Karla Guevara es la presidenta del Colectivo Alejandría, quien también es transgénero, y es una de las personas que impulsan el anteproyecto de Ley de Identidad de Género en el país, cuya finalidad es ayudar con el cambio de nombre a personas transgénero, ya sean hombres o mujeres mayores de 18 años.
“El anteproyecto de Ley de Identidad de Género lo que específicamente permitirá es el cambio registral del nombre y sexo de la persona transgénero, sea hombre o mujer. Que las personas transgénero puedan hacer el cambio registral pero que su identidad de género concuerde con los documentos de identificación”, dijo Guevara.
La propuesta de ley solo permite que se cambie el nombre pero no el número del Documento Único de Identidad (DUI), el Número de Identificación Tributaria (NIT), el número de pasaporte, y tampoco las obligaciones mercantiles, civiles, y procesos penales pendientes, explicó Guevara.
“La ley así lo estipula y hay un artículo específicamente que así reza, que a pesar de que haya un cambio de nombre de la personas transgénero, sus obligaciones civiles, mercantiles, con el Estado o penales, no cambian lo que implica que si una persona cambia de nombre no quiere decir que si tiene un proceso penal este se va a detener”, comenta la presidenta del colectivo.
Guevara explica que actualmente los centros penales no cuentan con un recinto especial para las personas transgénero, pero es al centro penal de Sensuntepeque a donde envían a la mayoría de personas transgénero y LGBTI.
“Antes de que existiera este recinto las enviaban a otros centros penales donde en algunos casos eran violadas, en general habían muchas violaciones a los derechos humanos de las mujeres transgénero, pero con esta ley una mujer transgénero podrá ser enviada a un centro penal de mujeres”, explica Guevara.
Uno de los aspectos importantes que destacó también es que las mujeres transgénero tendrán los mismos derechos que una mujer salvadoreña, al momento de cambiar su nombre y su género, incluyendo los de ley como la de pensiones donde las mujeres se pueden jubilar cinco años antes que los hombres, al igual que los hombres transgénero a quienes les aumentarían los años de jubilación, ya que a través de este cambio también adquieren los derechos de los hombres salvadoreños. “Las transgénero tradicionalmente son violentadas en los derechos humanos básicos, derechos constitucionales de las personas, como el derecho al trabajo, a la vivienda, a la educación y a la salud”, mencionó la presidenta del Colectivo Alejandría.
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También explicó que las personas transgénero ven dificultades por su identidad en su hogar, ya que en muchas ocasiones son expulsados de sus casas, además de que en los centros de estudios públicos o privados existe un alto índice de bullying, y que por el hecho de ser un hombre o mujer transgénero son violentadas, lo cual influye en que haya deserción escolar.
Guevara comentó que tienen muchos casos documentados de personas que han accedido a estudios en modalidad flexible, y que no les han permitido que entreguen una foto porque su expresión no concuerda con su documento legal a quienes también les han negado el título de bachiller.
En el tema de la deserción escolar, Guevara comentó que tienen un estudio del 2014, que se realizó con el apoyo de Plan Internacional, que indicó que el 70% de las mujeres transgénero no han finalizado el bachillerato y que solo el 4% tenía estudios universitarios, una muestra de 600 mujeres transgénero.
“ Tenemos el caso de un hombre transgénero que en una universidad del país le han negado su título profesional porque su foto y su expresión no concuerdan, porque él realizó sus prácticas con su expresión, y en esa universidad dicen que esa persona no concuerda ni con su foto, ni con su nombre, por eso le han detenido el proceso y no se ha podido graduar”, explicó Guevara.
La presidenta del Colectivo Alejandría comentó que algunos problemas que atraviesan son por ejemplo en los Duicentros, donde les dicen que no les pueden dar los documentos si se presentan maquilladas.
Otro ejemplo es en los bancos donde tampoco pueden tramitar una cuenta de bancaria porque su apariencia no concuerda con el documento legal, lo cual no les da acceso a un préstamo, porque tampoco cuentan con un trabajo formal, o les niegan el acceso a poder adquirir una vivienda.
“Hay personas transgénero que inician a los 12 años, pero en mi caso, yo comencé al rededor de los 20 años, y es un proceso difícil porque uno rompe todas las relaciones, como las laborales, de amistad, familiares, porque son familias inculcadas con muchos valores cristianos en muchos casos. Es una decisión muy personal, e incluso hay personas que comienzan su transición ya mayores, a los 50 ó 60 años”, dijo Guevara.