Alejandra Arévalo: “Voy a terminar la Universidad cueste lo que cueste”

Su plan a futuro es la construcción de una casa para albergar indigentes.

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Alejandra Arévalo laboró en el área de servicio al cliente y lavandería del restaurante States Diner. Foto/ Josué Parada

Por Gadiel Castillo

2018-06-23 6:49:01

El maltrato infantil sufrido a sus 11 meses de vida fue la razón que llevó a Alejandra Arévalo, de 21 años, al Centro Infantil de Protección Inmediata (CIPI), San Vicente de Paul en San Salvador.

A sus tres años fue trasladada al hogar de niñas Fray Felipe de Jesús Moraga en Santa Ana, lugar que fue su casa hasta los 14 años, pues ella tenía familia y la nueva Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA) establecía que los niños que estaban en centros de acogida y que tenían familiares deberían regresar con ellos.

El artículo 125 habla sobre la colocación familiar que consiste en la ubicación de una niña, niño o adolescente con un pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.

Este fue el caso de Alejandra, tuvo que regresar con su madre y cuenta que sólo pudo soportar los maltratos por un año “quería que fuera la empleada de la casa”. Cansada de la situación buscó ayuda con el juzgado que llevaba su caso para ser reingresada al Hogar Moraga, luego de meses de lucha volvió al albergue.

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Así transcurrieron los años entre las clases, juegos y talleres con sus amigos. Se venía el tiempo de dejar el albergue y recuerda que oró pidiéndole a Dios que le diera la mejor oportunidad para su vida. “Me salió la oportunidad de irme con una familia sustituta, pero también tenía la oportunidad de venirme a la Fundación Sus hijos, me decidí por la Fundación”.

Cuando Alejandra cumplió sus 18 años le informaron que estaba dentro de la organización. Recuerda que al principio continuaba replicando su rebeldía que la caracterizó en los hogares, pero con el tiempo recapacitó que esas actitudes no la llevarían a cumplir sus objetivos de ser una persona de bien en la sociedad.

Terminó sus estudios de bachillerato y ahora obtuvo una beca para estudios superiores y en julio comenzará estudiar licenciatura en Enfermería.

“Voy a terminar la Universidad cueste lo que cueste y quiero construir una casa para ayudar a indigentes”, agregó.