Sin tratamiento niños con hepatitis en Sonsonate

Son al menos siete menores los que padecen la enfermedad en el cantón Miravalle.

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Foto EDH/Ricardo Flores

Por Violeta Rivas

2018-06-28 9:36:42

Siete niños del cantón Miravalle, en el municipio de Sonsonate, fueron diagnosticados con hepatitis, una infección que inflama el hígado y que según especialistas, la de tipo A es una enfermedad de niños y altamente contagiosa.

El único tratamiento que reciben los infantes es miel de abeja; aunque algunos ya pasaron consulta en una Unidad de Salud, no recibieron medicamentos porque no había en la farmacia de ese lugar.

Las familias que residen en el cantón son pobres y no tienen dinero para poder llevar a sus hijos a la consulta con un médico privado y el centro de salud público más cercano es la Unidad de Salud Comunitaria de Acajutla o el hospital nacional de Sonsonate.

Algunos padres narraron que, al pasar consulta en dicha unidad de salud, solo les dieron la receta médica, donde les prescribían Espatal Hepático. El precio del fármaco es entre $14 y $20, un monto alto para los pobladores de a comunidad rural.

Según declaraciones de la ministra de Salud, Violeta Menjívar, dadas el pasado 26 de junio, están enterados de la situación de ese cantón y según la sintomatología que han descrito habitantes de esa zona, podrían estarse dando los casos de hepatitis A.

Foto EDH Ricardo Flores

“Hoy ( el pasado martes) va un equipo especializado del Ministerio (de Salud), que es el equipo de epidemiología de campo, que ellos hacen una investigación rápida de la zona, entrevistan a las personas, examinan a las personas que podrían tener la hepatitis y se hacen todas las averiguaciones que nos permiten decir si en ese lugar ha surgido algún brote”, dijo la funcionaria. Agregó que al tener la información la estarán proporcionando y que al conocerse si hay brote de la enfermedad estarán alertando a la población.

Los pobladores de la localidad dijeron que ese mismo martes habían recibido la visita del personal del Ministerio de Salud, que ellos suponían eran promotores de salud, pero que solo les habían dado recomendaciones sobre cómo evitar la enfermedad, además de hacerles entrega de sueros.

Justin Alexander Guillén, de dos años, es uno de los menores que padece la enfermedad; en su casa sus dos primos, Juan Antonio y Diego Ernesto, han tenido los síntomas durante ocho días.

Santos Luna es el padre de Diego, de 4 años de edad, y cuenta que llevó al menor a pasar consulta al hospital de Sonsonate porque el niño llevaba varios días con fiebre, tenía dolor de huesos, la orina amarilla y las heces blancas.

“En el hospital nos dijeron que la enfermedad esa tenía, le hicieron exámenes y que tenía que comprarle un tratamiento y gracias a Dios se lo logramos comprar; a mí me costó $20 porque solo la receta me dieron. Cuando fui a la farmacia del hospital solo me dijeron que le diera miel porque medicina no había”, explicó Luna.

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Según la abuela materna de Justin, María Lucas Ortíz, el niño amaneció el pasado lunes con coloración amarilla en los ojos y el cuerpo, además de tener fiebre alta y presentar orina de color amarillo.

La abuela explicó que pasaron consulta con los dos menores que aparecieron primero con la enfermedad, a quienes ya les están dando el tratamiento comprado por los padres; pero al más pequeño no lo han podido llevar a la consulta.

“Por la cuestión del dinero no lo hemos llevado, ya sabemos lo que tiene y de todas maneras no le van a dar la medicina, entonces solo le estamos dando miel. Ayer en la noche (lunes pasado) comenzó con fiebre y tiene los ojos amarillos y se le han puesto bien tristes, y él no es así; se queja de los dolores de estómago y hace el pipí bien amarillo”, cuenta la anciana.

Otra de las menores que presenta los mismo síntomas es Yohana Xiomara Sánchez Lobos, de cinco años, quien según su madre ha tenido fiebre durante varios días, además de quejarse de dolor de estómago y tener la piel y ojos amarillos.

Rosa Elba Lobos, madre de Yohana, es viuda, y la única ayuda económica de su hogar es su hijo mayor quien trabaja en la agricultura; pero actualmente se ha quedado sin trabajo, por lo que no tienen dinero para poder llevar a la niña a la consulta con un médico.

Lobos manifiesta que tienen muchas necesidades y que cada día tiene que ver la manera de cómo darle el sustento a sus hijas, ya que Yohana tiene una hermana de 8 años y su preocupación es que pueda presentar otros síntomas graves y no la pueda ver un doctor; mientras tanto le está dando miel.


Foto EDH Ricardo Flores

Florinda Ortíz es la madre de Kimberly Michell Osorio Ortíz, de 3 años. La niña presentó los síntomas de hepatitis el lunes.

“Yo no la he llevado a pasar consulta porque como dicen que en la unidad de salud solo les dan suero y que con la miel con plátano y bastante agua les quita la enfermedad, por eso no la he llevado, por falta de dinero y hay que ir hasta el puerto (de Acajutla) y a veces de ahí del puesto lo mandan a uno para el hospital de Sonsonate”, dijo Ortiz.

Eusebio Ortíz, uno de los habitantes del cantón, explicó que en meses pasados, personas que no supieron a qué entidad representaban, llegaron a examinar el agua de los pozos que los pobladores utilizan para beber o para lavar sus alimentos y les dijeron que estaba contaminada.

Además de esta situación, los habitantes del cantón Miravalle se quejaron de la proliferación de moscas, que también pueden ser las causantes de la hepatitis, ya que se puede adquirir por beber agua o alimentos contaminados, según especialistas.

Ortiz aseguró que en el cantón viven al menos 40 familias y son alrededor de 100 niños que residen en la zona, quienes juegan juntos y comparten alimentos en ocasiones.

Según el doctor Jorge Panameño, infectólogo, la hepatitis de tipo A es una enfermedad de niños y su transmisión es fecal-oral, por lo que una de las fuentes de la contaminación pueden ser los pozos.

Los habitantes dijeron que para beber agua la toman directamente de los pozos y no tienen el hábito de hervirla o purificarla porque el sabor cambia y de esa forma no les gusta el sabor.

Foto EDH Ricardo Flores