rol específico, todos conocen otros personajes, así se cubren en las ausencias.

En el cantón San Antonio Abad cada primer domingo de septiembre inician las clases para participar en el Comité de Tradiciones.