¿Hay menos deportados desde México gracias a Trump?

La reducción en el número de deportaciones desde México en 2017 hace pensar al antropólogo Jaime Roberto Rivas que ese país ha reducido los esfuerzos por detener a los migrantes sin papeles debido a las políticas de Donald Trump

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Por Lilian Martínez

2018-01-03 6:44:41

La violencia, la pobreza y el deseo de reunificación familiar entre salvadoreños, hondureños y guatemaltecos quizá no fueron menos en 2017, pero el número de ciudadanos del Triángulo Norte detenidos y deportados desde México sí. Así lo revelan las cifras publicadas por la Secretaría de Gobernación de México publicadas en su sitio web y analizadas por la Unidad de Datos de El Diario de Hoy.

En 2016, unos 33,384 salvadoreños fueron deportados desde ese país. Hasta octubre de 2017, la cifra era de 10,041.

Según la Dirección General de Migración y Extranjería de El Salvador, el 31 de diciembre pasado, la cifra de deportados desde México había ascendido a 10,664. Esto equivale a una reducción del 68 % en las deportaciones de salvadoreños desde México.

El director de Migración, Héctor Rodríguez, considera que esta reducción puede deberse a que en el país se han llevado a cabo acciones para reducir el flujo migratorio, especialmente de menores de edad.

Pero el antropólogo social Jaime Roberto Rivas, de la Universidad Don Bosco, cree que la reducción en el número de centroamericanos deportados desde México tiene otro origen: “Al parecer la llegada de Donald Trump, con un claro mensaje anti-inmigrante, pero también antimexicano, relajó la política de contención migratoria de México, lo que explicaría, en parte, el descenso de detenciones y deportaciones por México durante este año recién acabado”.

Rivas recordó que México ha jugado un papel importante para contener el flujo migratorio desde inicios de siglo. “México, como principal país de tránsito para los migrantes centroamericanos, ha ensayado sucesivos planes de contención migratoria, sobre todo en su frontera sur. El último es el Programa Frontera Sur, vigente desde finales de 2014 y durante todo 2015 y 2016”.

Durante estos dos años, México deportó 111, 680 hondureños;144,896 guatemaltecos y 68,100 salvadoreños. Aunque en números absolutos El Salvador ocupa el tercer lugar en cuanto a deportados desde México, sus tasas de deportados por cada 100 mil habitantes han superado en algunos periodos las de Guatemala y hasta han igualado las de Honduras.

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Lo primero ocurrió en mayo de 2015, cuando la tasa de deportados guatemaltecos desde México era de 46 por cada 100 mil habitantes y la tasa de salvadoreños era de 52.

Lo segundo ocurrió en octubre de 2016, cuando la tasa de deportados hondureños era de 53 por cada 100 mil habitantes y la tasa de salvadoreños deportados llegó a 58 por cada 100 mil.

La reducción actual en el número de deportados ¿será un indicio de que cada vez es más difícil llegar a Estados Unidos a través de México o de que cada vez menos centroamericanos arriesgan la vida llevando a cabo ese viaje?

Rivas considera que llegar a Estados Unidos nunca ha sido fácil, pero los planes de contención migratoria que implementa México “encarecer los costos de un traficante de personas”, desvían a los migrantes hacia rutas más peligrosas y hostiles y amplían el margen de acción del crimen organizado, “que hace coincidir las rutas migratorias con las rutas de tráfico de drogas y armas”.

El antropólogo afirma que “transitar por México es sumamente difícil y riesgoso” y que “cada vez es más difícil salir de El Salvador y sostenerse en sucesivos intentos de llegar –tras sucesivas deportaciones–, por los costos que implica la migración”.

Él concluye que el reforzamiento de la frontera sur de Estados Unidos y todas las medidas internas que México implementa para frenar a los migrantes centroamericanos hacen más difícil la llegada a al frontera norte.

Así, se consigue que un menor número de migrantes centroamericanos sin papeles crucen la frontera hacia EE. UU. y los migrantes sufren un desgaste económico, físico y psicológico, debido a los sucesivos intentos que llegar.

“Muchos migrantes desisten finalmente de su intento por llegar a Estados Unidos y, ante la imposibilidad de regresar a El Salvador, se quedan a vivir en México”, advierte Rivas.