El adiós que le dieron este miércoles en el cementerio los allegados de Blanca Iris Rivera, asesinada el lunes en Chalatenango, por su expareja, más que una despedida fue un consejo para las mujeres, sobre todo las que sufren violencia intrafamiliar.
“Mi llamado es para todas las mujeres: no tenemos porqué ser víctimas de gente patana; porque eso es ser poca cosa, poco hombre, maltratar y atentar contra la vida de quien nos da felicidad, nos da hijos”, dijo con firmeza una pariente de la víctima.
Blanca Iris tenía 32 años y era madre de tres niños. Desde 2015, trabajaba como administradora del mercado de Agua Caliente, Chalatenango. Ahí fue donde la asesinaron, según las autoridades, por Álvaro Rodríguez. Él era el padre de su hijo menor y hasta hace 15 días era la pareja de la víctima.
En medio del sufrimiento por la pérdida y por la impotencia de saber que Rodríguez está prófugo, la familiar de Rivera tuvo un mensaje más fuerte contra los agresores de mujeres y feminicidas: “Podemos pedir ayuda profesional para que estas fieras demoníacas se alejen de nosotros”.
La alcaldía municipal de Agua Caliente ha decretado tres días de duelo por el asesinato de la funcionaria.
La doliente dejó entrever que el supuesto homicida, además de ejercer diferentes tipos de violencia contra Blanca Iris, le quitó la vida porque creía que ella le era infiel y que por eso le puso fin a la relación.
Pero eso no era cierto. La pariente de Rivera contó ante decenas de habitantes que estuvieron en el funeral que la empleada decidió separarse del hombre porque, de acuerdo a sus creencias religiosas, no podía continuar con Rodríguez si no se unían en matrimonio.
El sacerdote que ofició la misa en memoria de Rivera lamentó que Agua Caliente haya sido alcanzado por la reciente “ola de feminicidios” registrados en el país.
Él agregó que como confesor de la joven le constaba que ella estaba haciendo lo posible por hacer bien las cosas en su vida personal y profesional.
“Ese luto y ese dolor (de los feminicidios) nos ha visitado ahora con una persona inesperada: con Blanca, una mujer que estaba tratando de hacer las cosas lo mejor posible”, señaló el sacerdote, quien exhortó a los dolientes a no buscar venganza ante este hecho.
Blanca Iris vivió cuatro años de infierno con su pareja
La señora lo había denunciado en varias ocasiones por violencia intrafamiliar, pero dice la Policía, ella misma retiraba las denuncias.
Una hermana de Blanca Iris dijo que, aunque tiene cuatro hijos, ella se encargará de los tres niños que han quedado en la orfandad.
“Ahora van a ser siete y yo haré todo para que tengan lo necesario”, dijo tras sepultar a su pariente.
Un militar prepotente y violento
Rodríguez no era oriundo de Agua Caliente. Algunos lugareños recordaron que llegó a trabajar ahí como vigilante en los corrales de ganado hace unos seis años. Hasta donde saben, el supuesto homicida era originario de La Libertad; mientras que los familiares de Rivera señalaron que residía en Nejapa.
A muchos pobladores no les simpatizaba porque, según algunos de sus exvecinos, lo veían “engreído”, “prepotente” y de carácter fuerte.
A eso se suma que sabían que maltrataba a Blanca Iris, quien era muy apreciada en el municipio, a pesar que hubo un tiempo en que ella cuidó en su propia casa de los hijos que su agresor tuvo con otra persona.