Un pirata francés en la costa salvadoreña

En las páginas 205 a la 215 de esa bitácora de navegación, de la Guilbaudiere incluyó descripciones detalladas y cuatro ilustraciones de la costa del territorio ahora salvadoreño

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Foto Por elsalv

Por Carlos Cañas Dinarte / Colaborador EDHefemeridesSV@gmail.com

2016-12-17 8:00:00

En la Sección de Mapas y Geografía de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos (Washington D. C.) se conserva un valioso y colorido manuscrito, “Description des principaux endroits de la Mer du sud, depuis les 52 degrez 30. minutes sud, où est le d’Estroit du Magelland jusqu’au 41. degrez Nord, qui est l’isle de Calliforne faite sur les lieux…”. Fue escrito en 1696 por el “freebooter” o pirata francés Jouhan de la Guilbaudiere, de cuya vida existen escasos datos. Se sabe que tomó parte en varias exploraciones y viajes de saqueo por la costa americana y que naufragó en el archipiélago de la Reina Adelaida, donde sobrevivió gracias a su relación con los indígenas de la Tierra del Fuego, de quienes aprendió su lengua y reunió uno de los primeros vocabularios traducido a una lengua europea.

Ese hermoso atlas contiene un total de 230 páginas de descripciones manuscritas y 35 mapas, planos e ilustraciones de puertos, bahías, poblaciones, costas y volcanes de la zona del océano Pacífico comprendido entre el Estrecho de Magallanes y la península de California. Todas las ilustraciones fueron realizadas a la acuarela -con tamaños variables entre los 30.0 por 17.0 cms y los 33.0 por 44.0 cms-, sin escala conocida, pero todas trazadas con gran destreza y muchos detalles. 

El texto del atlas fue escrito, sin duda alguna, por de la Guilbaudiere, quien quizá hiciera bocetos a tinta que fueron usados por un ingeniero de francés de apellido Hanche o Hanicle para hacer las ilustraciones finales. Es posible que ese atlas fuera preparado para entregárselo al corsario y empresario minero Noël Danycan, Señor de l’Épine (1656-1735), el armador más prominente de barcos de su época, afincado en Saint-Malo (Francia). Quizá como resultado de la revisión de ese manuscrito ilustrado, en 1698 Danycan fundó la Compañía de la Mar del Sur y copatrocinó una expedición a las costas de Chile y Perú, para fijar una avanzada francesa en Tierra del Fuego y desarrollar desde ese sitio comercio intensivo en la costa del Pacífico. En poco tiempo, esos negocios y saqueos representaron ganancias por 200 millones de libras para Francia.

En las páginas 205 a la 215 de esa bitácora de navegación, de la Guilbaudiere incluyó descripciones detalladas y cuatro ilustraciones de la costa del territorio ahora salvadoreño. Una fue dedicada al golfo de Fonseca o de Mapala (sic: Amapala), con sus islas y zonas costeras repletas de árboles y de elevaciones orográficas. Otra fue la del cercano volcán de San Miguel, en una permanente actividad fumarólica, pero no eruptiva, por lo que tan sólo emitía humo y gases desde hacía décadas.

Completó ese conjunto gráfico con un registro de su paso por el puerto de Acajutla, así como de la actividad fumarólica -no eruptiva, como se aprecia erróneamente en la imagen- del cercano volcán de Sonsonate, como se le llamaba antes al edificio volcánico de Santa Ana, en las décadas previas al surgimiento del Izalco, a fines del siglo XVIII.