Canciller Hugo Martínez: “Es importante que el FMLN reconozca los errores cometidos”

En esta entrevista exclusiva a El Diario de Hoy, el canciller y ahora precandidato del FMLN por la presidencia de la República explicó por qué decidió aspirar a la candidatura y cuáles son los cambios que, a su juicio, debe promover su partido.

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Foto/EDH

Por Guillermo Miranda Cuestas

2018-04-18 8:14:05

¿Qué lo motivó a tomar la decisión de competir por la candidatura a la presidencia?
Soy una persona que cree mucho en las instituciones y en su fortalecimiento. Los partidos políticos son parte de la institucionalidad de nuestro país y es importante que estas instituciones oigan el mensaje que la población nos envió el 4 de marzo. La población nos dijo: necesitamos partidos más democráticos, más abiertos, más participativos pero sobre todo que nos resuelvan nuestro problemas. He hecho un llamado a la dirección del FMLN y al FMLN en general para que escuchemos ese mensaje de la población.

Es importante que el FMLN reciba ese mensaje, reconozca los errores que se han cometido y trace una línea de acción adelante; ya no solo para estar en comunicación con la gente, sino para estar entre la gente. Por eso convocaba a todos los militantes -obreros, campesinos, empresarios, veteranos, militantes históricos, jóvenes, mujeres- para que participen de este proceso que es un proceso que no solamente debe devolverle la esperanza al FMLN, sino también al país.

¿Qué haría de diferente de otros precandidatos para salir al encuentro de las bases que están molestas con la dirección, incluyendo militantes y excombatientes que se han acercado al movimiento del alcalde de San Salvador?
Siempre he dicho que Dios nos ha dado dos oídos y una sola boca, eso significa que debemos escuchar más y hablar menos. Esa es la idea que llevo a mi encuentro con las bases, escucharlas. Hay que superar un rezago histórico de no escuchar suficiente, de no debatir suficiente y en eso voy a concentrar mi tiempo. Eso en primer lugar.

En segundo lugar, es importante estar claros que no vamos a definir en esta elección interna a las autoridades del partido. No se trata de elegir a alguien para que dirija al partido; vamos a definir la persona que nos representará en la contienda presidencial. Por eso nuestra militancia tiene que poner mucha atención en cuál es el candidato que tiene más capacidad de victoria, de diálogo y de tender puentes con los demás sectores para resolver los problemas de nuestro país.

 

 

¿Mencionaba que es el momento de reconocer errores, ¿qué errores se han cometido?
Una de las cosas principales es lo que nos decía la gente en sus expresiones pero también con su voto: queremos partidos más cercanos a la población, que resuelvan nuestros problemas. Al final del día, a la gente no le interesa la retórica; lo que le interesa al final del día es si sus problemas se están o no resolviendo. Aquí hay otra máxima que debemos tener en el camino: menos palabras y más acción para resolver los problemas. La gente nos venía diciendo “ya dejen de pelear, dejen de estarse acusando, pónganse de acuerdo para resolver los problemas”. Y siempre de mi parte va haber una mano extendida a las otras fuerzas políticas y sociales para que trabajemos por resolver los problemas de la gente.

¿Es la posición de su partido respecto a la situación del expresidente Funes parte de estos errores?
Quiero decir algo en general. Los partidos políticos y los dirigentes políticos, cuando hay un cuestionamiento a uno de sus miembros, lo que deben buscar es que esa persona aclare esa situación; a que se hagan las investigaciones y se deduzcan responsabilidades. Claro, siempre cuando funcionen las instituciones y se respete el debido proceso. Siempre habrá dificultades, señalamientos, errores o problemas de miembros de organizaciones o de partidos políticos, pero lo más importante es que esas organizaciones le digan a esas personas: “un momento, aclare su situación, defiéndase y después hablamos”.

