Costeños de Ahuachapán restauran mangle quemado

Una iniciativa que financia FIAES y ejecutan los habitantes permite comenzar a recuperar una zona que fue afectada por un incendio y la mano del hombre.

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Por Cristian Díaz

2018-04-14 5:29:19

Cuarenta hectáreas de terreno de la zona conocida como El Picacho, en el Área Natural Protegida (ANP) y Sitio Ramsar Complejo Barra de Santiago, en Jujutla, Ahuachapán, serán restablecidas con un bosque de manglar, luego que hace 15 años fueran afectadas por un incendio.

Después del siniestro, los daños continuaron por prácticas agrícolas y la introducción de pasto para la alimentación de ganado, generando que la zona boscosa desapareciera por completo, incluso, el canal que abastecía el agua fue azolvado, pasando de ser una zona húmeda a seca.

La Asociación de Desarrollo Comunal de Mujeres Barra de Santiago (Ambas) comenzó los trabajos hace cuatro meses a través del financiamiento del Fondo de la Iniciativa para las Américas El Salvador (FIAES). La inversión, que incluye otras zonas intervenidas, es de $93 mil.

El cambio en el uso del terreno ha obligado a las entidades a establecer dos parcelas experimentales con 500 árboles, con las cuales buscan encontrar el tipo de manglar que más se adapta a las condiciones que presenta el terreno actualmente.

A la fecha los más favorables han sido el mangle blanco y rojo, que después de monitorear los porcentajes de sobrevivencia y medir los niveles de agua han tenido un 75 % de efectividad.

Además han rehabilitado los canales internos que estaban azolvados, es decir, se encontraban llenos de sedimento como tierra, arena, árboles, entre otros, que eran arrastrados de la parte alta.

En uno de ellos, conocido como El Zaite, desazolvaron una longitud de 1.5 kilómetros, donde sacaron sedimento en una profundidad de hasta un metro y medio para hacerlo de nuevo una área húmeda.

Todo esto ha permitido, por ejemplo, que la semana pasada avistaran nutrias, algo que no observaba desde hace muchos años.

El área intervenida está casi a medio kilómetro del área núcleo y es atravesada por la carretera que lleva hacia la zona turística.

Por ello, uno de los problemas que enfrentan las entidades es la contaminación, ya que muchas personas lanzan desechos sólidos sobre la vía.

A lo largo de ésta han sido colocados rótulos para hacer conciencia entre los turistas a dejar de lado esas malas prácticas.

La coordinadora territorial del FIAES, Silvia Flores, señaló que el objetivo es restablecer cerca de 200 hectáreas con manglar en un periodo de dos años.

“Además de restablecer el flujo hídrico se necesita avanzar sembrando y restableciendo el bosque que se ha perdido. Han habido diferentes eventos de incendios porque la gente así hace, pone fuego y luego mete pasto y granos básicos; aquí se ha destruido buena parte del bosque”, lamentó Flores.

El técnico de FIAES-Ambas, Éder Caseros, señaló que la importancia de restablecer el ecosistema de manglar es que otras especies, como peces, cangrejos y camarones, tendrán condiciones idóneas para su reproducción.

“Cuando hablamos de cobertura vegetal estamos hablando de mayor producción de oxígeno, que es con lo que el ser humano puede vivir”, razonó el biólogo de profesión.

El Sitio Ramsar Complejo Barra de Santiago cuenta con 1,800 hectáreas de bosque de manglar.

Los trabajos, además, tienen impacto para la economía local, ya que implica contratación de mano de obra. En las tareas realizadas han contratado a más de 60 personas.

La presidenta de Ambas, Rosa Aguilar, expresó que los habitantes pueden pescar para llevar alimento sus familias.

También están trabajando con emprendimientos, como panadería y preparación de alimentos.

Trabajo

El director ejecutivo del FIAES, Jorge Oviedo, dijo que como entidad han trabajado en la zona desde hace 14 años por las amenazas que tienen las áreas de manglar, como la tala indiscriminada, a pesar de su biodiversidad. La inversión durante ese periodo asciende a $800 mil.

El azolvamiento del estero del lugar ha provocado una afectación de hasta un 80 % en su profundidad, afectando actividades como la pesca artesanal.

Uno de los canales donde se evidencia el trabajo que ha realizado la institución es el conocido como El Zapatero, que tiene una longitud de 1,700 metros y donde sirve de refugio de diferentes especies como cocodrilos, caimanes, mapaches, cotuzas y lora nuca amarilla, entre otras.