Cuando Mauricio Funes terminó su mandato presidencial, en mayo de 2014, dijo que habitaría en una vivienda que había arrendado. A través de un comunicado oficial, se apresuró a asegurar: “La casa no es propiedad mía, ni la he construido yo. Es una casa que yo he alquilado para residencia de mi familia a partir del próximo mes de junio”.
El inmueble al que se refería es una lujosa mansión situada en la calle La Guacalchía, #57-A de la exclusiva Urbanización Lomas de Altamira, al sur del estadio Cuscatlán, que fue construida por la firma de arquitectos de Hugo Barrientos por una suma superior a los $500 mil.
Las investigaciones de la Fiscalía General de la República lo señalan como uno de los funcionarios de la administración Funes que participaron en la trama para saquear $351 millones de las arcas del Estado.
Barrientos, contra quien hay una orden de arresto vigente, habría recibido $2,641,169.94 “para remodelar casas compradas por testaferros de Mauricio Funes”, aseguró el fiscal general, Douglas Meléndez, la semana pasada.
Hugo Barrientos fue viceministro de Obras Públicas, entre junio de 2011 y mayo de 2013. Luego se desempeñó como asesor presidencial para la Inversión Pública, cargo en el que estuvo hasta marzo de 2014, cuando fue nombrado presidente de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA).
Mauricio Funes: Mecafé sigue siendo mi amigo
El exmandatario señaló en entrevista con el canal 21 que las detenciones "son totalmente arbitrarias" y que la captura de Mecafé no tiene ningún sentido.
El Ministerio Público descubrió que, en mayo de 2013, un año antes de que terminara la administración Funes, la Sociedad H. Barrientos S.A. de C.V. solicitó a la empresa Suelos y Material S.A. de C.V. hacer un estudio geotécnico en el terreno donde cinco meses después se empezaría a construir la mansión donde habitaría Funes y su familia.
El terreno pertenecía a la Sociedad Inversiones territoriales de Gravámenes Locales S.A. de C.V. y fue adquirido a un monto de $179,122 por la Sociedad Mecafé S.A de C.V., propiedad de José Miguel Menéndez Avelar (Mecafé), quien está en prisión tras ser acusado por la Fiscalía de ser uno de los principales operadores de la trama de corrupción en la administración Funes.
Mecafé, quien según Funes es su amigo, fue uno de los principales financistas del “Movimiento Amigos de Mauricio” que le ayudaron a llegar a la presidencia.
También fue nombrado titular del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (Cifco), cargo que supuestamente desempeñó ad-honórem, es decir que no habría recibido un salario a cambio.
Además, las autoridades señalan que Mecafé habría tenido ingresos superiores a los $14 millones con los contratos que el Gobierno le otorgó a la Compañía Salvadoreña de Seguridad (Cosase) S.A. de C.V. para dar seguridad privada en diferentes oficinas estatales.
La Fiscalía General de la República (FGR) investiga a "Mecafé" por supuestos actos de corrupción en el periodo del 2009 al 2014.
Pignato beneficiaria de mansión
Las investigaciones fiscales han arrojado que la exprimera dama, Vanda Pignato, aparece en los documentos encontrados como la beneficiaria final de la residencia de la Urbanización Lomas de Altamira.
De hecho, esta dirección es la que aparece como domicilio en el Documento Único de Identidad de la actual Secretaria de Inclusión Social, quien está ingresada bajo custodia policial en un hospital.
La compraventa del inmueble aparece inscrita en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipoteca con fecha 17 de septiembre de 2013. El vendedor fue la Sociedad Inversiones Territoriales de Gravámenes Locales S.A. de C.V. a favor de la Sociedad Mecafé S.A de C.V.
Según el Ministerio Público, Funes utilizó a la Sociedad Mecafé S.A de C.V. para adquirir el inmueble. Esta compañía recibió fondos de Cosase, quien a su vez obtuvo fondos de forma ilícita de las cuentas de Gastos Operativos de la Presidencia de la República.
El 30 de octubre de 2013 Mecafé y Barrientos suscribieron el contrato para que se construyera la mansión. Mientras esta era edificada, algunos residentes de esa exclusiva zona residencial dijeron haber visto a Funes llegar a inspeccionar la construcción, la cual causó incomodidad entre el vecindario.
En total, los viajes turísticos y personales de esta pareja costó $436,805.34 a los salvadoreños, aunque no eran funcionarios.
En septiembre de 2016, el Ministerio Público hizo un allanamiento en una oficina de Barrientos en la zona de la colonia San Luis, en San Salvador, como parte de una investigación contra Funes por supuesto enriquecimiento ilícito.
El entonces jefe de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía, Andrés Amaya, señaló: “Mecafé fue el que contrató al arquitecto Barrientos para que construyera esa casa… le pagaron, según el contrato, más de 500 mil dólares y vamos a verificar la forma en la que él obtuvo ese pago y quiénes estuvieron a cargo de ese pago”.
En esa ocasión, los fiscales se llevaron del despacho del arquitecto libros contables y otros documentos con el objetivo de descubrir cómo o quién pagó los $500 mil por la construcción de la mansión en Lomas de Altamira.
Uno de los testigos de la Fiscalía en este caso ha declarado que la compañía de Barrientos también se encargó de remodelar Latin America Spa, un salón de masajes, situado en el inmueble número 30 de la calle Maquilishuat, en San Salvador.
Este negocio era administrado por Ada Mitchell Guzmán, quien es la madre de uno de los hijos de Funes y se encuentra asilada con ellos en Nicaragua, desde 2016. Para Guzmán y los hijos mayores de Funes son imputados en este caso.