Esa costumbre de dar cheques en blanco a alguien porque es de mi partido o de mi organización debe terminar. También debe terminar la costumbre, que ha sido muy arraigada en nuestro país, que cuando están investigando a una persona que es de un partido político adversario se habla de transparencia y de lucha contra la corrupción; pero cuando están investigando a una persona de mi partido político, se dice que es “persecución política”. Esos dobles raseros no pueden seguir funcionando en ningún partido ni organización, nos han hecho mucho daño.

En cuanto a modelos a seguir, el presidente Sánchez Cerén dijo que Venezuela es el faro de América Latina. ¿Usted comparte esa visión?
Desde que asumí el 1 de junio de 2009 traté, con todas mis fuerzas, de instaurar una política exterior abierta al mundo y sin ataduras ideológicas. Y en un 99% ese propósito ha sido cumplido. El Salvador es ahora un país abierto al mundo que tiene reconocimiento de diferentes países; de los cuales uno puede observar experiencias positivas y negativas. Nunca he pretendido ni pretenderé que un país en particular, o una experiencia en particular, sea el referente único para la toma de decisiones. Siempre buscaré lo mejor de las diferentes experiencias. No para copiarlas, sino para tenerlas como referentes y construir nuestra propia experiencia.

En el anuncio habló de un partido que regresara a sus principios pero que también fuera reflejo de la sociedad, integrada por distintos sectores incluido el empresarial. ¿Ha habido errores al administrar la relación con el sector empresarial?
Diría que más que errores ha habido prejuicios y a veces de ambos lados. Esos prejuicios son los que se deben derrumbar. ¿Cómo? En un diálogo permanente y franco. Ha quedado comprobado que cuando se inicia un diálogo esos prejuicios van cayendo. El ejemplo más clásico y más difícil fue el proceso de negociación hacia la firma del Acuerdo de Paz. Y tú ves cómo firmantes de uno y otro lado se respaldan y se defienden entre ellos no porque compartan ideales, sino porque se fueron conociendo en su esencia. Eso es lo que nos hace falta. Lo que ha ocurrido es que a veces se ha querido poner estas antípodas: “si es empresario es anti FMLN y si es FMLN es anti empresario”. Esas antípodas son las que tenemos que ir resolviendo a través del diálogo. Muchas veces no vamos a estar de acuerdo, pero vamos a desmontar esas grandes barreras.

Muchos de estos prejuicios están en la militancia del partido, ¿cómo unificar a un partido y hacer que regrese a sus principios pero a la vez derrumbar prejuicios habituales contra la empresa privada?
Hemos tenido empresarios muy coincidentes con la visión del FMLN y miembros del FMLN muy coincidentes con la visión de empresarios. Lo más importante es escucharnos. Te voy a comentar una experiencia de cuando era el director del Instituto de Ciencias Políticas del FMLN -lo fundamos cuando regresé de estudiar del exterior y el doctor Castillo era el secretario general. Nuestra visión era preparar a los futuros cuadros que iban a estar en la administración.

Para ello invitaba a gente de distintos sectores como la embajadora de Estados Unidos en aquel momento. También invité al presidente de la Anep de aquel momento y alguna gente me decía “cómo se te ocurre invitar al presidente de la Anep”. Yo le decía que claro que se me ocurría que los militantes escucharan cuál es la visión del presidente de la Anep y vieran en qué podíamos coincidir y en qué no. Estos prejuicios deben irse desmontando.

Finalmente sobre el proceso de primarias, ¿cuáles son las garantías que usted espera por parte de la dirigencia?
He decidido inscribirme y esa es una decisión que he tomado de buena fe. Espero que haya transparencia, democracia y participación. También espero que no haya un candidato de la cúpula. Si hay alguien de la dirigencia del partido que quiere apoyar a un candidato, debería renunciar o pedir permiso en ese período de la campaña. Mi llamado, sobre todo a los militantes históricos y veteranos, es que se aboquen a las oficinas municipales y departamentales y que pidan su participación. No es justo que ellos, que dieron los mejores años de su vida, no participen en estas decisiones que son trascendentales para el futuro del país.