Reos muestran los frutos del programa Yo Cambio

Los diferentes talleres ayudan a evitar el ocio carcelario, afirman las autoridades.

descripción de la imagen

Por Iliana Ávila

2018-06-22 7:16:00

Los privados de libertad del Centro Preventivo y de Cumplimiento de Pena, en San Miguel, presentaron ante el Consejos de Seguridad Ciudadana una muestra de las habilidades y destrezas adquiridas en las diferentes modalidades del programa “Yo Cambio”, impulsado en ese centro penitenciario a partir de 2015.

La población total del centro penal en San Miguel es de 1,134 personas, entre hombres y mujeres; de estos solo 10 internos no forman partes de los diversos programas por padecer problemas psiquiátricos, explicó la directora Maritza de Martínez.

“La conducta en la población interna a cambiado mucho, el centro penal antes podía tener entre 8 a 10 juntas disciplinarias al mes por mala conducta, y hoy tenemos 1 o 2 juntas disciplinarias, eso significa que están modificando su conducta, porque a través del programa también se enseñan valores”, dijo la directora.

Dentro del programa Yo Cambio, en el penal de San Miguel imparten 34 actividades diferentes en sector hombres, y 32 en sector mujeres, en los turnos de mañana y tarde, como: panadería y carpintería, atarrayas, piratería, cocina, hamacas, artesanía en hilo, entre otros.

Los talleres lo imparten los mismo privados de libertad y de la comercialización de estos productos que adquieren fondos para continuar con esta fuente de ingresos para ellos y sus familias.

Luis Alonso Martínez, de 58 años de edad, cumple una pena de 18 años, de estos ya son 8 años y medio los que ha vivido tras los muros de un centro penitenciario; él asegura que ha aprendió a hacer todo tipo oficios de manualidades como: cestos, cortinas, bolsos, atarrayas, enjuncar muebles, cojines y otros; pero uno de sus componentes preferidos es el denominado relaciones familiares.

“Afuera yo trabajaba recogiendo basura para una alcaldía, pero después del problema fui enviado acá, y aun que sigo sosteniendo que soy inocente, le doy gracias a Dios que me dio esta oportunidad de aprender nuevas cosas y de seguir vivo, porque no sé si ya me hubieran matado”, explicó Martínez.

Él se graduó de bachiller en el Centro Preventivo y de Cumplimiento de Pena de San Miguel, en ese momento sus dos hijas llegaron a darle muestras de apoyo. Ellas continúan siendo su motivo para salir adelante.

“Ellas tenían 12 años cuando me metieron preso, y su mamá las dejo con mi mamá a los tres meses de estar en este proceso; luego que mi madre murió, las agarró una cuñada. Hoy ellas ya son una señoritas educadas que están estudiando en la universidad”, comentó entre lágrimas.

Martínez dijo no perder la esperanza de lograr salir bajo la fase de confianza, “casi me muero en noviembre del año pasado porque me dio tuberculosis, pero espero lograr salir pronto y poder servir a la sociedad”, añadió.

La directora explicó que los programas de “Yo Cambio” y los especializados que imparten los profesionales del centro son los que les permite al interno a modificar su conducta y así poder ser tomados en cuenta para los propuestas de libertades condicionales anticipadas, libertades condicionales ordinarias.

Así como las propuesta a régimen abierto, enviándoles a la granja penitenciaria de Zacatecoluca a los hombres y a la granja penitenciaria de Izalco a las mujeres. “Eso les abre puertas para irse antes de las dos terceras partes de la pena hacia sus hogares y reinsertarse a la sociedad”, explicó la directora.