El 22 de enero de 2013, fecha en el que se declaró a Ilopango como municipio libre de violencia como parte de la tregua pandilleril, el entonces ministro de Seguridad y ahora de Defensa David Munguía Payés se comprometió a respaldar el proceso de pacificación entre las pandillas, según un reportaje de El Noticiero del canal seis de ese día.
“Vamos a respaldar este proceso para que tenga éxito, y vamos a respaldar con nuestros programas y con los recursos que tenemos disponibles las medidas de prevención que se desarrollan a iniciativa de la alcaldía (de Ilopango)”, dijo Munguía Payés en el evento.
Munguía Payés anunció en esa oportunidad la creación de una fundación humanitaria que tendría como propósito apoyar económicamente los programas de prevención y de reinserción para los pandilleros que desistieran de seguir generando violencia.
La fundación sería integrada por empresarios, economistas y distintas entidades, pero al final no se supo si se creo.
“Van a ser un pilar fundamental para que la empresa privada también se incorpore masivamente a apoyar los programas de prevención de los municipios”, dijo Munguía Payés en esa ocasión.
En esa oportunidad, los pandilleros se comprometieron a no generar más violencia, no reclutar más estudiantes en las escuelas, no vender drogas en los alrededores de los mismos, ni amenazar a los alumnos y maestros.
Otros de los compromisos fue que dejarían de extorsionar, situación que nunca cumplieron porque la violencia y la exigencia de las extorsiones continuaron, aún durante la vigencia de la tregua.
A pesar de que Munguía Payés y el expresidente Mauricio Funes pidieron en reiteradas ocasiones el apoyo para lo que ellos llamaban el proceso de pacificación o tregua, ellos siempre se desligaron de que este había sido promovido por su gobierno.
Alegaron que el gobierno era un facilitador del proceso de pacificación entre las pandillas, pero que en ningún momento habían negociado la reducción de homicidios a cambio de darles beneficios carcelarios y económicos para los cabecillas de las pandillas.
Sin embargo, el expresidente Funes en septiembre de 2012 en el seno de Naciones Unidas, le atribuyó la baja de los homicidios a su gobierno a raíz del pacto de no agresión que tenían las pandillas.
También aprovechó para demandar ayuda económica a los países para financiar programas de prevención, rehabilitación y reinserción para los pandilleros.