El robot bailarín, sensación en las fiestas ahuachapanecas

El proyecto surgió en marzo y comenzó a concretarse un mes después. Al inicio muchas personas no creyeron en el; pero ahora es toda una sensación

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Por Cristian Díaz

2017-06-29 11:09:46

El ahuachapaneco Carlos Ardón Velásquez, de 47 años, reconoció que familiares y un amigo pensaron que se había vuelto loco cuando en Semana Santa comenzó a crear un traje que resalta en las noches, iluminado con luces led.

“Mi familia decía: ???este muchacho se volvió loco’, porque a las 6:00 de la mañana ya estaba trabajando”, recordó.

Tres meses después, su idea se ha convertido en una sensación entre los ahuachapanecos. Se trata de Optimus Led, el primer robot RGB de El Salvador, como le ha denominado su inventor.

Baila, da pasos rápidos e interactúa con el público durante las presentaciones que realiza, como parte de los servicios que ofrece Nítidos Discomóvil, que es propiedad de Carlos.

“Para muchos no ha de significar tanto; pero en lo personal, que fue mi sueño verlo en funcionamiento, sí. Además de eso me ha tocado personalizarlo porque era un secreto, ni los muchachos que trabajan conmigo sabían”, relató.

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Su creación no fue fácil porque para confeccionarlo fue a prueba y error. Las luces led han sido colocadas en ropa negra; e incluso, es usado un casco de motociclista modificado al que también le han agregado audífonos para su relación con la discomóvil.

El emprendedor utilizó siete tiras de luces led de cinco metros cada una. El traje tiene un peso de 30 libras, incluyendo los dos zancos de 7.5 libras cada uno. El primer día que usó los zancos, se cayó, pues nunca había tenía experiencia en su utilización.

El traje puesto alcanza los 2.45 metros de altura, por lo que en movimiento, con luces del lugar apagadas, y el traje brillando, impacta a las personas. Carlos relató que la idea nació en marzo, cuando un colegio de la localidad había contratado a una discoteca de Guatemala que ofrece un servicio similar; pero el robot es de menor tamaño, “al nivel de suelo”. La empresa no cubrió la actividad debido a problemas en la frontera.

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“Se frustró el deseo de muchos jóvenes de poder ver a esa discomóvil con su robot”, dijo el emprendedor.

Una semana después, comenzó a investigar sobre este tipo de invenciones, por lo que se le ocurrió hacer uno similar, utilizando sus propios métodos. Indagó si en El Salvador existe una idea similar y no encontró registros de que se brinde este tipo de servicio.

Manuel López, quien en un principio se admiró de la idea, se convirtió en su principal cómplice para realizar cada detalle de las conexiones. Carlos también tiene conocimientos de electricidad.

Relató que en la década de los 70, en el cantón El Junquillo, de donde es originario, no había energía eléctrica.

Sus vecinos usaban pequeñas radios de baterías. Cuando las personas las desechaban, él se encargaba de recolectarlas para colocarlas en una caja grande y hacer circuitos con focos pequeños que le servían para iluminar su habitación.