Don José Antonio luce desorientado, trata de buscar una explicación y lógica a lo que le llama una “chambonada”. Asegura que las autoridades han cometido un grave error en afirmar que su familia se prestó a realizar trámites ilegales para ocultar el cadáver de Carla Ayala, la policía que se encuentra desaparecida después de una fiesta navideña en el Grupo de Reacción Policial (GRP).
Las autoridades sospechan que Carla Ayala esta enterrada en una tumba en el cementerio del municipio de San Francisco Javier, el cual es custodiado por policías desde el pasado sábado.
Don José Antonio, asegura que la persona a quien enterró, es su madre, Paula Castro Lobo de 91 años y no a la mujer policía, quien fue raptada por el policía del GRP Juan José Castillo, quien se encuentra prófugo de la justicia.
Ayer en la casa de don José Antonio permanecían los policías, cubiertos de sus rostros y equipados con armas largas, seguían con las entrevistas, las cuales no han parado desde la primera semana de enero que el doliente enterró a su madre en el cementerio municipal del referido municipio.
Policía busca cuerpo de la agente Carla Ayala
Autoridades sospechan que agente Carla Ayala fue enterrada como familiar de policía prófugo en San Francisco Javier Usulutan. Según la Policía, un médico en Ilopango admitió haber dado la constancia de defunción sin saber de quién se trataba y sin haber visto el cadáver
Después de dos horas de preguntas y cuestionamientos contra el afectado y sus familiares, los policías salieron de la casa a patrullar en los alrededores del camposanto. Siguen buscando pistas.
El afectado relató a El Diario de Hoy que su madre vivía en la comunidad Altos de San Felipe en Ilopango y murió el 30 de diciembre de 2017 por complicaciones de su salud.
Asegura que contrataron a un médico privado para certificar la muerte de su familiar y luego la trasladaron hacia el cementerio de San Francisco Javier en Usulután para realizar sus exequias.
Don José Antonio dice que ese día junto a otros parientes cavó el hoyo para despedir a su madre y le colocó varios ramos de flores. Desde ese día dice que visita la tumba de su madre y nunca vio algo anómalo.
“Si alguien abrió el hoyo donde está mi madre y tiró otro cadáver ahí mismo, tuvo que haber dejado evidencias y yo lo hubiera notado en la tierra removida o algo más. Yo voy seguido a ver la tumba” , sostiene el afectado.
Agresor de agente desaparecida en la lista de los 100 más buscados de la PNC
La Policía ha ofrecido además una recompensa de 5 mil dólares a quien brinde información que permita dar con el paradero del acusado.
El doliente tiene en su poder la acta de defunción de su madre. Ahí reza que efectivamente “Paula Castro Lobo, de 91 años de edad, murió a causa de una falla multisitémica, a las veinte horas con 49 minutos del día 30 de diciembre de 2017. El profesional que determinó la causa es doctor Luis Antonio Berrios Montis, con número de vigilancia JVPM 9941, doctor en medicina, extendida el 12 de enero de 2018”
“La ley me permite 15 días para realizar el trámite de la acta de defunción, por eso me demoré. Yo enterré a mi madre, tengo videos y fotos como prueba. Jamás me prestaría a algo tan absurdo como enterrar a otra persona y no a mi madre”, relata el doliente con acento de enfado.
El afectado dice que desde que le notificaron de la sospecha que se trata de Karla Ayala la que se encuentra en la tumba, llega al cementerio para verificar el procedimiento, sin embargo, se le ha negado el acceso y conocer más detalles de la investigación.
Instituto de Derechos Humanos de la UCA exige que se aclare caso de agente desaparecida
La policía fue lesionada y desaparecida por uno de sus compañeros el pasado 29 de diciembre de 2017, tras una fiesta del Grupo de Reacción Policial (GRP). A la fecha las autoridades no han dado con el paradero de ninguno
“Tengo derecho a saber qué pasa. Esta gente anda perdida. No comprendo cómo pueden involucrar a personas que no tenemos nada que ver. Deben investigar para no dañar la memoria de las personas muertas”, dice el afectado.