Ella ha diseñado 2,304 vestidos de novia, ninguno para ella

Miriam González   conoce a la perfección cómo usar la máquina de escribir, como elaborar un balance general y como organizar las actividades de una droguería; sin embargo sus implementos favoritos son, la máquina de coser y la tijera.

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Una de las pasiones de doña Miriam González, es la costura.

/ Foto Por Gerson Sánchez

Por Leydi Puente

2016-12-17 10:52:00

Yo era secretaria de una droguería, pero siempre supe que lo mío era la costura”, expresa Miriam González, con un rostro de felicidad … “incluso, en la oficina yo era la que hacía las cortinas y manteles”, agrega.

Miriam es un costurera experta a tiempo completo desde hace 32 años, aunque  comenzó en el oficio a los cinco años. Su mamá, también, es costurera. 

Cada mes elabora seis vestidos de novia, los meses de más demanda son octubre y noviembre,  en sus 32 años de trabajo habría  cosido  unos 2,304.

Su sala de ventas está ubicada en un puesto del mercado San Miguelito, en San Salvador. Tiene hilos, telas y velos que a simple vista pudieran ser los elementos de una costurera tradicional, pero estas piezas al ser integradas unas a otras se transforman en obras de alta costura, con piezas hechas o pintadas a mano, especialista los vestidos de novia.


Regalo 1: ”Todas mis pertenencias me caben en esta pequeña cartera” 


Siendo una niña, cuando tenía alrededor de los cinco años, esta mujer oriunda de Cuscatancingo, se apasionó por la costurería. Con retazos de tela, recuerda que elaboraba blusas y pantalones para sus muñecas.

A pesar de que su madre, Zoila Viuda de González, se oponía a que ella se dedicara a este oficio, Miriam no pudo dejar su pasión por la costura.

“Yo siempre la apoyé para que sacara su carrera, pero a ella esto le gustó”, expresa Zoila,  quien tiene  80 años de experiencia como costurera y 92 años de edad.

Zoila  desde sus 12 años se ha dedicado a este negocio, debido a que su madre falleció cuando ella tenía 11 años y desde entonces buscó la manera de ganarse la vida en el mercado, “pero esa no era la vida que quería para Miriam”, agrega.

“Era bien curiosa”, dice, detallando que las prácticas que se realizaban en papel en el kinder, Miriam le pedía a la maestra trabajarlas con tela.

Es indiscutible que la felicidad de Miriam radica en la sonrisas que ha generado en sus clientas. 

“Es una emoción tan fuerte ver hecho algo que salió de mi idea”, enfatiza.

Las creaciones de esta mujer emprendedora, que lleva una sonrisa dibujada en su boca, se han vendido por 32 años en el puesto “Novias y artes florales, Miriam”, en el San Miguelito. 


 Regalo 2: “¡Señora, su bebé se ha salido del útero, tiene todo su brazo fuera!”


De la misma manera, ser secretaria le sirvió para ampliar su red de contactos, ya que hasta la fecha, aún elabora las cortinas y manteles de su ex oficina.

Actualmente, el negocio ha crecido y bajo su dirección ha contratado a seis empleadas, quienes se llevan el trabajo a sus casa y cada día a las 6:00 am, lo entregan puntual al puesto de Miriam, para hacer las revisiones de los productos que están desarrollando.

 Recientemente falleció su sobrina, quien era  su brazo derecho en el taller de costura. El dolor de esa pérdida lo ha transformado en un motivo más para hacer felices a más novias.

Durante toda su trayectoria, se ha encontrado con experiencias gratificantes y algunas no tan satisfactorias.

Por ejemplo” han habido novias que ya a la hora de la boda, no llegan por el vestido” o que “hay que repetir los diseños, porque a la familia no le gustó”, pero aunque sean anécdotas desagradables Miriam, cuenta con satisfacción cada una. 

“Las clientes más complicadas son las más fáciles para mí”, aseveró. 

Le encanta recibir novias o madres de familia que ya han visitado otros lugares y ven su tienda como la última opción. 

“Las que son bien delicadas quieren algo diferente y es lo que ofrecemos”, asegura.

Aunque  no deja de crear los vestidos inspirados en su estilo, siempre está abierta para desarrollar lo que las clientes le muestran.

Con las ideas que las usuarias descargan de Internet y llevan para que ella las duplique, afirma que aprende cada día algo nuevo y que a la vez son nuevos retos, porque “las técnicas de los grandes diseñadores, son diferentes”, pero “se puede”, agrega.

Aunque nunca contrajo matrimonio, al momento que está asesorando a las novias, se toma la tarea de advertirles, que “el matrimonio es lo más bonito, pero que se trata de compresión” y con risa en su rostro, también les hace saber que, “no hay novia fea, siempre que se ponga el vestido adecuado”, aseguró..


Regalo 3: ”Cuando desperté le hablé y toqué su mano, ella estaba helada; ahí noté que había muerto”.


Mirian, trabaja en su negocio, los siete días de la semana y las horas que sean necesarias, porque no ve lo que hace como un trabajo, sino como una vocación.

“Todos nacemos con un don, por eso uno debe explorar cuál es; si uno va en contra de lo que desea o no logra desarrollar ese talento, uno no es feliz, como me pasó a mi siendo secretaria y dejando a un lado mi sueño”, concluyó.


Regalo 5: La felicidad de un niño y la unión familiar


Alfiretero de la modista:

1. ¿Cuál ha sido su mejor diseño? El primer vestido de novia que hice.

2. ¿Cuál ha sido la experiencia que más le ha impactado? Una novia que dejó pagado todo, el día de la boda no respondió el teléfono y no he sabido más de ella hasta hoy

3. ¿En promedio cuántas yardas de tela  utiliza un vestido de novia? Se utilizan entre ocho a 10 yardas de satín y siete yardas de organza 

4. ¿Qué es lo que tienen todas las novias en común ?  Su vestido blanco, casi ninguna lo pide en otro color.

5. ¿Vale la pena invertir en un vestido de novia para un solo día? Si, porque es un momento que jamás volverán a vivir. 

6. ¿Cuántos días se tarda para elaborar un vestido de novia? Para armarlo es un día, pero para hacer cada pieza me tardo cinco