Gobierno gasta $3 diarios para alimentar a cada reo

Alimentar a más de 38 mil reos supera lo que se destina a atender a víctimas de violencia

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Por El Diario de Hoy

2017-05-27 9:30:45

Proveer de alimentación a las 38,166 personas que están recluidas en las cárceles salvadoreñas le cuesta al Estado 41.7 millones de dólares al año, según los registros de la Dirección General de Centros Penales.

Irónicamente, esto equivale a 11.7 millones de dólares más de lo que el Gobierno destina para atender a las víctimas de la violencia (la mayoría de veces provocada por las pandillas) en todo el país.

Esta semana, el ministro de Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde, y el viceministro de Salud, Julio Robles Ticas, revelaron que el Gobierno invierte 30 millones de dólares anuales para dar asistencia psicológica y legal a las víctimas de la violencia.

Durante la inauguración de una de estas sedes en el hospital Nacional de Chalchuapa, en Santa Ana, Ramírez Landaverde explicó que cada Oficina de Atención a Víctimas de Violencia tiene un presupuesto que ronda los 60 mil dólares.

Estos establecimientos funcionan en la red de hospitales públicos o edificios municipales y el dinero que se les desembolsa sirve para la readecuación de espacios, equipamiento, capacitaciones y adquisición de materiales, entre otros.

Por su parte, el director y el subdirector del sistema penitenciario Rodil Hernández y Orlando Molina, manifestaron que a diario se destina un promedio de un dólar por cada tiempo de comida (un total de 114,498 dólares diarios) para alimentar a los internos de las 19 prisiones.

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Hasta el 8 de mayo pasado, la institución tenía 38, 166 reos confinados en dichos recintos.

Esto contrasta con la realidad que se vive en cientos de hogares salvadoreños en los que una familia completa debe subsistir con menos de un dólar; o peor aún, en algunos casos la comida no se tiene asegurada por falta de dinero.

Mientras que quienes están en las cárceles cumpliendo condenas por diferentes delitos reciben un menú variado, balanceado, y a la hora, el cual les permite consumir las calorías requeridas.

La encargada de alimentar a los prisioneros es Aliprac, una empresa especializada en preparar y servir productos alimenticios, la cual fue contratada desde hace más de una década por la Dirección de Centros Penales.

En ocasiones anteriores, representantes de Aliprac han señalado que los menús para los reos son preparados por un grupo de nutricionistas, los cuales son aprobados por el cliente, en este caso por Centros Penales.

Según la fuente, el menú ofrecido es cíclico cada cinco semanas, es decir que hay 35 tipos diferentes de comidas, lo que significa que los reclusos no se repiten comidas en 35 días.

Por ejemplo, un día en el desayuno se sirve frijoles con huevos, el siguiente día frijoles con plátanos y así sucesivamente.
Los frijoles no faltan en las comidas, al igual que el arroz en los almuerzos.

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Mientras en almuerzos se sirve un día pollo en salsa, otro día, una porción de carnes, un tercero día, carnes con vegetales y en un cuarto; pastas hasta completar 35 días.

En todos los almuerzos los platos son acompañados de dos tortillas, refresco y café por las mañanas y tardes.
Hasta hace unos años, el menú incluía frutas pero un delegado de la empresa manifestó que estas fueron suspendidas porque los convictos las fermentaban para hacer bebidas embriagantes.

 

Personal de centros Penales en coordinacion con la Unidad de Mantenimiento del Oerden UMo realizaron esta mañana una requisa en las instalaciones del penal de Ciudad Barrios en el departamento de la Unión esto con el objetivo de encontrar y decomisar objetos ilegales tales como armas blancas y celulares.foto: Jaime Anaya.

Este menú privilegiado es muy diferente al que, hasta hace unos meses, los alumnos del nivel básico y policías en cursos de ascensos y de otras especialidades que asisten a la Academia Nacional de Seguridad Pública en Comalapa, La Paz, denunciaron que estaban recibiendo.

Algunos afectados aseguraron a El Diario de Hoy que estaban recibiendo alimentos de “mala calidad”.

“Vieran lo que nos dan de comer, sabemos que la formación de cada alumnos tiene un valor de 16 mil dólares, pero esos recursos a saber donde están… En algunas ocasiones, solo galletas nos dan”, cuestionó, en esa ocasión, un estudiante del nivel básico.

A estas denuncias se suman las que en reiteradas ocasiones han hecho agentes de la Policía porque la institución se ha retrasado en el pago del bono de alimentación.

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Incluso, cuatro miembros de la Corporación fueron destituidos en enero pasado por el Tribunal Metropolitano de la Policía porque, el 27 de enero de 2016, participaron en una marcha hacia Casa Presidencial con el objetivo de exigir el pago a tiempo del bono para alimentación y mejores condiciones salariales para los policías.

Más dinero que para dar refrigerio a estudiantes
Lo que cuesta alimentar a quienes cumplen una condena por su accionar delictivo es más del doble del monto que el Gobierno invierte para alimentar a 1.2 millones de estudiantes de unos 5,154 centros educativos a nivel nacional.

En febrero pasado, el viceministro de Educación, Francisco Castaneda, reveló que este año se utilizarían 21 millones de dólares para la entrega del refrigerio escolar.

Mientras que para financiar el programa vaso de leche, con el que según el Gobierno se beneficia a un millón de niños y adolescentes, únicamente se destinarían 7 millones de dólares.

Castaneda dio estas declaraciones en una escuela capitalina, donde se llevó a cabo la primera de tres entregas anuales de alimentos para los estudiantes de varios centros educativos.

El presupuesto para llevar a cabo otros programas sociales también ha sido reducido este año.

El Gobierno bajó de unos 4.7 millones de dólares a 3.8 millones el presupuesto para poder echar a andar el programa de Modalidades Flexibles del Ministerio de Educación, según explicó, meses atrás, la directora nacional de Educación de Jóvenes y Adultos del Mined, Angélica Paniagua.

Este proyecto -más conocido como Edúcame- atiende a jóvenes y adultos que por diferentes razones abandonaron la escuela y hoy tienen la oportunidad de seguir estudios en la modalidad semipresencial.

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Según la Oficina de Información y Respuesta del Ministerio de Educación, entre 2012 y 2015, este programa pasó de tener un presupuesto de 9.1 millones de dólares a 5.3 millones, porque hubo que hacer una redistribución de fondos para financiar programas de formación de docentes así como nivelación salarial para ellos.

Los hospitales públicos también están enfrentando problemas por falta de dinero. Esta semana, médicos del Hospital Nacional Rosales denunciaron la falta de no menos de 70 tipos de medicamentos que se utilizan en las áreas de especialidades que atiende ese hospital.

Además, el departamento de Anestesiología dio a conocer, a través de un memorándum con fecha 24 de mayo, que los pacientes que tienen programadas cirugías electivas tendrán que comprar morfina y meperidina, para poder someterse al procedimiento porque en el nosocomio se carece de ellas.

Los especialistas manifestaron que estos productos son costosos.

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Mientras que las calderas que se utilizan para lavar y esterilizar la ropa hospitalaria, así como los instrumentos para realizar las cirugías no funcionan desde hace tres años, por lo que deben enviarlas a que pasen por ese proceso a otros centros asistenciales.