“Esas canciones se fueron con Carlos, porque son canciones que solo él las tenía, solo él las había escrito. Casi que solo en su mente quedaron”, expresó con indignación Ernesto Cruz, el guitarrista de la banda de metal Slave of Hate, la cual había sido fundada por Juan Carlos Cruz Quintanilla, el músico asesinado la madrugada de este domingo en la colonia Escalón, en San Salvador.
La Fiscalía informó que el homicidio del artista ocurrió, aproximadamente a las 2:00 a.m. de ayer, luego que este chocara con otro vehículo cuando retrocedía su carro en el parqueo de una zona de bares ubicado sobre la 79 Avenida Norte, en la colonia Escalón.
Después del incidente, se presume, uno de las cinco personas que estaban en el auto le disparó tres veces al músico. Este, luego del ataque, salió del lugar en su vehículo, pero se accidentó en la 3ra. calle Poniente y 75 Avenida Norte. Se bajó, recorrió a pie unos metros y murió, producto de las lesiones de bala, en la entrada del pasaje Itsmania. Por su muerte todavía no hay capturas.
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El álbum del que habla Ernesto todavía no tiene nombre. Han grabado cinco de las ocho canciones planeadas, pero hoy, con la muerte del guitarrista principal y compositor de la banda, no sabe si la producción será concluida. Él espera que sí.
“Me gustaría decir que el disco no va a quedar inconcluso, tenemos intención de terminarlo en memoria de Carlos”, sostuvo Ernesto, quien aunque era el más nuevo de la banda naciente a finales de 2013, consideraba a su fundador como su hermano. Llevaban el mismo apellido, pero no eran parientes, eran amigos y su amistad trascendía más allá de la música. “Me echó la mano en cosas fuera de la banda”, dijo.
Él, al igual que a los pertenecientes a la comunidad metalera de El Salvador, se han pronunciado porque su muerte cayó repentina. También han denunciado que no exista claridad de cómo ocurrió el crimen del músico.
Carlos tenía 25 años. Sus amigos y conocidos recuerdan que desde hace unos seis se dedicaba de lleno a la música, pero su pasión por este arte venía desde mucho antes.
Stéfano Calles, del grupo Los Bastardos, relató que lo conoció en el colegio Cristobal Colón.
“Yo nunca fui tan virtuoso (en la música), pero hacíamos un par de buenos arreglos. Desde que lo conocí tocaba metal”, comentó.
Calles, además, mencionó que aunque el fuerte de Carlos era la guitarra, a veces tocaba el bajo. Cada vez que se encontraban, a pesar de interpretar diferentes géneros musicales, apreciaban mutuamente su trabajo.
“¡Es una lástima! ¡No era su momento!”, denunció el integrante de Los Bastardos.
Desde 2012, de acuerdo con conocidos de Carlos Cruz, él comenzó su carrera musical con la banda Aeon Veil.
Kriscia Landos, la vocalista de dicha banda, dijo que el artista fue parte de los fundadores de este proyecto musical, que para entonces, tenía otro nombre. Posteriormente decidió formar su propio grupo, su intención era tocar otra música, siempre orientada en el metal.
Landos tuvo la oportunidad de convivir con Carlos alrededor de dos años. Ella lo recuerda como una persona con sueños y metas trazadas. Su última plática con él fue en febrero. Lamentó que su planes fueran arrebatados por la violencia que atraviesa el país.
“Esta cosa sí me ha pegado bastante, porque uno convive, uno lo conoce y saber que todos los sueños de una persona que uno quiere se ven truncados de esa manera es tan horrible”, resintió.
Slave of Hate: el proyecto de Carlos
Ernesto Cruz relató que fue a finales de 2013 cuando Carlos decidió formar Slave of Hate, su propia banda. Con ella viajaría en octubre a Guatemala para presentarse en la décimo cuarta edición del festival Metal Abuso. Ya todo estaba preparado para ir.
La banda ensayaba comúnmente los viernes en un cuarto de un bar de la colonia Escalón. El mismo al que Carlos había llegado para presenciar un tributo a bandas de metal el sábado por la noche. Ahí también Slave of Hate se presentó en varias ocasiones. La última vez fue el 25 de junio pasado.
“La banda iba por buen camino, Carlos era muy creativo, de hecho, por eso es que formó el nuevo proyecto, ya se había estancado en la otra banda”, sostuvo Giovanni Landaverde, amigo del artista y batero de la agrupación de metal Heresis.
Agregó que el artista era una especie de conexión con muchas personas, porque “generaba fraternidad”, y en las reuniones que tenían, siempre asistía con otros amigos.
Landaverde manifestó a El Diario de Hoy que él estaba dentro del bar del que había salido Carlos ayer. Minutos después que se dio cuenta del incidente salió en su carro a buscar a su amigo, pero dos cuadras de donde había ocurrido el ataque encontró, sobre una cuneta, el vehículo en el que se había desplazado el músico, con las luces encendidas. Se bajó a buscarlo, pero no lo encontró dentro del auto. Mencionó que no se le ocurrió que podría estar a la vuelta, en el pasaje Itsmania.
Alex Suárez, integrante de la comunidad metalera del país, describió al artista asesinado como una persona respetuosa, amable y con talento.
Manifestó que Carlos vivió por un tiempo en Estados Unidos y varias personas le dijeron que mejor se quedara allá y no volviera a El Salvador.
Asimismo detalló que donde quiera que viajaba el artista, siempre decía el país de donde provenía y a lo que se dedicaba.
“Donde él iba daba a entender que él era de acá, que le gustaba (el país) y que hacía música aquí en El Salvador. Tenía talento para estar en unas bandas de otra categoría, era muy talento”, concluyó Suárez.
Por su parte, Marco Tulio Aguilar, productor del programa radiofónico Rock en Acción y vocalista de la banda Torniquete, se refirió a Carlos Cruz como un músico técnico, a quien conoció desde aproximadamente seis años en los toques de metal.
“No solo era un músico, sino que era una persona productiva… era un buen guitarrista, me imagino que desde chico comenzó a tocar, era bien técnico”, señaló y añadió que coincidían muchas veces en ciertos espacios, y que Carlos estuvo para su cumpleaños.
También quería ser chef
Carlos se graduó de chef en este año. Ernesto Cruz comentó que aparte de dedicarse a la música, le había dicho a su banda que también quería desempeñar esta labor.
En su cuenta de Facebook, Giovanni Landaverte, destaca este otro gusto del artista. En una publicación donde denunció su muerte, relató que hace dos meses lo vio comprando artículos de cocina en una tienda y pensó que se había equivocado de persona, pero era Carlos, detalló, con su pelo largo y vestido como cocinero.
“Lo felicité y en broma le dije que ahora iba a preparar buenas ‘bocas’ para las reuniones. Nos reímos y nos despedimos; y como sucede en El Salvador, uno tiene que aprender a despedirse para siempre. Aquí donde es más fácil despedirse para siempre que hasta pronto. Hasta pronto”, escribió Landaverde.