Hombre pagó a sicarios para vengar la muerte de su hermano

En los últimos días, la PNC desbarató una banda de presuntos sicarios -algunos son policías-, hombres que recibían dinero a cambio de matar

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Algunos de los supuestos sicarios son agentes policiales.

/ Foto Por Lissette Lemus

Por Stanley Luna

2016-05-19 1:14:00

José Ángel Castillo Calles es señalado por las autoridades como cabecilla de una estructura de sicarios que operaban, en su mayoría, en La Libertad.  

Según la acusación presentada por la Fiscalía, el 4 de octubre de 2015, él le informó a otros miembros del grupo que conocía a un amigo que quería vengar la muerte de su hermano, quien supuestamente fue asesinado por pandilleros. 

El hombre, de acuerdo con el requerimiento del Ministerio Público, pagaría $500 por cada asesinato.

Ese mismo día los sospechoso se reunieron para planificar las muertes, en una parcela propiedad de los hermanos Julio César, Diego Salvador y Leonardo Fabio Morales Urrutía, ubicada en una zona de Ciudad Arce.

En esta reunión también estuvo otro hombre identificado como Ángel, originario  de Zapotitán y Jenson Mercho, quien según Fiscalía era el encargado de trasladar a los sicarios en un pick up hasta el lugar de los crímenes; y otro sujeto con clave “Sirio”, el testigo criteriado -con beneficios penales a cambio de dar información de los casos-.

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Después de planificar los homicidios, Leonardo Fabio llevó a los sujetos en el carro de Jenson cerca de un cañal conocido como Poza de Cañas. Castillo Calles se había adelantado en una motocicleta, dice el documento en el que se incrimina a todos los miembros de la banda.

Luego llegaron al lugar Diego Salvador, dos sujetos más, y el hombre que pagaría por las muertes, junto con un joven de 18 años. Diego Salvador los presentó con los demás.

“Estos son los muchachos que le van a hacer el favor”, les dijo.

El “contratante” los llevó a eso de las 11:00 p.m. hasta la zona donde sabían que estaban unos pandilleros, pero no encontraron a nadie, por ello los condujo hasta una champa que estaba por un barranco, en el cantón Tinteral, en Ciudad Arce, donde vivía Francisco Alejandro Argueta, quien habría vigilado a su hermano antes que lo mataran.

Jenson le dijo que era la Policía y que abriera, como no lo hizo, procedieron a botar de una patada la puerta. 

Lo sacaron y lo tiraron al suelo. Le amarraron las manos con un lazo. Luego caminaron por una hora por unas barrancas. El hombre le dijo al joven que lo acompañaba que le diera dos machetazos a Argueta. Lo hizo. A él se sumó Merche, quien le hizo una cortadura en el cuello, detalla el informante de la Fiscalía.

Mataron a Argueta y lo tiraron a un barranco, donde lo enterraron.

Este es uno de los casos que habría perpetrado la banda que ahora está en el banquillo de los acusados, ligados a varios asesinatos de presuntos pandilleros.

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