Pandillas controlan venta de cigarrillos de contrabando en El Salvador

Estos grupos criminales obligan a los contrabandistas a que les vendan el producto ilegal para después comercializarlos en plazas. El contrabando de cigarros causa pérdidas entre $15 millones y $40 millones al país.

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Por David Marroquín

2018-05-10 4:42:40

Las pandillas han escalado un peldaño más en sus actividades criminales. Resulta que ahora son las responsables de controlar el contrabando y la venta de los cigarrillos que ingresan de manera ilegal por puntos ciegos fronterizos (sin control de autoridades).

Para ello, las pandillas obligan a los contrabandistas de cigarrillos a que les vendan sus productos a precios bajos exclusivamente a ellos y no a otras personas, para después venderlos a precios más altos en el mercado negro.

Las empresas afectadas estiman que 70 por ciento de la venta de cigarrillos ilegales es controlada por las maras.

El alcance de la penetración de las pandillas con los cigarrillos ilegales llega hasta el contrabando de ese tipo de productos. De hecho, pandilleros ya han sido detenidos por la Policía con sendos cargamentos de cigarros cuando trataban de meterlos de manera ilegal al país.

Estos cigarrillos de contrabando son vendidos por “comerciantes” ligados a las pandillas y funcionan en las zonas comerciales céntricas de las ciudades de San Salvador, Santa Tecla y Santa Ana, según un estudio de las empresas afectadas.

Foto/ Archivo EDH

“Ahora la percepción que nosotros tenemos es que las estructuras que se dedican al contrabando de cigarrillos tienen obligatoriamente que pactar con las pandillas”, dijo Gustavo Villatoro, quien representa a la industria tabacalera, que se ve afectada con el trasiego ilegal de cigarrillos.

Agregó que “si ellos (contrabandistas) quieren vender sus productos que han logrado ingresar ilícitamente al país, tienen que topar con las pandillas porque ellos son los que controlan las plazas de venta”.

La organización internacional Crime Stoppers destaca en su sitio web que el contrabando de cigarrillos es un delito que genera altos ingresos no solo a los contrabandistas sino que también a grupos delictivos como las pandillas.

En El Salvador, las marcas ilegales más vendidas de contrabando son: Modern, Pine, Esse Change, Raquel, Royal, Have a good day, Hobby, entre otras.

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El decomiso está valorado en unos 4 mil dólares, según informó la PNC.

“El contrabando facilita el fumar a los jóvenes por su bajo precio de venta al público”, señala Crime Stoppers.

Señala la referida organización que en El Salvador, las pandillas usan el dinero proveniente de la venta de cigarros ilegales para comprar armas, vehículos, pagar abogados y facilitar las extorsiones.

La referida organización tiene en su plataforma digital las fotografías y los nombres de 29 contrabandistas de cigarros que son reclamados por las autoridades judiciales salvadoreñas.

A lo anterior, investigadores de la Policía agregan que la comercialización del cigarro no autorizado es una de las mayores fuentes de financiamiento de las pandillas para crecer como organizaciones criminales, según investigadores de la Policía.

Reconoce que a pesar de los esfuerzos que realiza la División de Seguridad Fronteriza de la Policía Nacional Civil (PNC) por combatir esa actividad ilícita, grandes cantidades de contrabando de cigarros todavía circulan en El Salvador.

Datos de la Policía y Crime Stoppers detallan que solo en El Salvador, son consumidos 940 millones de cigarros al año, de los cuales el 32% de esa cantidad son de contrabando.

El Salvador pierde entre 15 millones y 40 millones de dólares anuales por el contrabando de cigarrillos. Solo en concepto de impuestos específicos, el Estado deja de percibir más de 15 millones de dólares anuales por la importación ilegal de cigarrillos.

Y lo más preocupante es que se trata de 15 millones de dólares que no entran a las arcas del Estado, con lo se deja de invertir en mejoras y fortalecimiento de las unidades de salud de Fosalud, diseminadas en todo el país.

“Las pandillas han tomado el control del contrabando y la comercialización del cigarrillo no autorizado como una de las mayores fuentes de financiamiento”, advierte Villatoro.

