Luego de que este martes las autoridades exhumaran el cuerpo de Paula Castro Lobo, de 91 años, en el cementerio de San Francisco Javier, en Usulután, creyendo que se trataba de los restos de la agente Carla Mayarí Ayala Palacios, la familia se mostró ofendida y pidió del director de la PNC, Howard Cotto, “una disculpa pública”.
María Virginia Castro, hija de doña Paula, dijo que su madre murió de varias complicaciones en su salud y lamentó que las autoridades hayan cometido el error de señalarlos aduciendo que se habían prestado para ocultar el cadáver de la agente desaparecida desde el 29 de diciembre pasado tras participar en una fiesta de extinto GRP.
Los restos serían trasladados a Medicina Legal. Foto/ Marvin Romero
“No es justo remover un cadáver (…) dolor, sufrimiento (hemos sentido) al ver que no tiene ni tres meses de enterrada mi madre cuando ya la están removiendo”, dijo con voz entre cortada. “Estamos ofendidos con lo que están haciendo”, agregó.
Director de la Policía confirma que no se encontró el cuerpo de agente Carla Ayala tras exhumación
Howard Cotto quien estuvo presente en el procedimiento pidió disculpas a la familia de la anciana que fue enterrada en el lugar el pasado 31 de diciembre.
Tras la exhumación y confirmar que no se encontró el cuerpo de la agente como se presumía, Cotto dijo que continúa el procedimiento en el lugar.
“Lo que ahora se está haciendo es levantar el féretro”, dijo. Señaló además que se realizarán experticias en el fondo de la tumba a fin de verificar si es tierra firme y descartar que haya algo más.
El director de la Policía inició sus declaraciones pidiendo disculpas a la familia que se hizo presente al cementerio mientras la tumba de su ser querido era abierta. Solo uno de los hijos de doña Paula pudo llegar hasta el nicho.
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El peligro de fuga, el entorpecimiento de la investigación y el nivel de peligrosidad fueron las causas por las cuales se denegó la petición de otras medidas contra los imputados.
Tras los señalamientos de que no hay registro de los actos funebres de doña Paula, Virginia Castro puso a la orden de las autoridades y de los medios de comunicación los vídeos del entierro que se llevó a cabo el pasado 31 de diciembre, además del acta de defunción.
El último deseo de doña Paula fue ser enterrada a la par de los restos de su esposo Virgilio Ayala.
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Según la Policía, un médico en Ilopango admitió haber dado la constancia de defunción sin saber de quién se trataba y sin haber visto el cadáver