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Destaca Crime Stoppers que el Departamento de Estado del Gobierno de los Estados Unidos de América clasificó el contrabando de cigarrillos como una actividad delictiva de bajo riesgo, pero de altas ganancias que son usadas por organizaciones terroristas a nivel global como Al Qaeda y Hezbollah y los Zetas, y a nivel de Centroamérica por pandillas como la MS. Lo anterior para financiar distintas actividades criminales como tráfico de personas, tráfico de drogas y el terrorismo.

Las pérdidas económicas dejadas por esa actividad ilícita no solo afecta al Estado sino que también a las empresas tabacaleras que tienen que reducir sus inversiones en ampliar sus negocios en detrimento de las familias salvadoreñas, sostuvo.

Cree que el hecho de que las pandillas tengan el control de la venta y contrabando de cigarros representa un peligro mayor. “Nos preocupa el control (las pandillas) que tienen sobre las plazas de venta de cigarrillos ilegales”, dice.

Foto Archivo

Contrabando financia la violencia

Otras de las consecuencias de que ese rubro delictivo esté bajo control de las pandillas es que genera más inseguridad y los índices de violencia se crecen con el accionar criminal de esos grupos ilegales.

Lo anterior se desprende de la disputa que tienen las pandillas rivales por ejercer su hegemonía de las principales plazas de venta, lo que se traduce en violencia, roban, extorsionan y cometen homicidios; en los sitios donde mantienen presencia, según Villatoro.

Él lo visualiza de la siguiente manera: “el problema de permitir que estructuras criminales estén detrás de negocios ilícitos les da mayor capacidad de adquisición de dinero para poder financiar su actividades criminales, mayor capacidad de reclutamiento”.

Y las consecuencias de lo anterior, según Villatoro, es que “con la adquisición de armas de fuego y teniendo más recursos van ir buscando ir creciendo cada vez más y eso es violencia, porque si ellos van a querer tomar más territorios, van ir buscando matar a las pandillas que controlan los territorios vecinos , al final es una escalada de problemas”.

Empresas afectadas se quejan de falta de interés de autoridades

Villatoro en representación de las empresas afectadas, se queja de lo que considera poco interés de las autoridades gubernamentales en querer frenar el contrabando de cigarrillos.

Asegura que antes cuando los contrabandistas comunes dominaban el mercado ilegal de cigarrillos el apoyo estatal era poco, ahora que las pandillas han llegado a asumir ese control, ese apoyo gubernamental es casi nulo.

“Queremos un mayor apoyo para focalizar el esfuerzo en las plazas de venta, porque es más fácil. Pueden meter ese producto en cualquiera de los 300 puntos ciegos, pero tienen que llegar a esas plazas porque no hay otra forma de vender el cigarrillo ilícito”, destaca Villatoro.

Y cuestionó aún más el acoso que según el representante, hacen los inspectores de Fosalud en contra de la industria tabacalera.

“Los inspectores de Fosalud en vez de andar haciendo trabajo en estas plazas de San Salvador, Santa Tecla y Santa Ana; lo que andan haciendo es un plan de hostigamiento en contra de las empresas que formalmente comercializan el cigarrillo, en gasolineras, en tiendas “, dijo Villatoro.

Sostuvo que “como qué los controles están a la inversa, están queriendo hacerle más difícil al formal, al que tributa, al que genera empleo y no están combatiendo al que no tributa”.

Las pérdidas económicas que le generan el contrabando de cigarrillos a la industria tabacalera ronda entre 7 millones a 10 millones anuales que han impactado en la venta legal de cigarrillos, según un estudio de las empresas afectadas.

“Si tuviéramos ese dinero me obligaría a contratar más personas, a tener más medios de transporte, a cotizar más, a pagar más impuestos porque si vendo más, pagó más impuestos, y el Estado se beneficia”, dice el representante.

“El impuesto por la importación de cigarrillos ronda en el 110 por ciento del valor de la cajetilla. Y el pago de ese impuesto especifico va para Fosalud. “con lo que se mantienen hospitales, se pagan médicos, se pagan ambulancias, todo el tema comunitario médico”, dijo Villatoro.